viernes, 31 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Andalucía, nuestra
31 de mayo, viernes. Decía
mi maestro, Manuel Alcántara que el quería que las olas tuviesen, cuando
llegase el día, un sabor ‘ginebrino’ y que desde el rincón del Rincón vería
los barcos que venían aquel atardecer de julio – ‘a la Virgen cirio y a la
mar maera’ – porque llegaba al rebalaje la gente de la mar de aquella
manera…
De aquella manera también me lo
dijo una noche de encierro de la Virgen marinera dos amigos entrañables, Paco
Rengel y José María Martín Urbano. Las puertas de la iglesia de par en par, los
corazones más abiertos aún, porque esta gente puede que alguno no crea en Dios,
pero en quienes todos creen es en la Virgen del Carmen.
Era media tarde, deambulábamos
por el Callejón del Agua. Por aquí me dijo Salvador venía el agua por
unos atanores, desde Carmona, y entonces, entre el embrujo de los patios a mí
se me ocurrió pensar en aquello: “No lo dudes, date prisa, un amigo a mí me
dijo,
“que una mujer quiere verte y quiere bailar contigo”.…..
Y como la mente no se queda
quieta se me vino aquello de “romana y mora”, la de Séneca – (“No hay
mal viento cuando lleva a buen puerto”), y la de Lucano y la de los Abderrarmán
que, aunque numeraron hasta tres, yo me quedo con el tercero…
Y de olivos en Cazorla y Mágina
y la lechuza que iba y venía al velón de aceite de Santa María, y del que le
puso nombre a la Serranía y al río que fue hasta Sanlúcar a entregar el tributo
de una tierra a la que pedimos tanto y, a veces, le damos tan poco.
Y ese paseo de luna sobre
alminares y torres de la Alhambra. Que sí Federico, que van de la nieve al
trigo, y baja las noches de luna clara, embrujada por no sé que llanto que un
día se quedó perdido entre las cumbres blancas, a veces cicateras con el agua
que le niegan a Almería…. ¡Ay si Almería tuviese el agua que le sobra a otros!
Y sigo pensado en “el brillo
de plata de las salinas / y el color de la luna de madrugada…” y en aquel
río que desde Fuenteheridos serpentea en los recodos de la sierra y se recrea y
le da el regalo más bonito que se le pueda regalar al amor: “Flores” pero como es
así comparte – en nombre, en amor y en devoción – y lo lleva hasta Álora, donde llegan las brisas de
la mar y ella se asoma como de puntillas para verlas, desde las lejanía y….a lo
lejos, Málaga, y va a decirle que ella es: cantaora.
jueves, 30 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. San José
30 de mayo, jueves. Encima
del aparador ese que guarda la vajilla que nunca se usa está san José. Es un
santo de pasta de madera de valor material tirando de medio a bajo, o sea,
vulgar, pero de un valor afectivo de los que no tienen precio.
Me explico. En la familia
siempre se tuvo por regla tácita que la imagen sería para el primogénito que
llevase el nombre. Mi bisabuelo se llamaba José, y el nombre continuó en su
hijo, mi abuelo, en mi padre, su nieto y en el que escribe estas letras. Por si
la curiosidad fuese poca, yo me llamo igual que mi bisabuelo (nombre y
apellidos) y su lápida es la más antigua del cementerio nuevo de Álora, 1883…
A lo que iba. El san José de la
cómoda no está hecho una lástima. No está solo. Por esa manía que hay en las
casas de buscar compañía a las imágenes comparte espacio con una de la Virgen
de Fátima y con una segadora de Lladró… Por encima de ellos una marina,
preciosa, que un buen día paseando por Córdoba - convendrán que no es el lugar
más apropiado para comprar ese tipo de obras, la vi…, me gustó y como uno era
caprichoso, pues eso.
Yo lo miro muchas veces cuando
estoy en esos ratos en que uno está solo. Y le hablo y nos decimos cosas. Lo
veo maduro - que no viejo – con el niño de la mano. Ese niño es el suyo. No soy
yo que no termino de hacerme grande, silencioso, siempre esperando que le diga
algo y se lo digo y nos entendemos.
Le rezo, cuando la noche entra
en esas horas en que los bosques se hacen aún más oscuros, impenetrables y
misteriosos, encanados, entonces lo siento más cercano y se crea una corriente
de afecto mutuo. Sé que dentro de mí hay un momento de paz que surge de manera
espontánea.
