Para ti...
miércoles, 30 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Baelo Claudia
La ensenada de Bolonia, es un
lugar privilegiado del sur de España, cerca de Tarifa y limitada por las puntas
de Camarinal a sol poniente y punta Paloma por el éste. De la tierra interior,
la separa las sierras de la Plata, de la Higuera y de San Bartolomé… En frente, al otro lado del mar, Tánger. Su
playa poco profunda, de arenas finas y un régimen muy especial de vientos, la
hace apta para los deportes náuticos.
En esa ensenada estuvo ubicada la
ciudad romana de Baelo Claudia a finales del siglo II a. C. Estrabón, el griego
nacido en Turquía que aportó grandes conocimientos del mundo de su tiempo, desde
el mar de Aral hasta los confines del Mediterráneo y hasta el nacimiento del
Nilo por el sur, dijo de ella: “Baelo es un puerto donde generalmente se
embarca hasta Tingis y Mauritania. También es un emporio que tiene fábricas de
salazones”.
El emperador Claudio mandó
edificar la ciudad que nació a la sombra de la pesca, las salazones y de una
industria muy especial donde tuvo un papel relevante el garum, salsa hecha con las vísceras de los pescados y con un sabor
hoy desconocido, porque se perdió la receta aunque recientemente hay quien dice
haberla encontrado… ¡Vaya usted a saberlo!
Las ruinas de Baelo Claudia, son
las más completas para poder identificar cómo eran realmente las ciudades
romanas en la Península Ibérica. Conserva perfectamente las dos nerviaciones
fundamentales en la ciudad: el decamanus
máximus, que comunicaba la ciudad de este a oeste y el cardo maximus, de norte a sur. En sus extremos había puertas, y en
el encuentro de ambas, en el centro, una plaza a la que en Roma se le daba el
nombre de Foro.
En su entorno estaban la curia y
la basílica donde se administraba justicia, los templos dedicados a Júpiter,
Saturno y Minerva, y uno dedicado a la diosa egipcia Isis. El mayor edificio de
Bolonia es el teatro y quedan restos de la antigua muralla que bordeaba la
ciudad.
Bolonia es un lugar privilegiado,
donde al patrimonio cultural de sus ruinas une la belleza del paisaje y un mar
que ofrece en su ensenada lo que no hay en otros lugares. Después de siglos de
ostracismo por su destrucción por un posible maremoto y por las acciones de la
piratería, renace ahora con fuerza pujante.
martes, 29 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitacora.
Llego a Antequera una soleada
mañana de verano. Es temprano, ya hace calor. Antequera, que tiene algo de
clima continental, es muy fría en invierno y calurosa – sobre todo a las horas
de la siesta – en verano. Dejo la carretera tortuosa, más de camino de bestias
de otro tiempo al que pusieron una capa de asfalto, que de una vía de
comunicación moderna.
Me desvío junto al colegio de San
Juan. A la derecha, muy pendiente, una calle, la calle de la Fuente de San
Juan, va derecha a los pies del templo del mismo nombre, de finales del XVI. Allí arranca la calle Real, y allí se venera
al Señor de la Salud y de las Aguas. Mi hermano
Antonio, me llevó la primera vez, y la segunda, y la tercera y muchas otras,
tantas que hasta he perdido la cuenta…
Mayo tiene algo especial, cuando
al caer la tarde mucha gente componente de diversos gremios, peregrina a
postrarse a sus pies. Hace unos cuantos años que no voy. No siempre uno hace
las cosas que le gustaría hacer. Hermano, tenemos que retomar las buenas
costumbres. Esto no puede seguir así.
En un descampado con setos en sus
bordes, antes de entrar en la calle Jesús, un grupo de cuatro o cinco hombres juega
a la petanca. Tres miran, y dos lanzan las bolas de acero. Un niño aburrido da
vueltas en una bicicleta. La calle Jesús es una calle de casas de un solo piso,
limpia, impoluta. Tiene dinteles de ladrillos vistos y los tiradores de las
puertas brillantes.
La iglesia de Santa María de
Jesús, está a un lado de la calle. Se abre a la plaza del Portichuelo. Es una
iglesia del XVII. Antequera tiene tanta riqueza en arte que siempre la he visto
como la Florencia de Andalucía. De Roma a nuestros días todas las
civilizaciones dejaron sus huellas.
En la iglesia Santa María de
Jesús se venera a la Virgen del Socorro. La devoción popular es grande. Semana
Santa, Viernes Santo, clamor popular…. Bueno, eso de ‘correr’ la Vega hay que
verlo. Apunta Jesús Romero en su Guía Artística de Antequera (no conozco otra
más completa) que el templo posee una gran riqueza de retablos y obras de arte…
La iglesia está cerrada. Me paro en la Plaza del Portichuelo frente a la ermita
callejera… ¡Y todavía no he entrado en Antequera!
lunes, 28 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cambios
Está muy lejos aquella imagen del
Arzobispo de Santiago, Muñiz de Pablos, birrete en mano, y con la otra el
saludo en alto, a las puertas de la Catedral. Era una jerarquía plegada a los
tiempos, que corrían. Ni mejores ni peores, los que había. Todo – como ahora -
confuso y convulso.
En los últimos nombramientos para
ocupar ciertos Obispados en la Iglesia española, han surgido sorpresas. Los
‘ascensos’ cantados de otros tiempos no se han llevado a cabo. Han emergido
figuras que venían casi desde el anonimato.
Barcelona, Toledo y Sevilla han
recibido a nuevos prelados. Venían de Calahorra-La Calzada-Logroño, Coria y
Tarrasa. No son precisamente diócesis de primera línea sino más bien modestas,
cuando no nuevas, como es el caso de la catalana.
