domingo, 5 de mayo de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La infancia andaluza de Cervantes.


                          


5 de mayo, domingo. Dice Astrana Marín en su Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra: "De suerte, que Rodrigo de Cervantes, a su casamiento, siguió morando en el hogar de su madre y hermana; y así, en éste, número 2 actual de la calle de la Imagen, nació el Príncipe de nuestros escritores.” 

Sus hermanos, Andrés (1543), Andrea (1544) Luisa (1546) priora en el convento de las Carmelitas, Rodrigo (1550), Juan al que su padre menciona en el testamento y Magdalena que nace en 1552 en Valladolid. Miguel fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Alcalá de Henares el domingo 9 de octubre de 1547.

Con poco más de tres años, en 1551 se traslada con sus padres a vivir a Valladolid. En Alcalá solo dejan unas tierras en renta. La necesidad apretaba. Viven en pobreza, por impagos, cárcel. En 1553, liberado de la cárcel su padre vuelve a Alcalá, y de allí, a Córdoba al amparo del abuelo, donde llegan pobres y sin siquiera ropa. Cervantes hace por primera vez el viaje.  Ocho personas se acomodarían tristemente en el carro de Alcalá a Madrid. En ocho jornadas de camino desde Madrid, sesenta y dos leguas de un trayecto que Miguel cruzará por vez primera y luego recorrerá durante muchos años y hará inmortal.

Miguel de Cervantes en Córdoba encuentra con una profunda diferencia. Córdoba tiene un río, una campiña, y una tierra de campos floridos, en contraposición con la adustez de la tierra en Alcalá. Todo eso penetra – la gente y los barrios, mesones y oficios, el Potro, lo va marcar y aparecerá en su obra, luego - de tal manera que se incrusta en su manera de ver y de contar las cosas.

 La familia, mejora económicamente. La sombra del abuelo se alarga mientras vive. El cirujano Rodrigo Cervantes se establece en la calle de San Nicolás, en Grajeda.

Había maestros que enseñaban a leer, escribir, contar y hasta latín y otras disciplinas; pero un verdadero colegio de enseñanza media a tono con la importancia de la capital, no existía ninguno.

Con siete años – no está probado – el niño Miguel va a la escuela. Cervantes lucha con un problema añadido: posible tartamudez. De aquellos maestros de maestros de primeras letras, ha quedado constancia de un Pedro López y de Diego López,  «maestro enseñar a leer mozos». Luego pasó por las manos de Alonso de Vieras y posteriormente asistió al colegio abierto por la Compañía de Jesús, que con ímprobo esfuerzo había logrado establecer san Juan de Ávila. Allí estudió dos cursos de Gramática y se internó en el mundo del teatro.

Tras la muerte del licenciado Cervantes, su hijo Rodrigo levanta la casa y se va a Cabra donde su hermano Andrés goza de una posición económica desahogada y es alcalde por ‘gracia’ del duque de Sessa señor de aquellas tierras. Parece que la llegada del joven Miguel a Cabra es en 1558. El paisaje se adentra en su alma y de hecho la sima y algunos parajes los va a citar varias veces en su obra.

En algún momento de su juventud Cervantes debió conocer Sevilla. A mediados de 1563 (16 años) está allí. Se establece en la collación de San Miguel; luego, en la de San Salvador. Sevilla era la capital económica de España y una de sus ciudades más importantes de Europa. A su puerto llegan las riquezas de América, a su suelo lo mejor y lo peor de la sociedad. Todo va de la mano. Allí continuó sus estudios en los jesuitas y vivió momentos de gloria y de dureza. Sevilla es el imán de su corazón, cuya vida alegre, tumultuosa, pícara, aguda y regocijada, plasmará pronto en páginas inimitables.  En la Cárcel Real de Sevilla, «donde toda incomodidad tenía su asiento y donde todo triste ruido hacía su habitación», comienza a escribir, al parecer, años después, su obra cumbre, el Quijote. ¿Es andaluza la formación de Cervantes?

 

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