lunes, 22 de febrero de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Y, ahora Barbeito

 

 

 


                                

 Joselito, puso el mito y la leyenda; Rafael, el miedo; Belmonte, sacó a la arena desde la otra orilla, o sea, desde Triana, el pasmo: “quítate tú que yo no me aparto”, Curro, el paseíllo, el aroma a romero y la izquierda en la muleta para embeber al toro; Morante la media – “¡Dios mío si esto es una media!, ¿qué será una entera…?” Clarines sin timbales en la Maestranza y el Pali en cualquier esquina…

Velázquez se llevó a la Corte ese ¡ay! que se queda por el aire y que algún crítico dijo que a eso se le llama ‘sfumato’; Juan Martínez Montañés se trajo desde su Alcalá la Real, la bondad de Dios muerto que no está muerto, sino dormido, y por eso se hace Clemencia…

Pintó Murillo a Rinconete y a Cortadillo, a los que él no puso nombre, que se las andaban por los escalones de la catedral al amparo de sus muros y a donde llegan las sombras del Doña María, repartiéndose mendrugos de pan, racimos de uvas, o peripecias por hacer en el Arenal, antes que aquellos barcos fuesen río abajo, por el camino de Sanlúcar a América, por ese mar grande y azul por donde dicen que se va el sol cada tarde.

Se han escapado las rosas de los rosales en los Reales Alcázares, donde los amores imposibles del Rey don Pedro. Ya no les echa la llave por las noches Romero Murube, que ahora es conservador de estrellas. Villalón escribe de toros que comen margaritas, pero que todavía no tienen los ojos verdes, y Rafael de León, ‘avisado’ a tiempo, aires de copla que vienen de la calle.

Y ahora, Barbeito nos cuenta la luz de Málaga, la gracia de Cádiz, el arte de Sevilla, el embrujo de Granada, la esencia de esmeralda en el Cabo de Gata, olivares de Jaén, señorío de Córdoba, Huelva, sierra y mar…

Andalucía diferente, llora su alegría y canta su pena… Canal Sur, las imágenes, Barbeito la voz, la dicción, la medida, y el punto, y el compás y…

 

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