El nombramiento de Monseñor
Omella para Barcelona, causó cierta sorpresa. Nacido en la comarca de la
Matarraña, habla catalán y tiene una
amplia experiencia que viene desde su formación en los Padres Blancos, en
Jerusalén, en el Zaire, o en los obispados en Zaragoza, Barbastro…
Francisco del Cerro Chaves llegó
a la Catedral Primada (la sede tiene existencia desde el siglo I) de
Coria-Cáceres. Una diócesis que sabe de la pobreza en las Sierra de Gata, las
Hurdes… Lugares deprimidos donde la vida exige mucho y no da tanto como pide de
esfuerzo. El salto, enorme. Ahora, ha optado por una postura discrepante a la
oficialidad de la Conferencia Episcopal, que ha seguido las pautas del cardenal
Omella en cuanto a los indultos…
A Sevilla, ha llegado, desde
Tarrasa, diócesis nueva, José Ángel Saíz Meneses. La entrada, casi rompiendo moldes, y se ha
puesto como hitos: Religiosidad – las cofradías tienen mucho que decir–, Comunicación,
Mayores y Barrios.
Se ha ido a visitar a la Virgen
de los Reyes patrona de la Archidiócesis, y de allí a una residencia de
sacerdotes viejos – “tienen callos de servir a la iglesia”, ha dicho más o
menos –, se ha reunido con los Medios de Comunicación, sin micrófonos, luego, a
las Tres Mil Viviendas, uno de los barrios pobres de verdad y al Gran Poder.
Tres arzobispados de pesos muy
específicos, en la política, en la Historia y en el devenir de España. ¿Otros
estilos? La mano del Papa Francisco, (lo de Osorno, a Madrid fue un primer
aviso) marca una línea muy diferente a lo seguido hasta ahora….Veni Creator Spiritus, / mentes tuorum
visita…” ( Ven, Espíritu Creador, / vista las mentes de los tuyos…)
domingo, 27 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las obras quedan, lo demás...
España, dada a reescribir su
propia Historia, no solo se ha conformado con eso, sino que además, se ha
permitido el lujo de olvidar a todos los grandes que la hicieron universal,
admirada u odiada según qué tipos, tiempos y modas.
No sabemos exactamente donde
reposan los restos de Colón, muerto en Valladolid 1506. Bueno, de Colón no
sabemos ni su ciudad de nacimiento, porque el escueto ‘genovés’ hay quien lo
atribuye a la ciudad italiana o a la Génova mallorquina – tampoco hay que
descartar que sea uno de los apellidos Colom, de ascendencia judía de la isla -
¡Vaya usted a saber! Ahora sus restos, mejor dicho el catafalco que dicen que los
contiene, se muestra en la Catedral de Sevilla.
De Cervantes muerto en 1616,
sabemos casi lo mismo, o sea nada. Su muerte en Madrid, casi en el anonimato,
despreciado por las lumbreras de su tiempo, tampoco ha corrido mejor suerte.
Unos estudios pormenorizados y exhaustivos, después de mucho tiempo, en el
convento de la Trinitarias Descalzas, han encontrado una fosa, pero no
exactamente los huesos que aporten la claridad deseada.
Juan Martínez Montañés, “el dios
de la madera” murió en Sevilla en 1649, con 81 años, víctima de una epidemia de
peste que asoló la ciudad causando la mortandad a más de la mitad de la
población. Su mujer dejó un testimonio escrito donde afirmaba que lo habían
enterrado en la Plaza de la Magdalena, en un enterramiento que poseían en
aquella collación. Las tropas de Napoleón, se encargaron de borrar todos los
vestigios.
Alonso Cano murió en Granada en
1667, donde era racionero de su catedral desde unos meses antes, después de una
vida azarosa tras pasar por Sevilla, Madrid y Valencia. Dejó importantes obras
en la catedral, donde no llegó a concluir su fachada y fue enterrado en su
cripta, pero no se han encontrado sus restos.
Pedro de Mena murió en Málaga en
1688. Tuvo su taller frente al convento del Císter donde habían profesado sus
hijas, según algunos biógrafos para estar más cercano a ellas. Por unas obras
realizadas en el templo del Santo Cristo de la Epidemia, en calle Compañía, y
casi por azar, se pudieron encontrar sus restos siendo de los pocos que a pesar
del tiempo transcurrido, podemos decir que se han podido recuperar. La lista,
enorme. Ellos se fueron, sus obras quedaron.
sábado, 26 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las líneas de Málaga
Málaga, de la que el poeta en su
exageración dijo que tenía más de ‘cien tabernas y una sola librería’, es
también la ciudad de las palmeras y palomas en el parque, gaviotas en los
barcos y sirenas que anunciaban la partida del Melillero.
Málaga es además, la ciudad de
una catedral inacabada, iglesias señeras: san Juan, la Trinidad, San Pablo,
Santiago…, de museos que ofertan cuanto
de bueno puede encerrarse entre unas paredes con auténticos tesoros detrás de
ellas: pintura, escultura, etnografía, tauromaquia o gastronomía. Muchos,
conocidos; a otros, les cuesta que la gente sepa de ellos. No hay que olvidar que
hay quien prefiere otras cosas.
Málaga tiene varias líneas reales
o imaginarias: el río de norte a sur, el
eje que va desde la Aduana, calle Santa María y, continúa, tras salvar el
espacio único de la Plaza de la Constitución, que no perdió el nombre ni cuando
a las calles se les llamaba de otra manera, y por calle Compañía, llega hasta
el Guadalmedina, que ya no viste de luto a los barrios colindantes porque
alguien tuvo la feliz idea de construir un pantano con un ojo en su pie de
presa. Por ese ojo solo cabe el agua que el río puede desaguar….
