jueves, 31 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Los Toros de Guisando

 

 

                           


                                Los Toros de Guisando (Ávila)


31 de agosto, jueves. Busco por las estribaciones orientales de la Sierra de Gredos.  La mañana está agradable. La carretera une San Martín de Valdeiglesias con el Tiemblo. Es una carretera de piso excelente. Voy al encuentro con el color en los pinares que bordean Gredos, con el olor a campo, en verano.  En las laderas de los arroyos fresnos, alisos…

Una muralla rodea el espacio. Ahí están ¿desde cuándo? Probablemente desde el siglo II al I a.  C. Fue obra de los vetones ese pueblo mitad guerrero, que se dedicaba a la rapiña y a la guerra contra sus vecinos hasta la llegada de Roma que los puso en su sitio, o sea lo borró del mapa.

Los Toros de Guisando son cuatro figuras zoomorfas esculpidas en piedra de granito. Según unos representan verracos; otros, que son toros porque tiene oquedades en las cabezas en las que se pudo ir incrustar la cornamenta. No falta quien opina que pueden tener, también, un sentido religioso de culto en la tumba funeraria. En todos los expertos se admite la posibilidad de una creencia totémica de protección.

Las cuatro figuras se orientan de norte a sur frente al Cerro de Guisando. En el lugar impera el silencio y ese algo mágico que siempre envuelve esos lugares en los que uno sabe que está en un lugar diferente y que no son como el común de los sitios.

Una pared de piedra protege el recinto. Los veo por cima de la tapia. Es agosto. Está cerrado (¿lo abrirán en los meses de invierno? No hay que olvidar que estamos al sur de la provincia de Ávila). Ah, se me había olvidado: los vetones se extendieron por lo que hoy ocupan las provincias de Ávila, Cáceres, Salamanca y algo de Toledo y Madrid. Claro, los vetones no sabían que muchos siglos después, Javier de Burgos iba a hablar de provincias y de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva y que por si fuera poco, luego alguien hablaría de: Comunidad de Castilla-León; Comunidad de Castilla la Mancha; Comunidad de Extremadura; Comunidad de Madrid… ¿Merece la pena tanto embrollo?

 


Una inscripción sobre una lápida de piedra en la tapia recuerda parte de nuestra Historia… Aquí, por el Tratado de Los Toros de Guisando, los poderosos de aquel tiempo acordaron nombrar Princesa de Asturias a Isabel, que luego por ser hija de Juan II y hermana de Enrique IV sería heredera del trono… Comenzaba, en un monasterio Jerónimo, en este descampado, a desarrollarse un embrión que luego se llamaría España…

En mi ánimo viajero anida la sospecha que, no sé cuándo, pero volveré…




miércoles, 30 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La tremolina

 




30 de agosto, miércoles. Lo escribió el gran Agustín Lara en el chotis inmortal “Y vas a ver lo que es canela fina y armar la tremolina cuando llegues a Madrid”. El maestro escribió también otras cosas preciosas: “Granada, tierra soñada por mí…”

-         Maestro, le dijo alguien, y ¿por qué escribió Granada, tierra soñada por mí, si nunca había estado en Granada?

-         Por eso, eso, dicen, que respondió.

España llevaba ‘disfrutando’ de eso que llaman la tremolina, o sea del “ruido y confusión provocados por gente que grita, discute o enreda” (así la define el Diccionario de la RAE) desde hace mucho tiempo. Demasiada hojarasca. Este verano la cosechas, excelente.

Al parecer los españoles hemos perdido los cuatro puntos cardinales hace mucho tiempo. Ustedes me dirán que si no pensamos viajar para que queremos saber por dónde se pone el sol o por dónde aparece cada mañana. De sobra saben que no van por ahí los tiros.

Anoche me encontré con un matrimonio amigo. Dentro de unos días se reincorporan a la escuela. Hablamos de la situación. Me dijeron algo que muchos llevamos observando desde hace un montón de tiempo. Aquí lo primero que falla es la Educación.

Tenemos la juventud mejor formada desde no sabemos cuándo. Todos los gobiernos han invertido y seguro que lo van a seguir haciendo cantidades muy cuantiosas en formación. A eso le llaman planes educativos. Se han olvidado de la premisa fundamente. La Educación echa las raíces en la casa.