Él me dice que hay días que
también se fatiga mucho y que me entiende. Y me habla de sus músculos de
carpintero que se desgastan y que sabe que tiene una tarea pendiente pero que
casi nunca encuentra el momento de meterle mano y lo deja para mañana. Como
algunas veces haces tú, me dice, pero él y yo sabemos que yo no puedo hacer su
tarea porque esa se la encomendaron en secreto, aquella noche cuando el Ángel
en sueños se le apareció y le dijo todo lo que le esperaba…
Y entonces, él y yo nos damos
las buenas noches y dejamos que la noche vaya recorriendo su camino.
lunes, 20 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Barrio y otras cosas
20 de mayo, lunes. Me
decía en una ocasión mi amigo Alfonso Queipo de Llano, que en paz descanse, que
si a mí me gustaba el barrio era porque no entendía de flamenco. Alfonso
obviamente, sabía lo que decía. Y yo no soy nadie para desmentirlo ni en eso ni
en ninguna otra cosa (ahora, a bote pronto, se me viene a la cabeza aquella en
que decía que casi nadie conocía su apellido el que venía de Jiménez Fraud que
fue uno de los fundadores de la Institución – conjuntamente Francisco Giner de
los Ríos, Nicolas Salmerón, Gumersindo Azcárate y otros – Libre de Enseñanza.
Pero da igual, en Málaga somos así.
Me viene todo esto a mano
porque por un azar me he encontrado un programa en televisión sobre José Luis
Figuereo, El Barrio. Estaba acompañado por la guitarra de Paco Cepero y
lo que ese hombre regaló en el rato largo de la actuación (yo lo cogí empezado)
era de una delicia de esas que uno se encuentra y no quiere que se acaben…
Entre otras cosas a mí me sugirió
aquello de llévame engarzado en las yemas de tus dedos por las orilla del mar
de Ulises donde las olas de nácar se deshacen antes de llegar al rebalaje y
todo es espuma para luego volver a ser mar.
No sé por qué yo quería ver en
la oscuridad de la noche el mástil que sobresalía entre un mar proceloso, de
olas bravas que subían y bajaban a su antojo, y
donde un hombre asido con cordeles de sueños se resistía a sobrevivir al
encanto de sirenas que dicen que son
reales pero que aparecen nunca porque las sirenas son creaciones nuestras que
siempre se escapan cuando más las necesitamos y ellas, sabiéndolo, quieren
irse…
Esas sirenas que cuando se
saben necesarias, entonces, desaparecen y dejan a Ulises solo, amarrado al
mástil y que sabe que algún día llegara a Ítaca, pero ese día podrá ser ya
tarde. El Barrio de vez en cuando también hablaba del levante y del poniente
pero esos vientos son de la Bahía de su tierra donde ha nacido uno de los
grandes genios de la música de nuestros días, el Barrio, aunque mi amigo
Alfonso se nos haya ido estando en lo cierto de que yo no entiendo de flamenco.
domingo, 19 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Heredia, un prócer controvertido
19 de mayo, domingo. Dice
la historia que venía de la tierra de Cameros, en el Camero Viejo, entre los
Iregua y Cidacos, en Logroño y que ahora
ya llamamos Comunidad Autónoma de la Rioja. Igual que él, los Heredia, vinieron
otras familias desde aquellos lugares y desdes las Tierras Altas de Soria a
Málaga: Saénz de Tejada, Larios, Lería, Félix Saénz…
Dicen que llegó con quince
años, a los dieciséis o diecisiete era dependiente de comercio, a los
veintisiete se casó con Isabel Livermore Salas, a los treinta uno de los más
poderosos comerciantes de la Málaga del siglo XIX y a los cincuenta uno de los
mayores capitalistas de España, propietario de una flota de buques - dieciocho-
varias ferrerías fábricas de jabón y tres fincas rústicas. Fundo unos altos
hornos y creó una línea regular entre Málaga y América. Dicen que tuvo la
nómina de empleados más grande que aún no se ha superado en la provincia de
Málaga.
Como todo hombre con una vida
fuera se lo común se le atribuyen varias anécdotas. Julián Sesmero cuenta que
necesitaba empleados cualificados para sus siderurgias. Sabía que los mejores
operarios estaban entre los gitanos. Había un problema. Carecían de apellidos y
no los podía enviar a formarse a Inglaterra. Entonces, ni corto ni perezoso, a
los que no tenían apellidos les fu dando el suyo de “Heredia”
Hay una segunda ocurrencia que
demuestra su clarividencia en el sentido comercial. Envió a Cuba un cargamento
procedente de su fábrica de jabón, su representante, le envió un cable
anunciándole que no lograba vender ni una sola pastilla, a lo que él contestó:
“Regale el jabón. Envío urgentemente otro cargamento”.
Manuel Agustín Heredia se le
considera en Málaga como el mayor promotor del desarrollo industrial del siglo
XIX. Creó los Altos Hornos de Marbella. Obviamente tiene también detractores
que ensombrecen una obra hoy casi olvidada porque los tiempos avanzan a una
velocidad impresionante. Hay quien opina que parte de su riqueza vino como
consecuencia de las miserias surgidas a raíz de la Guerra de la Independencia.
No tengo elementos de juicio ni para vilipendiarlo ni para ensalzarlo. Creo que
deben recogerse todas las opiniones. Residió en la finca de San José, nodriza
de la Concepción, justo al lado, enfrente, y que una estatua recuerda la
magnitud de su obra cerca de la verja del puerto junto a un lugar que desde
luego no le fue ajeno en su vida.
sábado, 18 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La vegetación del río Guadalhorce
18 de mayo, sábado. Por un mal entendido ecologismo desde hace unos años se ha abandonado la limpieza y el mantenimiento de las la orillas del río. Un grupo de voluntarios hace un trabajo encomiable y periódicamente limpia de suciedad y desperdicios que los humanos dejan sin el más mínimo pudor. Obviamente, hay que destacar la labor de solidaridad de unos y denunciar la pésima actuación de otros. Nuestro río tiene ofrece una enorme riqueza.
Sacuces (salix alta) de copa alargada e irregular, raíces fibrosas que sostienen bien el terrero. Hay ejemplares de consideración, aguas abajo del Cortijo Coronado y en los Aneales.
Fresnos (Fraxinus excelsior). Su copa, ovalada, con pocas ramas y poco extendidas. Su madera es buena para mangos de herramientas agrícolas.
Chopos (Populus tremula). Debe su nombre al tintineo que producen sus hojas temblorosas ante el menor movimiento de aire. Su madera, ligera y de poco peso. Se pueden apreciar en cualquier punto del término municipal y siempre cercano a una corriente de agua.
Olmos (Ulmus minor). Su copa, extendida y poco densa. Florece a partir de febrero y marzo. Vive en suelos fresco y profundos, y exige un mínimo de agua en el suelo, por lo que es frecuente que crezcan junto a corrientes en canales de riego terrizos. Su madera es apreciada para instrumental que debe estar en contacto con el agua. Se le conoce, también, como ‘álamo negro’ Existía una alameda en el Hoyo del Conde, en los Aneales, junto al Arroyo del Sabinal y en el encajonamiento del río entre, el Morquecho del Río Allá y la Dehesa de Flores.
Álamos blancos (Populus alba). Su crecimiento es rápido. Posee una amplia red radicular invasora, por lo que a veces se ve en las barrancas del río, que quedan al descubierto tras una riada. Existían unos ejemplares dignos de consideración a orillas del Guadalhorce en el vado de la Calerilla y en la zona de Isla Hermosa.
Mimbres (Salix vimnalis). Su madera, ligera, robusta. En Álora existió una artesanía del mimbre que se plasmaba en canastos, canastas, mayores que los anteriores y con asas… Se podían ver en desagües o a orillas del propio río.
Alisos (Agnus glutinosa). Su porte de mediana. De color verde oscuro. Se propaga
fácilmente por semillas, aunque emite abundantes chupones de la raíz. Su
corteza es rica en tanino. Existían ejemplares de consideración en la
desembocadura del Arroyo de las Piedras en el Guadalhorce, frente a la Vega, en
Las Mellizas.
viernes, 17 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cuento apócrifo
17 de mayo, viernes. Era
una mañana de mayo. Dios madrugó porque Dios madruga mucho. Dios madruga más
que la luz y aquella mañana decidió darse el paseo de todos los días y entonces
fue y le dijo a las estrellas que ya era hora de recogida que el sol apuntaba
por detrás del Cerro del Santi Petri y que no estaba bien que ellas se las
anduviesen a esa hora por esos mundos.
El lubricán que es muy
obediente fue y se dijo que él también recogía los bártulos y que era el
momento de ir dejando el paso de la belleza del alba. Comenzaron a cantar los
mirlos madrugadores. Sí, esos que han anidado en las alamedas del río. El
carbonerillo en su humildad también quiso unirse al canto de los demás
pajarillos madrugadores. El ruiseñor que es un señor en toda la extensión de la
palabra pensó que con su canto él podría ensombrecer el de otros pajarillos y
entonces fue y dejó de cantar.
Dios lo miraba todo. Vio como
algunas mujeres muy trabajadoras de esas que van a Málaga en el primer tren
porque ellas trabajan por horas iban a la estación. Luego, cuando llegan de
regreso, por la tarde, vienen cansadas y fundidas y Dios va y se dice. Como mi
madre que bajaba al pozo antes de las primeras luces y luego le hacia un tazón
de leche a José para que comenzase la tarea y otro para mí. Yo era muy niño pero
antes de ir a la sinagoga también daba un sorbo la tazón de leche y me comía
los dátiles y lo higos secos, uno a uno, camino de la escuela.
Dios vio, también como otros
hombres llevaban una pequeña neverilla con la comida para el día y como los
niños casi con los ojos pegados se iban para los Institutos – los de las clases
de primaria entraban más tarde – y en los pasos de cebras, unos hombres
uniformados regulaban el tráfico para que no hubiese problemas a la hora de
cruzar por la carretera. Y entonces Dios fue y pensó ¿qué seria de esta gente
si no tuviesen la ayuda de los hombres uniformados?