Pasado el tiempo, otro pantano, -
con mucha polémica cuando se levantó – construido aguas abajo, remansa su
exiguo caudal. Entonces, cabe preguntarse dónde está el problema. Los que ven
un poco más allá dicen, que una catástrofe natural de la mano de un terremoto (no
hay que olvidar dónde está la ciudad) podría ser de un final del que mejor ni pensarlo.
No ha habido un ‘alguien’ con la
decisión de coger el toro por los cuernos y embovedar ese río, como lo hizo
Granada con el Darro y el Genil o Almería con el suyo… Pero esos son otros
lópeces.
Hay otra línea, esta imaginaría.
Pasa por Atarazanas, Puerta del Mar y la Cortina del Muelle. Es la línea
natural donde estaba el rebalaje, en la bahía a la que se asomaban Gibralfaro y
la Alcazaba. La mano del hombre, empujó el mar y lo alejó. Allí se ganó un
terreno con las aguas subterráneas muy a flor, pero que hoy dan una imagen de
otra ciudad tan distinta, que nadie da en pensar que el Parque y la Alameda,
pudiesen ser fondos marinos.
viernes, 25 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Paloma
Fue por causalidad. Fue como esas
cosas que suceden de improviso y como vienen, se van. Todo fugaz, rápido como
las ráfagas de viento de levante que a esas horas de la mañana hacía sonar los
quicios de las ventanas, y de pronto, ella se posó, echó un vistazo al interior
y se fue.
Me acordé de Alberti. Un día nos
contó la historia de una paloma ilusa y nos dijo que había creído que el trigo
era el mar, que la calor, la nevada, que el norte era el sur, que tu corazón su
casa… y esas cosas… “ Se equivocó la paloma”.
Cuando Sebastián Iradier compuso
a ritmo de Habanera, ‘La Paloma’, ni
pensó, ni siquiera vislumbró, que ciento cincuenta y tantos y tantos y tantos años después, por todo el mundo se
cantaría su canción, símbolo del alma que vuela perdida, pero que en el fondo
puede ser el alma de un marino muerto – al menos así se creyó cuando las tropas
griegas derrotaron a la escuadra de Darío I bajo el mando de Mardonio al pie
del monte Athos… y de los barcos salían palomas blancas.
Antonio Molina, en la España de
“Discos dedicados”, inundaba los hogares, como ahora esos espacios televisivos
de basura, pero no, en él no, todo era exquisitez, y a media mañana, por un
bacón entreabierto la voz que salía por la radio, contaba que una paloma
blanca, blanca como la nieve – para que no hubiese dudas – que tenía el pico de
oro y las alas de plata… pues eso, que bajó al río a bañarse y él con aquel
torrente de voz la invitaba a compartir la ilusión del chapuzón en el agua…
Hay otras ‘palomas’. Al Espíritu
Santo se le representa en forma de paloma y cada determinado tiempo, le
sometemos a una prueba de existencia cuando tiene que darle el giro oportuno al
timón que rige la Iglesia….
Noé, también se las anduvo con
palomas. Sí, cuando aquello del chaparrón pasado de calibre y se tuvo que
encerrar con toda la tropa dentro del Arca y que, luego cuando escampó, la
soltó y todas esas cosas que ya sabemos.
La de esta mañana era una paloma
de ciudad. Era una paloma urbanita.
Cuándo se fue, me pregunté dónde tendría, si es que lo tiene, ese palomar que
le dé cobijo cuando aparecen los gavilanes…
jueves, 24 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Inconclusa, pero nuestra
Caía la tarde con brisas que
venían del puerto. Esquina del Postigo de los Abades con Molina Lario. Esperaba
la hora para una cita concertada. Llegó un nota con ganas de guasa:
-
Oiga, me espetó, ¿esto es una iglesia?
-
Sí, pero salió grandecilla le digo, y la hicieron
Catedral.
El nota, que había venido por
lana y salió trasquilado, ahuecó el ala, cruzó, a la calle Strachan y traspuso (no sé si
con el rabo entre… que tampoco era cuestión… Ya se sabe). Se perdió entre la
gente.
Su torre, su única torre, se
recorta en el azul limpio de un cielo por el que vuelan palomas y gaviotas. Al
fondo, los Montes de donde baja el Guadalmendina, el ‘el río de la Ciudad’ sin
el que Málaga, - y sin palmeras, en el
parque, ni gatos sesteando, ni moros
camino de embarcarse en el Melillero, que dijo el poeta - tampoco, sería la que es.
La Catedral, de 1487 cuando los
Reyes Católicos. Se levantó sobre la Mezquita-Aljama, o sea la principal, y
todavía no se ha terminado, claro que no ha debido ser por falta de tiempo,
porque quinientos treinta y cuatro años con sus días y sus noches (algunos de
terral, como hoy) dan para mucho. La obra, la obra en serio se paró en 1789, en
que el dinero dijo que hasta aquí se ha llegado.
Por su fábrica pasó lo más
florido de los ‘maestros de obras’ de todos esos siglos. Pleitos farragosos, el
Cabildo por un lado, el Obispado por otro. Aquí dejaron la impronta de su arte,
Siloé, Enrique Egas, José de Bada, Diego de Vergara, padre e hijo, Pedro Díaz
Palacios, la saga de los Hernán Ruiz, que hasta se enumeran para diferenciarse,
aunque uno viendo la sucesión casi piensa en un presunto carácter hereditario
del empleo, y así la lista larga, muy larga.
