Alonso Cano (Granada 1601-1667), pintor,
escultor y arquitecto, una de las figuras más importantes del siglo XVII,
vuelve a estar de moda. Un cuadro suyo, la Diosa
Juno (1638-1650) ha sido adquirido por el Museo del Prado por 270.000 euros
a una colección particular madrileña.
El cuadro rompe con lo admitido
en aquella época al pintar un desnudo, tendencia que hasta entonces no había
tenido aceptación por ‘motivos de puritanismo’ en la pintura barroca española,
no así en la italiana y en la de los Países Bajos.
Esta obra ha pasado por
diferentes manos. A finales del siglo XX fue detectada por Alfonso E. Pérez
Sanchez y ahora llega al Patrimonio Nacional, enriqueciendo así el
inconmensurable depósito, con uno de los dos desnudos – el otro, está en la
Academia de Bellas Artes de San Fernando – del gran pintor barroco.
Alonso Cano era de ascendencia
manchega. Su padre, con quien aprendió el oficio de ensamblador de retablos,
era oriundo de Almodóvar del Campo, su madre, de Villarrobledo, ejerció la
pintura y el dibujo con las limitaciones propias a una mujer en aquel tiempo.
Se trasladaron a Granada, donde
nació Alonso. En una visita a la ciudad, Juan del Castillo vio las cualidades
del niño y aconsejó a sus padres que se trasladasen a Sevilla, donde había más
ambiente artístico. Entró en el taller de Pacheco donde coincidió con
Velázquez. Con Juan Martínez Montañes, aprendió escultura…
Posteriormente se trasladó a
Madrid, donde pinta entre 1638 y 1650 la Juno que acaba de adquirir el Prado.
Un año después, en 1651 muere asesinada su segunda mujer, Madgalena de Uceda.
Le acusan del asesinato y llega a ser torturado pero no se lo pueden probar.
Tras una estancia en Valencia, regresa a Madrid y luego a Granada.
En su taller de escultura granadino,
tiene como alumnos a Pedro de Mena y a José de Mora. Alonso Cano ya está
consagrado como un artista en todo esplendor. Trabaja mucho para la catedral
granadina (la fachada es suya) donde fue racionero.
Sus Inmaculadas son quizá las obras
en las que ha desarrollado un arte más en conexión con la sensibilidad de la
religiosidad de su tiempo, sin que por ello desmerezca la pintura – en la
catedral de Málaga hay una Virgen del Rosario de gran calidad – o las otras
realizadas en la catedral granadina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario