lunes, 6 de mayo de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Polluelos



6 de mayo, lunes. Ellos de apoyan unos en otros. Se dan los codos de sus alas. Se alzan sobre sí mismos…

- ¿Tú ves algo?

- No. ¿Y, tú?

- Tampoco.

Ocupan las barandillas del nido. Son los más atrevidos. Se asoman al precipicio sin miedo o sin consciencia del peligro que hay fuera o… Da igual. Sienten los tibios rayos del sol de media mañana sobre sus cabecillas pelona, sobre sus espaldas que comienzan a vestirse de plumas negras. Fuertes en la raíz, endebles a medida que se alargan. Esas plumas serán vitales cuando, volantones, comiencen esa aventura que llaman volar.

- ¿Ha pasado el peligro? Pregunta uno de los de segunda fila.

- Qué va. Sigue ahí. Ahora está clavando sus uñas en el trono del albaricoque seco, ese que está en el borde la linde y que no pudo soportar la dureza del veranos pasado cuando julio y agosto descargaron todo su fuego sobre la huerta…

El gato romano, que tiene el rabo largo los colmillos afilados y los bigotes como aspas de molino es el terror de los nidos del huerto. El gato romano trepa por el ciprés de la alberca, camina por el caballete y cuando le parece bien salta sobre el alero del tejado y se pasea ceremonioso. Entonces, todos los gorriones levantan el vuelo y se burlan de él. El gato romano, a veces, con su patita delantera, hace un intento de levantar las tejas. No lo consigue y, sigue su marcha y busca otras presas más fáciles.

- ¿Pero, entonces, se va o no se va?, vuelve a preguntar, angustiado…

- No, por ahora, no, le dice su hermano que mira fijamente al peligro. No tengas miedo. Tú no te muevas, ni pies, ni hagas ningún ruido y él no puede trepara hasta nuestro nido porque está en el filo de la rama y como es endeble se puede romper… pue no subirá y se la buscará por otros árboles…

Los cuatro patatales del nido contemplan la mañana de primavera. Están los celindos en flor; los granados han pespunteado de rojo sus ramas y dentro de nada serán granadilla que tomaran su forma, y grosor y color; los membrillos han cambiado los ramos de flores por frutos y las jacarandas se han vestido de violeta.

Y Dios que tiene en su nombre un O hizo el mundo redondo.

- Como nuestro nido…

-Eso, eso… para los pajarillos.  Hizo también, las flores y los gatos y los hombres…

 

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