En el siglo XVIII con
aquiescencia Real, una imposición fiscal permitía del derecho a cobrar “un real
de vellón en cada arroba de vino, pasa, y aceite embarcada en el puerto”. En
1724 se reduce a la mitad, pero se amplía a los puertos de Marbella,
Vélez-Málaga (Torre de Mar) y Estepona.
El primer Obispo, Pedro de Toledo.
Implicados, entre otros: Manrique, García de Haro, Fray Alonso de Santo Tomás…
El actual, Jesús Catalá, el deán Aguilera Cabello, en la lista de orden
alfabético y en el afecto, el primero…
miércoles, 23 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gitanillas en el patio
Alguien dijo que la tierra
natural del geranio es Andalucía. Lo es, pero no del todo. El geranio crece en
toda España (en otros lugares de Europa, también). Los más floridos los he
visto en Cantabria, País Vasco y todo el sur del Pirineo de Navarra. La luz ,no
falta, y el rigor del calor del sur no les llega con tanta fuerza…
La gitanilla es una variante del
Pelargonium que es su nombre científico y del que se conocen muchas variedades:
el hortorum, el inquinans, el Peltatum o colgante… La gitanilla también
conocida como geranio hiedra por su tendencia a colgar, la hace como una
especie muy llamativa. Todas, son consecuencia de numerosas hibridaciones.
El geranio llegó de Sudáfrica en
el siglo XVIII. Es una planta amante de la luz y del sol, pero no del exceso de
agua. El encharcamiento propicia la aparición de un hongo, la Phiytophthora,
que origina la pudrición de raíces, la defoliación y, por consiguiente, la
muerte de la planta.
Precisan de la luz y del sol. No
por mucha luz es perjudicial para la planta, pero si el sol directo. Por encima
de los 30º centígrados, pueden sufrir quemaduras en las hojas y en la
floración. Su exposición directa, a veces resulta dañina, pero siempre tiene
más posibilidad de supervivencia que en los lugares de sombras.
No son plantas muy exigentes en
cuanto a la ‘alimentacion’. Le sienta muy bien la materia orgánica, o sea,
estiércol muy hecho y una ayuda con fósforo y potasio, sobre todo si se aplica
de manera foliar. La materia orgánica le propicia la asimilación de todos los
nutrientes del suelo, por lo que es conveniente cada año, una renovación de la
tierra en la que esté sembrada la maceta.
La gitanilla es muy usada como
flor para decorar los patios. En ese aspecto, la ciudad de Córdoba ha conseguido
que sus patios sean reconocidos a nivel mundial, hasta el punto que la Unesco
los ha valorado como Patrimonio de la Humanidad y cada año, en el mes de mayo,
se convierten en una fiesta popular.
Son de proverbial belleza los
brocales de los pozos, las paredes de los patios, las jardineras en los
balcones, guirnaldas de flores: rojas, rosas, blancas, pespunteadas... Ofrecen
tanta riqueza de colorido, que los especialistas en botánica, buscan
constantemente variedades diferentes para ofertarlas al mercado.
martes, 22 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La bien cercada
Dos ciudades españolas tienen por
apellidos: “la bien cercada”. La
andaluza Álora en un promontorio, el Cerro de la Torres (ya apunta algo), a orillas
del río Guadalhorce en la provincia de Málaga. Otra, la leonesa Zamora, a
orillas del Duero.
Álora tiene raíces
ibero-tartesicas. El hallazgo de una moneda, de fragmentos de cerámica, restos
de su muralla y ánforas del alfar del arroyo Hondo, hablan de su importancia
desde tiempos remotos.
Los romanos edificaron allí la
ciudad de Iluro. Durante muchos años, algunos historiadores dudaron del lugar
del asentamiento y lo situaron en sitios diferentes. Ya se admite que en el
Castillo de las Torres, estuvo asentada la ciudad de Iluro.
No quedan vestigios del paso de
los visigodos. Los árabes, desde el 711 a su llegada, reedificaron el castillo.
Hay presencia del Emirato, del Califato y de los Reinos Taifas.
El Muqtabis V dice, que en la
campaña de Talyayra, An-Nasir marchó con su ejército sobre la fortaleza de
Álora (…) “la tomó y la puso bajo el mando de Walid ben Muhammad ben Futaays y
de Latí ben Tabit”.
En la primavera de 1434, Diego de
Ribera, Adelantado de Andalucía, muere en su cerco. Un romance que comienza: “Álora, la bien cercada…” lo cuenta.
Zamora está amurallada desde la
época romana. Pierde también los vestigios de suevos y visigodos y los toma con
la Reconquista. Alfonso III de Asturias inicia la construcción de sus murallas
y repuebla el Duero con gentes de La Montaña y mozárabes de Toledo. En el siglo
X es uno de los emporios de mayor importancia en el Reino.
En el 901 sufre un ataque
sangriento a manos de Ahmed-ben-Moavia, conocido como Abul Kassin. En el 939,
después de la batalla de Simancas, la atacan las tropas de Abderramán III y en
el 980, las de Almanzor logran superar
el recinto amurallado y permanecen allí hasta 1002, después de Calatañazor…
Fernando I y Alfonso VI recrecieron sus
murallas...
Doña Urraca se queja a su padre
por la herencia y se halla con la respuesta: “Allá en Castilla la Vieja un rincón se me olvidaba; / Zamora había por
nombre, Zamora la bien cercada.” Ante sus muros murió Sancho II a manos de
Vellido Dolfos ¿Leyenda?