Dios lo venía todo. El día
abría esplendoroso. Las jacarandas están ahítas de flores lilas y cuando los
pétalos ya se deshojan entonces dejan una alfombra morada sobre el suelo. Los
celindos perfuman la mañana y las celestinas le ponen el color- dijo Dios como
el color del manto de mi Madre – a la mañana, y Dios vio que todo lo que había
hecho estaba bien y se dijo: ahí os lo dejo para que lo disfrutéis. Era solo una
mañana de mayo…
jueves, 16 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pentecostés
16 de mayo, jueves. Dicen
que vinieron tres tipos raros desde tierras lejanas. Seguían una estrella diferente.
Unos los montaron en camellos; otros, que llegaron desde Oriente y preguntaban
por no sabemos que Rey que la iba a liar - ¡y de qué manera, pero ellos
pensaron en otro tipo de lío!– y que se volvieron por otro camino….
Después nos contaron otras
cosas que si huyeron a Egipto porque Herodes tenía las ideas de un cable caído,
que si el Niño se hizo grande y empezó – como los de ahora – a darles sustos a
sus padres, que si anduvo prácticamente desconocido de todo el mundo un montón
de tiempo… ¿Por cierto, sabe alguien sabe si san José ese hombre mayor con
barbas traspasó la carpintería o la cerró como tantas otras empresas…?
Hay otra fiesta preciosa. Era
por la tarde. Los muchachos, derrotados se echaron al camino. Iban de Jerusalén
hacia Emaus, y como pasa cada día, la noche se echaba encima. Un desconocido se
había pegado a ellos le conminaron a que no siguiese el camino solo
y que se quedase con ellos que eso de andar de noche sin compañía por
los caminos…. ¡Y lo conocieron al partir el pan! ¿Habrá algo más bonito?
Bueno ironías aparte, el
cristianismo – ese que dice que hay que amar a los enemigos y tratar a los
otros como hermanos bien avenidos, ese, tiene tres fiestas fundamentales.
Navidad (da igual el día, el año o la estación) Resurrección y Pentecostés.
Hay doctos que hablan con una
autoridad que yo no tengo sobre las tres. A mí esta de Pentecostés me encanta.
Desde siempre. Quizá sea que como me gusta ir con el pie cambiado y ésta es la
menos reconocida, pues eso..
Cuando yo pienso que la Iglesia
lleva más de dos mil años en manos de los hombres cada uno de su padre y de su
madre, cada uno de su leche y esto no caiga es porque hay por encima Alguien
que mueve la batuta y hace que la orquesta desafine lo menos posible y, a veces
hasta en los desafines, acierta… A ese Alguien le llamamos Espíritu Santo.
Dicen que cincuenta días después de la Resurrección se presentó sin avisar y
dijo, que el cachondeo se había acabado y cada uno a cumplir con su misión. Y
le hicieron caso y las cosas comenzaron a funcionar, y miren por donde, sigue
funcionando…. Veni Creator Spiritus. (Ven Espíritu Creador). ¡No veas cómo te estamos
necesitando!
miércoles, 15 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Con flores a María
15 de mayo, miércoles. El viejo edificio maloliente daba acogida a los niños del pueblo. Era la Escuela Pública de ‘los niños’. (La de las niñas estaba en la calle de la Parra). Don José Oropesa tenía su clase en el piso de arriba. En el testero principal, al fondo, conforme se entraba, a la izquierda, colgaba una estampa de la Inmaculada de Murillo. La estampa estaba protegida por un cristal polvoriento. Dos tarros de cristal en una repisa de madera. Siempre tenían flores durante el mes de mayo.
Después, de hacer aquel dictado que comenzaba: “en el fondo de la galería resonaba un piano destemplado que parecía balbucear de mala gana…” los niños cantábamos el ‘venid y vamos todos con flores a María…’ Don José era un hombre bueno, muy bueno.
La Virgen del Recreo, en el Seminario, era de mármol blanco y frío. Estaba bajo una covacha de ladrillo, de estilo neomudéjar, que probablemente debió colocar allí don Manuel González. En las noches de mayo, los muchachos, después de unas tardes largas de estudio, cuando el crepúsculo se perdía por la sierra de Mijas y los camiones subían lentamente por la cuesta del Colmenar, bajábamos al recreo y le cantábamos aquello de ‘venid y vamos todos con flores a María…’ Don Manuel era un hombre bueno, muy bueno. Hoy está en los altares.
Escribió, Alfonso Grosso, Giralda y Con flores a María. Dos obras excelentes. Probablemente la crítica social y antropológica más profunda, concienzuda y dura de una religiosidad andaluza difícil de comprender. Denunció Alfonso, con valentía los que otros ven y callan. Dijo lo que sí y lo que no. Y puso a muchos en su sitio. A su muerte, escribieron de él. Yo personalmente no lo conocí; no me cabe duda, si escribió lo que escribió, además de valiente, fue un hombre bueno.
Dice el periódico que existe un enorme desconcierto en España. Parece que hemos pedido no el norte, no. Hemos perdido también los otros tres puntos cardinales hasta el punto que se ven cosas que es mejor tenerlas por obras de perturbados que por realizaciones de arte. Pienso en la música, en los espectáculos sociales, en la crispación que aparece por cualquier esquina, en la insatisfacción que lo llena todo, que lo invade todo. ¿Nos paramos a analizar el contenido de algunos programas de televisión?
