lunes, 20 de mayo de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Barrio y otras cosas


                         



20 de mayo, lunes. Me decía en una ocasión mi amigo Alfonso Queipo de Llano, que en paz descanse, que si a mí me gustaba el barrio era porque no entendía de flamenco. Alfonso obviamente, sabía lo que decía. Y yo no soy nadie para desmentirlo ni en eso ni en ninguna otra cosa (ahora, a bote pronto, se me viene a la cabeza aquella en que decía que casi nadie conocía su apellido el que venía de Jiménez Fraud que fue uno de los fundadores de la Institución – conjuntamente Francisco Giner de los Ríos, Nicolas Salmerón, Gumersindo Azcárate y otros – Libre de Enseñanza. Pero da igual, en Málaga somos así.

Me viene todo esto a mano porque por un azar me he encontrado un programa en televisión sobre José Luis Figuereo, El Barrio. Estaba acompañado por la guitarra de Paco Cepero y lo que ese hombre regaló en el rato largo de la actuación (yo lo cogí empezado) era de una delicia de esas que uno se encuentra y no quiere que se acaben…

Entre otras cosas a mí me sugirió aquello de llévame engarzado en las yemas de tus dedos por las orilla del mar de Ulises donde las olas de nácar se deshacen antes de llegar al rebalaje y todo es espuma para luego volver a ser mar.

No sé por qué yo quería ver en la oscuridad de la noche el mástil que sobresalía entre un mar proceloso, de olas bravas que subían y bajaban a su antojo, y  donde un hombre asido con cordeles de sueños se resistía a sobrevivir al encanto de sirenas que  dicen que son reales pero que aparecen nunca porque las sirenas son creaciones nuestras que siempre se escapan cuando más las necesitamos y ellas, sabiéndolo, quieren irse…

Esas sirenas que cuando se saben necesarias, entonces, desaparecen y dejan a Ulises solo, amarrado al mástil y que sabe que algún día llegara a Ítaca, pero ese día podrá ser ya tarde. El Barrio de vez en cuando también hablaba del levante y del poniente pero esos vientos son de la Bahía de su tierra donde ha nacido uno de los grandes genios de la música de nuestros días, el Barrio, aunque mi amigo Alfonso se nos haya ido estando en lo cierto de que yo no entiendo de flamenco.

 

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