Tiempos pasados. Aviso a navegantes: ¿Podría hacerse un
hermanamiento entre las dos ciudades unidas por el mismo apellido?
lunes, 21 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Se apellida Ordóñez y no es de Ronda
Con esto de los apellidos, uno a
veces casi tiene entreabierta la puerta de la información para conocer de dónde
remanece… Verán. Si se llama Burgos o Rueda, de Alhurín el Grande - si es
‘verde’ o ‘morado’, eso es otro cantar -; Guzmán o Santos, de Coín; Bedoya o
Marín, de Cártama; Bermúdez, de Alozaina; Rioboo, de Carratraca; si es Berdoy,
de Antequera; Pascual de Nerja; Verdugo o Arrebola, de Alfarnate; Ariza de
Algarrobo; Arrabal, de Almogía; si es Ordóñez o Lara puede que venga de Ronda…
Éste, el de hoy, que no era
torero pero que era un bicho en un campo de fútbol, se apellida Ordoñez y no es
de Ronda. Su nombre Bartolomé, como el Apóstol que martirizaron en la India,
aunque para nosotros – más de sesenta años que nos conocemos -, es
sencillamente, Bartolo.
No sé si su padre, el día que lo
sacó de la Cueva, la Cueva del Becerro, y lo llevó hasta Málaga, lo hizo en Los
Amarillos, que era la línea de autobuses entre la Serranía y la capital, si en
el único taxi que habría entonces en el pueblo, o lo acercó a coger el tren en
la estación de Parchite, la estación más cercana a su pueblo.
Era un muchacho recio, fornido,
macizo. El zapatero de su pueblo le hizo unas botas de cuero con suela de
camión, terror de las espinillas del contrario, porque Bartolo que era bueno (y
es, pero se me entiende) en casi todo, y por supuesto también en el fútbol.
Todavía debe andar en la memoria de algún defensa de los equipos mixtos
formados por el Málaga-Atlético Malagueño…
Trabajó en el Banco de Bilbao
donde entró por méritos. Conté con su experiencia comercial en una aventura
empresarial en el campo del turismo, y de comparto su amistad que se ha
prolongado sin que el tiempo le haga mellas.
Se apellida Ordóñez y es de la
Cueva. Es un hombre de los que hoy no se llevan, o sea cabal, de fe,
comprometido con lo que cree y ejerce, entregado a esas cosas que no están de
moda. Va por otra banda, no sé si ancha o estrecha, pero que no me cabe duda
que es esa banda donde se aprecian mejor las satisfacciones por dentro. Este
Bartolo es único, hasta en el nombre.
viernes, 18 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Impotencia
El presidente de la Comunidad de
Regantes de la Axarquía, se quejaba en una radio autonómica, de la falta de
aguas para regar esa creciente agricultura que se expande por toda la comarca
desde Rincón a Nerja, pasando por Veléz-Málaga, Torrox, Algarrobo, Sayalonga…
Decía el hombre, que sin agua ¿para qué quieren los subtropicales?
Desde hace años, unos estudios
estudiaron la viabilidad de trasvasar el sobrante de aguas del pantano de río
Verde, pasado Marbella, hasta el pantano de la Viñuela - Guaro II – en Periana. No se ha hecho nada. ¿Ustedes
saben lo que es nada? Pues eso.
Ahora, tarde y con prisas, buscan
en las aguas residuales depuradas mezcladas con las del pantano, una salida de
emergencia. La buena voluntad se lo cree casi todo.
Una asociación de agricultores de
Levante, denuncia que en Valencia se venden aguacates ‘ecológicos’ procedentes
del ‘amable vecino de enfrente’, con tres veces más de presencia de
clorpirifos, altamente nocivo para la salud humana, de lo permitido… Uno,
inocentemente, claro, pregunta ¿hacia dónde miran los organismos que tienen que
controlar esto? ¿Se perderá alguna sustancia por el camino… ¿Se me entiende,
verdad?
Hace unos días, la Administración
Autonómica abrió expedientes a un grupo de empresas de la zona de Almería
porque envasaban productos – otra vez, claro – del ‘amable vecino de enfrente’ con
etiquetas de la zona, saltándose todas las normas fitosanitarias obligatorias y
hundiendo a sus agricultores. Como muestra un botón: en el mercado, el melón en
Almería, a 0,25 céntimos de euro el kilo…
Hay más, bastante más. Tomates
producidos al otro lado del Mar de Ulises inundan los mercados europeos.
¿Albergan alguna esperanza de enterarnos quienes son los españolitos que
componen ese 49% de las sociedades mixtas? El 51% se sabe de quién es; el
resto, desechen la esperanza.
En el Guadalhorce, este año se
están tirando los cítricos. Los precios no pagan los costes. Es más, pasado un
nivel de calibre… a cero euros. O sea, a nada. No lo quieren, no se recolectan,
sencillamente, están en el suelo.
Ahora nos están engatusando con
la Jauja que viene cuando se supriman lo aranceles…Cuando se echa un vistazo a
esas administraciones ahítas de puestos – por cierto, me gustaría saber qué
hacen algunos además de cobrar a fin de mes - ¿A qué dedicarán el tiempo libre…
Estoy muy irónico por fuera, pero no tienen ni idea de cómo estoy por dentro…
jueves, 17 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Progreso, sí; barbaridades...
Desde hace unos días, la noticia
como un mal viento recorre la comarca. Lo venden como un progreso deseado. No
contamina y tiene todas las bendiciones del mundo. Mentira. Dicen que va a
repercutir económicamente sobre la zona llevando un plus añadido a personas que
pueden necesitarlo. Tampoco es totalmente cierto.
