5 de mayo, domingo. Dice Astrana Marín en su Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra: "De
suerte, que Rodrigo de Cervantes, a su casamiento, siguió morando en el hogar
de su madre y hermana; y así, en éste, número 2 actual de la calle de la
Imagen, nació el Príncipe de nuestros escritores.”
Sus hermanos, Andrés (1543), Andrea (1544) Luisa
(1546) priora en el convento de las Carmelitas, Rodrigo (1550), Juan al que su
padre menciona en el testamento y Magdalena que nace en 1552 en Valladolid.
Miguel fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Alcalá
de Henares el domingo 9 de octubre de 1547.
Con poco más de tres años, en 1551 se traslada
con sus padres a vivir a Valladolid. En Alcalá solo dejan unas tierras en
renta. La necesidad apretaba. Viven en pobreza, por impagos, cárcel. En 1553,
liberado de la cárcel su padre vuelve a Alcalá, y de allí, a Córdoba al amparo
del abuelo, donde llegan pobres y sin siquiera ropa. Cervantes hace por primera
vez el viaje. Ocho personas se
acomodarían tristemente en el carro de Alcalá a Madrid. En ocho jornadas de
camino desde Madrid, sesenta y dos leguas de un trayecto que
Miguel cruzará por vez primera y luego recorrerá durante muchos años y
hará inmortal.
Miguel de Cervantes en Córdoba encuentra con una
profunda diferencia. Córdoba tiene un río, una campiña, y una tierra de campos
floridos, en contraposición con la adustez de la tierra en Alcalá. Todo eso
penetra – la gente y los barrios, mesones y oficios, el Potro, lo va marcar y
aparecerá en su obra, luego - de tal manera que se incrusta en su manera de ver
y de contar las cosas.
La
familia, mejora económicamente. La sombra del abuelo se alarga mientras vive.
El cirujano Rodrigo Cervantes se establece en la calle de San Nicolás, en
Grajeda.
Había maestros que enseñaban a leer, escribir,
contar y hasta latín y otras disciplinas; pero un verdadero colegio de
enseñanza media a tono con la importancia de la capital, no existía ninguno.
Con siete años – no está probado – el niño Miguel
va a la escuela. Cervantes lucha con un problema añadido: posible tartamudez.
De aquellos maestros de maestros de primeras letras, ha quedado
constancia de un Pedro López y de Diego López, «maestro enseñar a leer mozos». Luego pasó
por las manos de Alonso de Vieras y posteriormente asistió al colegio abierto
por la Compañía de Jesús, que con ímprobo esfuerzo había logrado establecer san
Juan de Ávila. Allí estudió dos cursos de Gramática y se internó en el mundo
del teatro.
Tras la muerte del licenciado Cervantes, su hijo
Rodrigo levanta la casa y se va a Cabra donde su hermano Andrés goza de una
posición económica desahogada y es alcalde por ‘gracia’ del duque de Sessa
señor de aquellas tierras. Parece que la llegada del joven Miguel a Cabra es en
1558. El paisaje se adentra en su alma y de hecho la sima y algunos parajes los
va a citar varias veces en su obra.
En algún momento de su juventud Cervantes debió
conocer Sevilla. A mediados de 1563 (16 años) está allí. Se establece en la collación
de San Miguel; luego, en la de San Salvador. Sevilla era la capital económica
de España y una de sus ciudades más importantes de Europa. A su puerto llegan
las riquezas de América, a su suelo lo mejor y lo peor de la sociedad. Todo va
de la mano. Allí continuó sus estudios en los jesuitas y vivió momentos de
gloria y de dureza. Sevilla es el imán de su corazón, cuya vida alegre,
tumultuosa, pícara, aguda y regocijada, plasmará pronto en páginas
inimitables. En la Cárcel Real de Sevilla, «donde toda incomodidad tenía
su asiento y donde todo triste ruido hacía su habitación», comienza a escribir,
al parecer, años después, su obra cumbre, el Quijote. ¿Es andaluza la formación
de Cervantes?
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