miércoles, 31 de enero de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tiempo


Va camino de tres años. Parrita  - que todavía no ha llegado a parra – se las anduvo con un grupo de perotes desperdigados por “las Málagas”, aunque él vive un poco más allá, casi en el rebalaje donde se unen el mar y los que vienen a tostarse, o sea los turistas -  y nos fue congregando. Agustín Lomeña le puso el hombre: “Perotes por la perosia”.

Nació como nacen las cosas grandes, casi sin sentir. Un café, un desayuno mañanero, cada uno echa tabaco de su petaca – o sea, se paga a escote – y se habla y se habla. En Andalucía existe desde no se sabe cuándo lo más puro de la democracia, la tertulia. La gente expresa lo que tiene que decir; los demás, opinan. Hay quien escucha y quien no se entera de nada. Luego, cada mochuelo a su olivo.

Como había que celebrar la efeméride decidimos comer en el pueblo. Casi una treintena en la mesa. El rato se partió en dos. Los andarines se largaron por la carretera de Flores; en la trinchera de Triviño un giro a la izquierda, hasta el arroyo del Sabinal, coronaron la loma de Don Paco, bajaron a la carretera de Los Llanos y cantando bajito, (es un decir, claro),  al Urogallo donde esta concertada la cita, junto al Cuartel de la Guardia Civil.

-         Y ¿eso?

-         Porque tenéis mu mala bebía

Ignacio Mariscal (que ni es mariscal ni se apellida así) guió  la partida con una caña de bambú como quien guarda pavos) era el ‘mariscal’ del campo; llevó la voz cantante. Los otros, los que no,  se  unieron – algunos con retraso – pero llegaron a la hora de las ‘sopas’ que tampoco eran sopas.

Hay quien a pesar del tiempo pasado sigue siendo Juanito – Juanito Vázquez que ya trabaja en su sexto libro – el “Pillo”,  que tampoco ha llegado a Pepillo sacó fotos de no se sabe qué baúl en que las tiene guardadas…Benito, ese tesoro de voz y bonhomía que guarda Álora para la ocasiones… pues eso, se soltó y deleitó con su cante.

Compartió mesa el alcalde. A los postres entregó a cada uno de los asistentes un escudo de solapa de Álora… A más de uno eso le hizo algo... Y a pesar de la distancia y del tiempo, ya se sabe, el pueblo ese que decía Juan Ramón que se hace nuevo cada año…  está metido dentro, muy adentro. 





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