La instalación de un macro parque
de energía fotovoltaica en la zona del arroyo de las Piedras y su expansión por
Gamonales, El Chopo y Virote, dicen que van a dar un plus económico a los
agricultores de la zona a los que no les han leído la letra pequeña. Sí, que
les van a dar un puñado de euros por hectárea…. Cuando comience a producir
energía. Eso ya tiene otro color.
Algunos pensando bien creerán que
vendrá un abaratamiento en el recibo de la luz… ¿Lloramos o reímos?
El impacto medio ambiental de la
llamada energía limpia es muy superior a los posibles logros, y ha levantado el
rechazo en parte de la población, sobre todo la que está en conocimiento de la
verdad y la auténticamente concienciada de lo que su instalación acarrea de
negativo.
Álora, en su territorio sufre
varias dentelladas de una magnitud enorme: Dos presas, la Encantada y el azud
de Paredones; la conducción de dos canales de agua por superficie: el que lleva
el agua para regadíos por la margen derecha y el de la margen izquierda que
lleva el agua potable para la ciudad de Málaga; dos vías de ferrocarril, la
convencional, desde el siglo XIX y la de Alta Velocidad (AVE) desde finales del
XX. Dos viaductos, sobre el arroyo de las Piedras y Casablanquilla. Varias
líneas de alta tensión eléctrica, desde el Cortijo Rodrigo hacia la parte de
Granada y a la zona oeste de la Península Ibérica…
Desde hace unos meses, se anunció
la instalación de un pasillo verde por la orilla del río Guadalhorce desde su
desembocadura hasta El Chorro. Esta obra, de gran acogida por la población,
quedaría seriamente dañada…
Hay otros factores colaterales,
como el gran impacto de una superficie de espejos (pregunto ingenuamente, ¿eso
no afecta al tránsito de aviones hacia el aeropuerto de Málaga?), haría
desaparecer parte de la fauna y de la flora y repercutiría seriamente en el
turismo y en la agricultura, aunque haya quien piense que si el agricultor
revienta, mejor. Uno menos.
Quienes permitan que los fondos
buitres se engrosen los bolsillos impunemente, serán responsables ante la
historia, y aunque el pueblo olvide… Energía renovable, sí; barbaridades, no.
¡Fuenteovejuna, Señor!
miércoles, 16 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Velázquez genio, pero humano
Las catas arqueológicas llevadas a
cabo en las obras de recuperación de la casa natal de Velázquez, han hecho que
afloren una serie de restos de piezas usadas por el pintor más grande que ha
dado España en su tiempo. Velázquez era, además de un genio, un ser humano que
empleaba el común de los utensilios usados por los vecinos de aquel tiempo,
solo que con una variante: el los llevó a sus lienzos y los inmortalizó.
La casa se encuentra en el centro
de Sevilla, en la calle Padre Luis María Llop, anteriormente calle de la
Gorgoja, en pleno barrio de la Morería. Estuvo habitada hasta 1970 en el siglo
XX, aunque su construcción debió iniciarse en el siglo XVI y en ella nació y
vivió Diego Rodríguez de Silva y Velázquez en el XVII. Hijo de un notario
eclesiástico de origen portugués, Juan. Sus abuelos, comerciantes y pequeños
propietarios en la ciudad más importante de España de aquel tiempo, Sevilla.
Velázquez nació en 1599. Fue
bautizado en la cercana parroquia de San Pedro, que estaba erigida desde el
siglo XIV y ese barrio céntrico de Sevilla – donde conoció la existencia de
otras culturas - fue su lugar de residencia (aunque pudo vivir cerca de San
Vicente), durante la parte de su vida que vivió junto al Guadalquivir. Era una
casa de vecinos, con dos patios, ambos con fuentes y de dos pisos donde la vida
se compartía ampliamente entre todos sus inquilinos.
Con veinticuatro años se trasladó
a Madrid, donde murió después en 1660 donde el rey Felipe IV lo nombró pintor
de Cámara. Sus comienzos fueron en el taller de Pacheco, quien dicen que lo
mencionó en una recopilación de pintores sevillanos de su tiempo, por ser su
yerno, cuando en realidad la mayor gloria de Pacheco, le vino por ser el suegro
de Velázquez.
Ahora, en las excavaciones han
salido fragmentos de piezas de cerámica, restos de lebrillos y cántaros como
los usados en el Aguador de Sevilla,
una orza como la de La Mulata, una
porción de mesa de vidrio blanco como la de Dos
jóvenes a la mesa, o elementos usados en la cocina como el anafe, la
cazuela, el bacín, el jarrito o los atifles de la Vieja friendo huevos… según ha informado Enrique Bocanegra, uno de
los impulsores del proyecto. O sea, un genio, pero humano.
martes, 15 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Género y número
Eso lo estudiábamos cuando los
textos de Gramática venían firmados por Fernando Lázaro Carreter y Evaristo
Correa Calderón, la Editorial Anaya. De eso hace mucho tiempo, tanto, tanto,
que con el cambio de las cosas, uno a veces ya duda hasta de su existencia.
Decía el otro día Javier
Caraballo en un artículo, que en Andalucía es el único lugar donde la
temperatura que para nosotros es casi lo mismo que calor, cambia de género.
Lázaro Carreter y Correa en su Gramática hablaban de tres géneros: masculino,
femenino y neutro. Pues bien, según Caraballo, hasta los cuarenta grados, aquí,
es masculino. Se le llama simplemente calor.
El diminutivo no tiene nada que
ver con el género. Se usa cuando, cariñosamente
decimos ¡qué calorcito más agradable! Eso viene cuando al llegar de la calle,
esas noches de invierno donde hay que tomar las esquinas con doble velocidad,
uno entra al confortable hogar…
El calor, ese calor de las tardes
de invierno, donde la recacha es el lugar apropiado para ‘arreglar’ el mundo y
verlo todo de otro color, es agradable, placentero, amigable. Claro que dicen
que los viejos, y las recachas no hacen buenas migas y con los
cambios de temperatura aparecen las pulmonías y todas esas cosas malas que
llegan solas.