No sé si todo se ha desquiciado
porque eso de venid y vamos todos con flores de María nos parece ñoño. No sé. A
veces, me pregunto ¿y si no lo es?
martes, 14 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Jardín de la Concepción
14 de mayo, martes, Muy cerca de Málaga. Conforme se enfila la salida de la ciudad por la autovía de Las Pedrizas, a la derecha. Un bosque frondoso en los meses mayores dice que allí, bajo sus copas se encierra algo único, excepcional. Puede verse algo parecido en algunos sitios; igual, casi imposible.
El espectáculo increíble. Una selva
inesperada. Aldabonazos de belleza hacen que la vista, ante tanta abundancia,
no sepa hacia donde dirigirse. La flora sorprendente, palmeras altivas,
senderos serpenteantes, regueros de agua que bajan y dejan un rumor para soñar,
para pensar cómo eso tan bello y tan extraordinario ha podido conservarse ahí,
de esa manera.
Un palacio semiescondido entre
la fronda adorna uno de sus laterales con la belleza generosa de jacarandas en
flor y entonces revientan con su color lila; si el tiempo de floración ha
pasado, entonces una techumbre de verde, orlada por una colección de
aspidistras dice que estamos en un lugar que tiene algo especial. Es verdad. En
ese cenador se urgieron página de la Historia de España del siglo XIX. Allí
compartían mesa y conspiraciones el marqués de Salamanca, Cánovas del Castillo,
Estébanez Calderón, Francisco Silvela, Jorge Loring, Romero Robledo… Allí nació
el Banco de Málaga o la construcción del ferrocarril de Málaga a Peñarroya por
Córdoba porque había que abastecer de carbón las siderurgias de Heredia.
Amalia Heredia Livermore se
casó con Jorge Loring. Amalia era hija de Manuela Agustín Heredia e Isabel
Livermore. La afición por las plantas, el ir y venir de una flota de barcos –
Málaga tenía un correo mensual con Nueva York – y el congraciarse con la señora
de los capitanes de barcos hizo que a la finca de san José – su residencia-
llegasen las plantas más exóticas del mundo. Cuando Amalia y Jorge se
establecen enfrente, en la Concepción, el trasvase de plantas fue algo normal.
Hacer una relación exhaustiva
de plantas es algo que suena a catálogo. No es la intención. Solo citar
buganvillas, palmera, plátanos de sombra, azahar de China, aligustres, almeces,
cipreses, pacíficos, ficus, laureles de Indias, chamadoreas, cañas de bambú…
Entren, pasen y vean. Al igual
puede que piensen que están en una selva al alcance de la mano. No están
equivocados ¿o sí? Cuando lleguen a una de las lindes se van a encontrar con el
mirador y Málaga, al fondo, que espera fundirse en ese beso de amor que siempre
sueña con África al otro lado del lago azul que Roma dijo que era nuestro…
lunes, 13 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¡Ay, trece de mayo!
13 de mayo, lunes. Lo pide la fecha en el calendario y lo pide el tiempo; lo pide lo que uno lleva dentro y “tus ojos de manzana / y tus labios de cuchillo…” Se lucieron Rafael de León y el Maestro Solano. Se lució doña Concha y, otras que, también la han cantado, pero como como ella, ninguna.
Hay otro trece de mayo. Portugal - ¡con la de buena gente que hay casi al lado de la Raya! hoy también tiene un día grande. En Fátima miles de personas irán a ver a su Virgen. Don Antonio Machado dijo que España era devota de Frascuelo y de María. También tenemos ahíto el calendario de advocaciones marianas en estas tierras: Rocío, Pilar, Flores, Desamparados, Fuensanta, Paloma, Aliseda, Monserrat o Begoña….
Me decía un amigo que la fe empieza donde termina la limitación del hombre. Cientos, miles de personas buscarán una salida, elevarán una, cientos, miles de plegarias y, a la noche - o quizá antes - vuelvan a sus casas con la esperanza de que todo va a tener arreglo.
Dicen los que saben que la copla siempre es una pequeña historia con un inicio, un desarrollo y, el desenlace. Puede. Ésta, desde luego, además de un poema bellísimo, es un canto a la desesperación, al amor ciego, al amor que llega donde y cuanto quiere… En la España de hoy quizá se quedaría en la plaza del suspiro.
¿Cuántos nombres tienen nueve letras? ¿Sería un capricho de Rafael de León poner el nueve? ¿Sería la prueba definitiva para ver si la cuenta estaba bien hecha? Maestro, preguntaba el niño en la escuela ¿con la prueba del nueve?
Se ha echado, estos días, a los caminos gente de media Andalucía - en la otra mitad se mira, se observa, se interroga-. Van a la aldea de Almonte. El lunes de pentecostés llama a la puerta y en la madrugada del domingo al lunes vamos a ver escenas que a uno le faltan calificativos para darles un sitio, pero las cosas son cono son o como queremos que sean.
