Cría
de macho de cabra desde que no mama hasta que llega a la edad de procrear.
Foto: Miguel A. Márquez Macías
“Allí había de todo: borregos
monumentales de retorcidos cuernos y robustos balidos en notas graves; corderos
que traían a la memoria los que en algunos de sus cuadros místicos pintaba
Murillo, y en fin, cabras, chivas,
de reluciente pelo, que completaban el cuadro bucólico, limitado, sin embargo,
a los estrechos límites de una calle y al artificio de unas redes”.
Málaga y sus gentes en el siglo XIX
(1995), Amparo Quilez Faz en José
Morales La palabra del campo (2017)
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