A partir de los cuarenta grados,
en Andalucía, ya se cambia de género y ya es ¡la calor! o las calores. (Que sea
en femenino no creo que tenga ninguna connotación de otro carácter) pero eso de
la calor, y los chorros de sudor, cuando uno siente cómo corren las gotas de
sudor por el cogote, producen una situación de acongojo que por una sombra se
da hasta lo que no se tiene.
Con el frío es distinto. Al frío
no se la aplica el género pero sí el número y entonces, cuando se acerca la
Navidad, el Villancico se encarga de dar el pronóstico del tiempo para evitar
que coja al Niño desprevenido y va y le canta: “Al tirití, tiriando de frío….”
Y le anuncia que los fríos (número plural) están por venir…
Una copla popular sin decirlo, ya
dice mucho y canta: “Por la mañana el rocío, / al mediodía la calor (o sea, por
encima de los cuarenta, eso no lo dice la copla, pero lo digo yo), / por la
noche los mosquitos…/ No quiero ser labrador”.
lunes, 14 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Por el hilo al ovillo
Las imágenes ofrecían un mar
azul, a veces con olas como pañolitos blancos y una embarcación que daba
vueltas sobre un punto imaginario, horas y horas. Desde la orilla, las miradas
lo seguían con ansiedad. En la lejanía, el horizonte.
El buque del Instituto
Oceanográfico Español (IOE) Ángeles
Alvariño, ha entrado en todas las casas españolas a través de los
telediarios. La tragedia de Tenerife y la labor de búsqueda que han realizado
sus profesionales, ha llevado primero, una esperanza imposible, y luego, la
consumación de la tragedia.
¿Por qué ese nombre? ¿Quién fue
Ángeles Alvariño? Muy poca gente en nuestra tierra conoce quien fue esa mujer,
ferrolana de nacimiento (1916-2005). Es la primera mujer española que figura en
la “Enciclopedia de científicos del mundo” por su labor investigadora de los
fondos marinos.
Estudió en la Universidad Central,
en Madrid, pero la guerra civil truncó sus estudios pero no su vocación. Llegó
a doctorarse con cincuenta años y toda su vida, ‘contra viento y marea’ la
dedicó al estudio de los océanos.
Su labor en España como mujer,
estuvo plagada de obstáculos. En 1953 embarcó en un buque científico británico,
pero aquello tampoco fue un camino de rosas. Sin embargo, como consecuencia de
su dedicación y trabajo, descubrió veintidós especies marinas que no se habían
conocido con anterioridad.
Becada por el Instituto
Oceanográfico de Madrid, y después por el Oceanographic Institution de
Massachusetts, se abrió paso y llegó a ser una autoridad con proyección
internacional según ha informado el periódico El Español en un reportaje sobre
su labor en el campo de la zoología marina.
Durante un tiempo, el que va de
1956 a 1963, se asentó en California desde donde realizó estudios en los
Océanos Atlántico, Pacífico e Índico sobre el plancton y las medusas, así como
la vida en los mares, su desarrollo y la influencia que la mano del hombre iba
dejando poco a poco.
En España - tampoco es una
novedad – su reconocimiento le llegó tarde. Su tierra natal en 1993, le
concedió la Medalla de Plata de Galicia “por su labor científica y por su
impacto internacional” y posteriormente la Xunta creó becas con su nombre para
apoyar a jóvenes investigadores del mar. Su legado se encuentra en el Archivo
Municipal de A Coruña y su prestigio es más reconocido fuera que dentro de
España. Ya se sabe…
domingo, 13 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Alonso Cano, de moda.
Alonso Cano (Granada 1601-1667), pintor,
escultor y arquitecto, una de las figuras más importantes del siglo XVII,
vuelve a estar de moda. Un cuadro suyo, la Diosa
Juno (1638-1650) ha sido adquirido por el Museo del Prado por 270.000 euros
a una colección particular madrileña.
El cuadro rompe con lo admitido
en aquella época al pintar un desnudo, tendencia que hasta entonces no había
tenido aceptación por ‘motivos de puritanismo’ en la pintura barroca española,
no así en la italiana y en la de los Países Bajos.
Esta obra ha pasado por
diferentes manos. A finales del siglo XX fue detectada por Alfonso E. Pérez
Sanchez y ahora llega al Patrimonio Nacional, enriqueciendo así el
inconmensurable depósito, con uno de los dos desnudos – el otro, está en la
Academia de Bellas Artes de San Fernando – del gran pintor barroco.
Alonso Cano era de ascendencia
manchega. Su padre, con quien aprendió el oficio de ensamblador de retablos,
era oriundo de Almodóvar del Campo, su madre, de Villarrobledo, ejerció la
pintura y el dibujo con las limitaciones propias a una mujer en aquel tiempo.
Se trasladaron a Granada, donde
nació Alonso. En una visita a la ciudad, Juan del Castillo vio las cualidades
del niño y aconsejó a sus padres que se trasladasen a Sevilla, donde había más
ambiente artístico. Entró en el taller de Pacheco donde coincidió con
Velázquez. Con Juan Martínez Montañes, aprendió escultura…
Posteriormente se trasladó a
Madrid, donde pinta entre 1638 y 1650 la Juno que acaba de adquirir el Prado.
Un año después, en 1651 muere asesinada su segunda mujer, Madgalena de Uceda.
Le acusan del asesinato y llega a ser torturado pero no se lo pueden probar.