Mi amigo Bartolomé, peregrino
empedernido a Fátima de donde acaba de volver, un día mano a mano los dos me
contaba: sintieron como el reflejo de luz que se aproximaba y vieron una Señora
vestida de blanco surgir de una pequeña encina que aseguraron que se trataba de
la Virgen María”. (“Bienaventurados los que sin ver creyeron”) ¡Ay, trece,
trece de mayo en que me encontré contigo!
domingo, 12 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Camino
12 de mayo, domingo. Nos ha
bombardeado el telediario del mediodía de Canal Sur – en estos días vendrán
más, como es lógico- con la salida de las carretas que van para el Rocío. Decía
la voz en off que algunas vienen de puntos lejanos de la geografía y van a
recorrer más de trescientos kilómetros.
La gente, con todo este
batiburrillo de cosas, vende alegría en su cara, en su manera de expresar los
sentimientos que les salen desde sus adentros, en su manera de pregonar la
‘tradición’ aunque algunas tengan la antigüedad del año pasado.
Da igual. Otras vendrán –
quiero decir, irán – a la marisma desde puntos aún más lejanos. Obviamente van
a cambiar la carreta por otro medio y los bueyes que permitirán el camino se
alimentarán de queroseno o de gasoil o vaya usted a saber.
Me decía un día mi amiga Pilar
que alguna vez tendría que ir a su pueblo, o sea, a la Puebla del Río - ¿No han
visto ustedes cómo pasa el río por la Puebla? No se lo pierdan, siendo igual,
cada día, es distinto - para ver cómo hacen el camino las carretas. Por
supuesto que algún día – la verdad que no sé cuándo – habrá que ir y ver ese
colorido que según las imágenes se emborrizan en polvo de las arenas y se
adereza con la brisa de la marisma y briznas de eso que llamamos fe.
Yo, algunas veces, me he
preguntado qué sienten los peregrinos cuando, terminados los eventos del lunes
de Pentecostés, la gente “cansada pero contenta” inicia el camino de vuelta. Y
me he preguntado qué se quedarán pensando los miles de pájaros, uno de nombres
rimbombantes, y otros desconocidos, cuando vean que al final, muy al final de
los últimos que se pierden, se asienta el polvo porque “todo se va terminando
como un sueño que se aleja…”
sábado, 11 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ten... pa tó
11 de mayo, sábado. Tarde
de feria. Los bares montan mesas en la calle; lo invadían todo. Hay que sacar
algo porque luego viene el invierno y la cosa se puede poner fea si no se saca
algo extra en los días de las fiestas.
El segundo día de feria, por no
se sabe que extraño misterio, parecía el día propicio para que acudiese el
personal, que habitualmente residía en el campo, todos vestidos con la ropita
nueva. La economía no daba para más. Un día y basta. El matrimonio, los niños,
la suegra, los novios de las niñas, la cuñada soltera y alguna vecina amiga. Mesa
completa...
Gilena era
grande como algunos jugadores de baloncesto de ahora (entonces ni se sabía de
la existencia de ese deporte), de camarero. Pantalón negro, camisa blanca y el
pelo ensortijado con la luz propia de la brillantina barata. Se acerca a la
mesa:
- ¿Que va a ser?, pregunta….
El personal responde como un
resorte. Todo a la vez y a gritos.
- Yo, fanta de naranja; yo,
coca-cola; un mitad; yo, pepsi; un quinto pero que
sea Victoria; yo, de limón; un café doble con tejeringos; un cartucho
de papas fritas; un cuarto; yo, café solo; yo, con leche; un ponche; yo…
Gilena, era el
camarero que atendía en la calle. Escucha con la bandeja bajo el brazo y las
manos entrecruzadas a la espalda. Se vuelve un poco, gira la cabeza y se dirige,
con la voz más alta que los energúmenos, al mostrador:
- Pepe, “ten pa tó”.
Lo cabo de leer. El portavoz de
nombre casi impronunciable, de no sé qué organismo de la Unión Europea que
tiene que ver con la alimentación, ha hecho pública la posible prohibición de
utilizar aditivos que dan sabores de ahumados.
¿Se acuerdan lo que se formó
con ciclamatos? Después vino lo del azúcar; ahora, esto. Probablemente haya
conflictos de competencias y cortan por la calle de en medio: supresión de
aditivos. Le endosan tropecientas mil cosas y todas malas. Dicen también que,
si los países miembros lo aceptan, puede entrar en vigor relativamente pronto.
O sea, que el panorama no pinta
muy boyante para los que gustamos de sabores diferentes. Probablemente haya que
aceptar que “ten, pa tó” ( té para todos) puede estar ahí al revolver de
la esquina como quien no quiere la cosa.
viernes, 10 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nocturno
10, de mayo, viernes. El
Barranco mira al pueblo desde enfrente. Está ahí, en su sitio, recostado en la
ladera por la que la sombra del castillo se prolonga y baja y llega como los
niños que jugaban “a pata coja”, en esas horas en que se lo inventan todo, para
salvar el desnivel hasta la plaza y luego…
¿Luego?,
luego, el pueblo remonta, otra vez, el vuelo y sube y busca – siendo el mismo –
otro cielo. (Dentro de un rato, cuando
la noche extienda su manto, entonces, las estrellas en la distancia se asomarán
despacio...)
