En euskera significa el ‘pueblo
del puente’, (Zubi, puente, iri, pueblo). Evoca al ‘puente de la
Rabia’ que salva un río de aguas claras, cristalinas, transparentes: el Arga. Nace
en el macizo de Urquiaga, por tierras de Erro, donde el Quinto Real. Lleva sus
aguas al Aragón que tributa por la izquierda, en el Ebro.
Zubiri es parada para peregrinos
que salieron de Roncesvalles-Orreaga y en la mediación de la ruta antes de
Pamplona, después de pasar por Burguete – la carretera atraviesa el caserío, a
ambos lados, prados con ganado pastando y geranios rojos en los balcones-,
Espinal, Erro, Agorreta…
Dice la tradición que en el siglo
XII comenzaron la construcción del puente – en Zubiri – pero las dificultades
por el caudal del río, que baja de la zona más lluviosa de Navarra, eran enormes.
En un momento al fijar los tajamares dieron con los restos de Santa Quiteria,
abogada contra los males de la rabia. ¡Milagro! Desde entonces a los animales
se les hacía dar tres vueltas al pilar del puente y la curación contra el mal,
asegurada.
Lo de la santa tiene para dar y
regalar. Nace en Braga (Portugal), en un parto múltiple, 9 hijas en el mismo
alumbramiento. Abandonada con sus hermanas, de niña peregrina por tierras de
España y Francia, y es decapitada en Toledo. Pero hay más. Se le representa
portando su cabeza en una bandeja… ¿Por qué está en Zubiri? ¡Ah, tradiciones
del Camino, de Templarios, leyendas que llevan los que van y vuelven y cuentan…
La carretera, la N-135 une
Pamplona con Roncevalles- Oreaga pero se conoce con el nombre de Carretera de
Francia. Buen piso, buen trazado, según qué zona con bastantes curvas… Cruza
todo el Valle de Esteríbar. Monte arbolado, vegetación abundante. Es una de las
zonas con alta pluviometría en el Pirineo Navarro.
Zubiri está en la margen derecha del
Arga. La carretera lo atraviesa. Según qué hora, el reloj de la iglesia de San
Martín la anuncia con campanadas agudas. La iglesia es nueva. La anterior la
quemaron en una de las guerras carlistas. Por allí anduvo Zumalacárregui.
Zubiri tuvo una leprosería, un
monasterio Benedictino – ora et labora –
que dependía de Leyre por concesiones del rey García de Nájera, que cobraba ‘el
quinto de los montes’ y a quien los cazadores pagaban el tribuno con piezas de
caza….
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