12 de febrero, viernes.- Estos
días no ha llovido ni mucho ni poco, lo suficiente para tener el campo verde.
Un verde rabioso, intenso, precioso. Desde que la borrasca Filomena dejó su tarjeta, ha
pasado una cadena de borrascas casi engarzadas unas a otras, pero con menos
mala leche.
En algunos lugares de España, sí
ha llovido con más intensidad – las borrascas atlánticas han entrado por
Galicia – y han barrido Castilla y las regiones del norte, aunque ahora, que la
gente se la coge con un papel de fumar,
uno ya no sabe si poner regiones o Comunidades o vaya usted a saber.
Dicen que el Duero se ha
desbordado por Aranda; el Arlanza por algunas zonas de Burgos; en Hontangas,
con sotos de mirlos y ruiseñores en las orillas, el Riaza se ha salido de
madre; el Duratón se las anda por las Hoces a mano de Sepúlveda. San Frutos, el
‘Pajarero’, que se fue de ermitaño a aquellos cerros, seguro que no se habrá
sorprendido de nada. Yo, sí me sorprendí cuando supe de tanta belleza perdida
por aquellas tierras.
La actualidad nos tiene
asustados, encerrados en las casas. Hay quien desafía la situación. Hoy han
salido a la calle los Sindicatos. ¿Cuándo venga lo que tiene que venir, a modo
de crisis económica, qué nos van a vender? Los mensajes, no eran precisamente,
muy ilusionantes. Más de lo mismo.
Desilusionados estamos con el
proceso de descrédito de la Comunidad Europea. ¡Qué lejos quedan los padres de
Europa del tratado de Roma de 1959! La señora que la preside, ha dicho que han
pecado de ingenuos cuando negociaron con las farmacéuticas el suministro de
vacunas.
Los que no pecaron de inocentes
fueron los que participaron en las primeras compras de mascarillas. Por cierto,
se los ha tragado la tierra. Nunca sabremos quienes han compuesto esta pandilla
de vivales, que se han enriquecido a costa de la desgracia y desesperación de
muchas personas acongojadas por el miedo que se presentaba con el dichoso
bichito.
Dice el hombre del tiempo, que se
acerca un anticiclón. La Cuaresma entra seca… Y ahora, que dicen que este año
no saldrán las procesiones a la calle, a lo mejor en Semana Santa no cae ni una
gota… Esto no hay Dios que lo entienda.
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