El
Barranco – o sea, ese pequeño Albaicín blanco y nuestro – es un vericueto de
calles que se entrecruzan. Suben, bajan, llanean. Se paran aquí y allí; toman
un resuello y siguen y vuelven a empezar. El viajero mira, se asoma, ve y se
extasía con todo lo que sus ojos contemplan. Dicen que ‘albaycín’ significa:
‘cuesta’. Me pregunto yo ¿tomarían de aquí el nombre?
Una
pared cercana corta el paso; la calle gira de pronto; se va por otro sitio y,
dice que por aquí, no; por allí, sí. Sigue su curso, toma el destino que
quiere, que para eso ese es su barrio y …
La luz
de la tarde se viste de preguntas, de dudas, de enigmas cuando el sol ya se ha
ido por el Monte Redondo El viento puede aparecer por cualquier esquina y, si
ve a alguien, se da la vuelta y juega al escondite. Se alargan las sombras.
El
lubricán, único. Se encienden las primeras luces del pueblo. Las ventanas de
enfrente son ventanas lejanas. ¿Quién habrá detrás de esas ventanas? ¿Quién
pondrá barrera a los sueños ahora que se acerca la noche y todo se hace más
íntimo, más intricado, más de puertas para adentro?
Están
en silencio. No hablan las barandillas. Son barandillas de hierro barato,
pobre. Son barandillas de un lugar donde no sobró nunca nada. ¡Cuántas veces
habrán servido de soporte firme a manos inciertas que se asieron a ellas, como
auxilio seguro, cuando flaqueó el cuerpo!
Reverbera
la cal. No tiene humo el humero. Un artilugio quiere esparcir los aires, como
quien avienta malos recuerdos para que no revoquen dentro. Una mujer,
probablemente vestida de negro, pasó muchas veces la escobilla por el muro
liso. Álora, - o el Barranco, que para el caso lo mismo – de cal y embrujo. Dejó una impronta impoluta, como gotas
derramadas de una Vía Láctea que va por otro cielo…
jueves, 9 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nubes de canela.
9 de mayo, jueves. Me las
andaba por esa joya botánica que en Málaga llamamos ‘el parque”. A un lado,
trepando por la ladera la Coracha y la Alcazaba; arriba, Gibralfaro y por
encima, muy por encima un cielo azul con algunas nubes errantes.
Al otro, una verja y un paseo y
un poco más allá el agua del puerto por donde el maestro Alcántara decía que
andaban los buzos buscando la llave de sus recuerdos. Unos veleros, unas
gaviotas curiosas que, desde la altura giraban a un lado y a otro la cabeza y
buscaban algún pececillo incauto de esos que asoman la cabeza para liberarse
del gasoil de los barcos. En la lejanía, unos cruceros y la mar, la mar abierta
en un espacio enorme que cierra una línea recta y que llaman horizonte.
Deambulaba a la deriva. Iba con
un amigo al encuentro de otros amigos. Un poco más allá del edificio que un día
Correos y ahora Rectorado de la Universidad una fila de casetas homologadas,
idénticas, simétricas se daban unas a otras la mano.
Paso por delante de una de
escritores malagueños.
- Me da, por favor, lo último
que tenga de María Gómez…
La señora tiene el cabello
blanco y unos años. Está sentada en uno de los extremos de la caseta, con la
mirada me dice que a mi pregunta le falta algo…
- María Gómez Riera.
Otra señora que ocupa la parece
central del mostrador le indica donde está. Se levanta. Camina despacio.
Alcanza un ejemplar: “Nubes de Canela”. Me acuerdo de algo que escribió
un hombre magnífico que era de Naval de Moral de la Mata. Se llamó José María
Pérez Lozano. Escribió. “Dios tiene una O” y dijo: “Cuando las palabras
se mueren, Hijo, las entierran en un libro. Los libros, Hijo, nos traen el
recuerdo…”
Abro al azar. Leo en la página
55 “El mar cuando besa el cielo. / El azul de la mañana. / El silencio que
me arropa. / La gaviota que pasa.”