Tras una estancia en Valencia, regresa a Madrid y luego a Granada.
En su taller de escultura granadino,
tiene como alumnos a Pedro de Mena y a José de Mora. Alonso Cano ya está
consagrado como un artista en todo esplendor. Trabaja mucho para la catedral
granadina (la fachada es suya) donde fue racionero.
Sus Inmaculadas son quizá las obras
en las que ha desarrollado un arte más en conexión con la sensibilidad de la
religiosidad de su tiempo, sin que por ello desmerezca la pintura – en la
catedral de Málaga hay una Virgen del Rosario de gran calidad – o las otras
realizadas en la catedral granadina.
sábado, 12 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Termómetros
Desde hace unos días, el verano
se ha adueñado del Valle del Guadalquivir, lo dice el hombre del tiempo. En la
costa, donde ha soplado el viento de levante, la cosa ha sido un poco más leve
y más llevadera y la brisa, como sin querer, se ha colado por las ventanas.
Hace unas cuantas tardes, pasé por
casualidad por la presa de Paredones. Aguas abajo, donde confluye el arroyo con
el río, había unos cuantos chaveas dándose un toleo. Hacía tiempo, desde que proliferaron las piscinas, que los
niños, ya no bajan al río por las tardes. (La paloma blanca de Antonio Molina,
tampoco).
Cuando niños íbamos a la Playita, al Puente de Hierro, a los Remolinos,
a la Nerisca y a la Argamasa…. Esos eran los bañaeros ‘oficiales’ donde había entidad propia y
donde la concentración era mayor. Luego había otros, donde el río se remansaba,
tenía menos profundidad y era un lugar más tranquilo.
El río siempre tuvo lugares
únicos, que el paso del tiempo se los llevó al recuerdo. En la Cuesta de Río, ‘el palo’ – Coronao era el ‘maestro ingeniero’ de su construcción – permitía el
cruce a los peatones, sin tener que echarse al agua. Si alguien era remiso a
soltar la propina, ya se encargaba él de propiciar el movimiento pertinente… y ¡al
agua!
En Paredones estaba el ‘alambre’,
un artilugio parecido al de la barca de Cantillana, pero sin barca y con un
gancho que debidamente asido al cable matriz, permitía el cruce sin tener que
mojarse… Claro que no siempre la aventura tenía una terminación feliz. Ya se
sabe…
Ahora, cuando el verano llama a
la puerta, se ha disparado la venta de ventiladores (ya vendrán los recibos de
la luz, al tiempo) y la gente mira los termómetros con verdadera necesidad
pidiéndoles que se muevan un poquito, aunque solo sea un poquito, pero para
abajo…
Con esto de la tecnología
implantada, son muy sofisticados y es curioso ver cómo reciben diferentes
nombres y sobre todo esos digitales que cantan más que doña Concha. Un amigo que
tiene el don de ir con el pie cambiado y llevar la contraria a todo, dice que
marcan tanto, porque están al sol. El otro día no me puede contener, y cayendo
el sol a plomo, se lo espeté en su cara: ¡vamos que tú, ahora, vas por la
sombra…!
viernes, 11 de junio de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Más difícil todavía
La Teología de la Liberación,
nació en una zona donde la injusticia se sobreponía a la Justica, la miseria a
la opulencia, la pobreza al despilfarro… Se abrieron los brazos a aquella
corriente que llegaba. Luego, unos de buena voluntad, fueron usados por los
aprovechados de siempre.
En esa Teología apareció una Misa
Campesina con un Credo ‘nuevo’. Entre otras cosas venía a decir: “Creador del
pensamiento..., y eso tan bonito como la música y el viento, de la paz y del
amor…”
Hace unos años, nos conmovió un crimen en Alcácer.
Parecía que aquello costaría superarlo, pues no, se quedó corto. Lo superó un
depravado, un tal Rafita con una pandilla en las afueras de Madrid. Pasada la conmoción,
vino Bretón que puso el listón tan alto, que llegamos a pensar que aquello era
lo más. Nos equivocamos. Llegó como en el trapecio el “más difícil todavía”. ¿Qué
nombre le ponemos a lo de Tenerife? No hay calificativos.
Dicen que Dios, una tarde que
estaba aburrido, decidió hacer algo que superase a todo lo que había hecho, que
era mucho y bueno y, entonces, fue e hizo al hombre a su ‘imagen y semejanza’,
para que dominase toda la Creación. Cuesta creer que algunos sean imagen del
Creador.
El Credo del que hablaba antes, hablaba
también de arquitecto e ingeniero… Y digo yo. Es casi imposible que éste
monstruo haya salido de esas manos. Bueno, puede ocurrir que Dios se fuese a
echarle un vistazo a ver cómo crecían los bosques que había plantado de su mano
y el responsable de calidad tuvo un despiste.
Disculpadme que lo haya dicho tan suavemente, tan distendidamente. Pienso en las familias que acaba de hacer trizas. Siendo tan canalla, no tenía previsto que la tecnología le iba a descubrir aún más su maldad. No ha podido cumplir su intención de dejar que crezcan las semillas del dolor y la desesperación para siempre.
Cuesta creer que este monstruo
que un día llegó a una familia y sería la alegría de sus padres, luego… por no
sabemos qué extraña razón, rompió el engranaje… ¿Por voluntad propia? ¿Por
fallo en la fabricación? ¿Nadie se percató de ello? ¿No hubo posibilidad de un
arreglo de esas tuercas? Desde luego, que cuando se ven estas cosas, cuesta
creer que esté hecho a imagen y semejanza Tuya. ¡Leñe que nos lo pones muy
difícil!