miércoles, 23 de junio de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gitanillas en el patio

 

 


Alguien dijo que la tierra natural del geranio es Andalucía. Lo es, pero no del todo. El geranio crece en toda España (en otros lugares de Europa, también). Los más floridos los he visto en Cantabria, País Vasco y todo el sur del Pirineo de Navarra. La luz ,no falta, y el rigor del calor del sur no les llega con tanta fuerza…

La gitanilla es una variante del Pelargonium que es su nombre científico y del que se conocen muchas variedades: el hortorum, el inquinans, el Peltatum o colgante… La gitanilla también conocida como geranio hiedra por su tendencia a colgar, la hace como una especie muy llamativa. Todas, son consecuencia de numerosas hibridaciones.

El geranio llegó de Sudáfrica en el siglo XVIII. Es una planta amante de la luz y del sol, pero no del exceso de agua. El encharcamiento propicia la aparición de un hongo, la Phiytophthora, que origina la pudrición de raíces, la defoliación y, por consiguiente, la muerte de la planta.

Precisan de la luz y del sol. No por mucha luz es perjudicial para la planta, pero si el sol directo. Por encima de los 30º centígrados, pueden sufrir quemaduras en las hojas y en la floración. Su exposición directa, a veces resulta dañina, pero siempre tiene más posibilidad de supervivencia que en los lugares de sombras.

No son plantas muy exigentes en cuanto a la ‘alimentacion’. Le sienta muy bien la materia orgánica, o sea, estiércol muy hecho y una ayuda con fósforo y potasio, sobre todo si se aplica de manera foliar. La materia orgánica le propicia la asimilación de todos los nutrientes del suelo, por lo que es conveniente cada año, una renovación de la tierra en la que esté sembrada la maceta.

La gitanilla es muy usada como flor para decorar los patios. En ese aspecto, la ciudad de Córdoba ha conseguido que sus patios sean reconocidos a nivel mundial, hasta el punto que la Unesco los ha valorado como Patrimonio de la Humanidad y cada año, en el mes de mayo, se convierten en una fiesta popular.

Son de proverbial belleza los brocales de los pozos, las paredes de los patios, las jardineras en los balcones, guirnaldas de flores: rojas, rosas, blancas, pespunteadas... Ofrecen tanta riqueza de colorido, que los especialistas en botánica, buscan constantemente variedades diferentes para ofertarlas al mercado.

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