Y entonces entorno los ojos y pienso
en lo bien que escribe mi amiga María, en la sensibilidad que atesora esta
mujer que nos la regaba con la sonrisa de sus labios, con la gracia de su
palabra con la generosidad de su poesía. Ya ven hay días que tienen un tinte
especial y si uno lleva consigo, Nubes de canela, entonces ya, ahí, casi
se para el sol.
miércoles, 8 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ni sola, ni en la lejanía: en su sitio
Encinasola (Huelva)
8 de mayo, miércoles. Describe
Cervantes en ese libro del que habla mucha gente y muy poca ha leído, El
Quijote, uno de los momentos más sublimes del estado de ánimo de su
protagonista. Es en el capítulo cuarto: “La del alba sería cuando Don Quijote salió de la venta, tan contento, tan
gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le
reventaba por las cinchas del caballo…”
Hace
unos días hice, en respuesta a la llamada de un amigo, hice una escapada por
esas tierras. Según ellos está lejos de todos sitios, - creo que no, que se
equivocan, está en su sitio – y que está sola. Puede que un poco de algunos
hombres, eso es verdad, si puede estarlo pero que se viene en el corazón de los
que una y otra vez nos acercamos a ella y es ese algo que se queda dentro y a
uno se le viene como compañera inseparable.
Encinasola
está casi cuando Sierra Morena pone fin a una andadura de muchos kilómetros -
“¡qué, bien los nombres ponía / quien puso Sierra Morena a esta serranía!” Como
su andadura es muy larga, a veces, cambia de nombre y hay sitios donde se llama
Despeñaperros, o Sierra Madrona, o de los Santos o de los Pedroches o de Aroche
o de Aracena... Es igual es la misma.
Encinasola
es un pueblo coqueto, de calles anchas con empedrados que imitan estilos
portugueses, sus vecinos de enfrente, a pedir de mano y asomados a la cresta de
una loma. Es Barrancos, pueblo blanco de tejados rojizos.
Si
se llega desde el Este, en Santa Olalla del Cala o en Monesterio hay que
apartarse de la Autovía de la Plata y adentrarse por una carretera que escinden
la dehesa (no se pueden ni imaginar, cómo está la dehesa esta primavera).
Si
se viene por el Norte, se deja atrás Jerez de los Caballeros (¡pedazo de ciudad
monumental, sombra alargada de los Templarios!) y Fregenal que el refranero califica
como ciudad de “ los señores”.
Desde el Sur, en la Venta del Alto, está la
desviación. El indicador de carretera manda a Portugal. Antes se pasa por
Aracena - ¡No se equivocó quien le puso Gruta de las Maravillas al
tesoro escondido bajo su tierra y Galaroza (la de los ‘jarritos,’ por
septiembre) y Fuente Heridos, y la Sierra de la Contienda. El Múrtiga lleva a
Flores. Ya se sabe, lo dice la copla: “A orillas de la Ribera / está la
Virgen de Flores / patrona de Encinasola / reina de los corazones”.
martes, 7 de mayo de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitacora. Viva la juerga
7 de mayo, martes. “Sevilla
tuvo que ser bajo la lunita plateada…” No, no van por ahí los tiros, aunque
también pudieran ir. El Arenal de Sevilla era lugar de confluencia de pícaros,
sinvergüenza y gente de “buen vivir”. Por allí hizo circular don Miguel de
Cervantes a Rinconete y Cortadillo.
Y, de allí al patio de
Monipodio y, mientras, por el camino el consejo oportuno: roba y da
participación a otros, que luego, es imposible recoger ni lo robado ni lo
repartido… Más o menos. Era la España del Siglo de Oro. Buenas letras y mucha
miseria en las calles; ahora, siglos después, más de lo segundo que de lo
primero. Cosas, que pasan.
No puede abrirse un periódico,
ni ver un telediario, escuchar una tertulia…¿para qué? A uno se le sube la
bilirrubina (la rabia, en cristiano) a la garganta cuando escucha tanto y
tanto… y, lo que no aflora. Pero nadie sabe nada. Nadie ha visto nada. Vamos,
que ni pasaban por allí. A mí que me registren.
Al parecer la República
Dominicana está mas cerca que Chamberí; Venezuela y las Islas Caimán como
Arganda o Azuqueca de Henares, poco más
o menos; las islas del Caribe donde llegan los aviones cargados de dinero, como
Getafe o Ciempozuelos. ¿Lo de las maletas de Baraja aquella noche? Vamos,
hombre, un bulo. ¿Usted se lo ha creído? Usted se lo cree todo.
De empresas tapaderas, paraísos
lejanos, amnistías fiscales, y todo lo que se les quieran echar, de eso, no
hablamos…Algunos no tienen que irse tan lejos: lo tenían en el banco de la
esquina, en la oficina con secretarias de perfumes caros y filtros para
acceder, de tarjetas y coches oficiales. ¡Ay, ‘mi cochecito oficial’!
¿Dos cruces? No. Hay un cementerio de cruces
clavadas por las calles, por los hospitales, por los viejos casi dejados a su
suerte, por escuelas cerradas, por gente que se murió esperando la ayuda, por
parados y olvidados a su suerte, por las colas de Caritas…
Decía la copla que eran dos
amores muertos sin haberse comprendido. Nos comprendemos. El problema está entre
el pueblo que cada día se lo traga todo y aguanta y no se entromete en nada (“gallo
que no canta algo tienen en la garganta”) y entre tanto ladrón –con traje de pijo- como ahora, dentro. ¿Qué se apuestan que
usted y yo pagamos a Hacienda y estos se van todos de rositas? Al tiempo.