jueves, 16 de mayo de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pentecostés

 

                                    


16 de mayo, jueves. Dicen que vinieron tres tipos raros desde tierras lejanas. Seguían una estrella diferente. Unos los montaron en camellos; otros, que llegaron desde Oriente y preguntaban por no sabemos que Rey que la iba a liar - ¡y de qué manera, pero ellos pensaron en otro tipo de lío!– y que se volvieron por otro camino….

Después nos contaron otras cosas que si huyeron a Egipto porque Herodes tenía las ideas de un cable caído, que si el Niño se hizo grande y empezó – como los de ahora – a darles sustos a sus padres, que si anduvo prácticamente desconocido de todo el mundo un montón de tiempo… ¿Por cierto, sabe alguien sabe si san José ese hombre mayor con barbas traspasó la carpintería o la cerró como tantas otras empresas…?

Hay otra fiesta preciosa. Era por la tarde. Los muchachos, derrotados se echaron al camino. Iban de Jerusalén hacia Emaus, y como pasa cada día, la noche se echaba encima. Un desconocido se había pegado a ellos le conminaron a que no siguiese el  camino solo  y que se quedase con ellos que eso de andar de noche sin compañía por los caminos…. ¡Y lo conocieron al partir el pan! ¿Habrá algo más bonito?

Bueno ironías aparte, el cristianismo – ese que dice que hay que amar a los enemigos y tratar a los otros como hermanos bien avenidos, ese, tiene tres fiestas fundamentales. Navidad (da igual el día, el año o la estación) Resurrección y Pentecostés.

Hay doctos que hablan con una autoridad que yo no tengo sobre las tres. A mí esta de Pentecostés me encanta. Desde siempre. Quizá sea que como me gusta ir con el pie cambiado y ésta es la menos reconocida, pues eso..

Cuando yo pienso que la Iglesia lleva más de dos mil años en manos de los hombres cada uno de su padre y de su madre, cada uno de su leche y esto no caiga es porque hay por encima Alguien que mueve la batuta y hace que la orquesta desafine lo menos posible y, a veces hasta en los desafines, acierta… A ese Alguien le llamamos Espíritu Santo. Dicen que cincuenta días después de la Resurrección se presentó sin avisar y dijo, que el cachondeo se había acabado y cada uno a cumplir con su misión. Y le hicieron caso y las cosas comenzaron a funcionar, y miren por donde, sigue funcionando…. Veni Creator Spiritus. (Ven Espíritu Creador). ¡No veas cómo te estamos necesitando!

 

 

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