Estos días nos salimos del asombro cuando se analizan algunos comportamientos de personas que, en teoría – en la practica son otra cosa – están llamados a dar ejemplo para jóvenes, y no tan jóvenes. Son gentes que por su situación tienen más de espejo en que deberíamos mirarnos que no de repelentes a los que no nos podemos ni acercar.

No es cuestión de entrar en detalles. Nos sobran tertulias, telediarios, opiniones…. Nos sobran tantas cosas que, a medida que van surgiendo, uno echa de menos que lo que más falta, es sensatez. Alguien dijo aquel tópico de que el “sentido común era el menos común de todos los sentidos” Y miren que le vamos a tener que dar toda la razón.

Ojalá llueva y se limpie esta atmósfera contaminada de cuentistas, vividores y gente que no tendrían cabida ni en el patio de Monipodio ni servirían para hacerle compañía a Rinconete y Cortadillo….

 

 



 

 

 

 

martes, 29 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Antequera, la Florencia de Andalucía

 

          

                  

Convento de Nuestra Señora de los Remedios (Monumento Histórico-Artístico Nacional) Antequera.

 

29 de agosto, martes. Antequera está casi en el centro geográfico de Andalucía. Antequera está cerca, según se mire de Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada; un poco a tras mano de Almería y Cádiz y desde Huelva hay que andar un poco más de camino.

Hace unos días unos amigos, Remedios y Fermín, se vinieron desde Encinasola. Teníamos previsto echar un rato con Loreno Orellana y reencontrarse por parte de quien escribe, con la amistad de muchos años; iniciarla, por los viajeros que venían desde muy lejos.

Antequera no se pude abarcar en un día, ni en dos y en un puñado de días. Uno se las anduvo a la greña para luchar contra el calor porque en Antequera, cuando aprieta, no le tienen envidia a nada ni a nadie. Si le agregamos que era agosto y en medio de eso que llamado la cuarta ola – me pregunto ¿es que se ha ido la primera? – pues ya me dirán como había que exprimir el programa.

Subida a El Torcal. Era temprano; el cielo brumoso no dejaba ver toda la belleza que la naturaleza regala desde esa altura. Una mirada, solo una mirada, a las primeras impresiones de a los caprichos de los sedimentos kársticos…

A la bajada, (han cambiado el sentido de la circulación desde la entrada por El Portichuelo. ¡Qué lío!) pasamos por delante Santa María; Antequera a sus pies. A la espalada, del Arco de los Gigantes, Pedro Espinosa; en la media distancia:  San Agustín, el Angelote de San Sebastián, San Pedro; Corona el monte, la Veracruz…

Entramos en San Sebastián. Le dije que era el emblema del poderío de la iglesia, algo así como la pequeña Catedral: En belleza, no. En el Carmen – a donde no hubo tiempo de ir - y en los Remedios se encierran tanta belleza que solo uno de los dos, o cualquier otro monumento de la ciudad, ya merece echar el rato.

Nos fuimos a los Remedios. Estaba cerrado. Un hombre sentado en un banco de la calle no dijo el truco para entrar. Lo hice, entramos. Admiramos y hubo que dejarlo… A la salida, por sorpresa, me encuentro con Joaquín Franquelo.

Asistimos a la eucaristía con Lorenzo; luego, compartimos mesa terrenal. Invitó mi amigo (después he sabido que lo clavaron). A pesar de todo, Antequera es arte, de antes, de después, y de después de después. Antequera es la Florencia de Andalucía, a la que volveré cada vez que pueda…

lunes, 28 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Patinete

 


28 de agosto, lunes. Esa cosa tan simple y tan básica, tan rudimentaria y tan artesanal, tan poco sofisticada nos llenó a muchos de algo que no se vende en la botica ni se pesa, ni se envuelve… Ese algo se llama simple y llanamente, felicidad.

El primer objetivo era conseguir el cojinete. Una rueda metálica, fuerte, resistente. Era el principal elemento mecánico que lo hacía imprescindible y le permitía el desplazamiento más o menos rápido en una superficie lo más lisa posible. El motor impulsor venía en la pierna del piloto que le daba la fuerza necesaria para que aquello pudiese desplazarse.

Un tornillo, colocado a la inversa atravesaba el travesaño. Hacía posible los giros. A ambos lados. No eran giros excesivamente grandes porque el manillar, que así se llamaba, tampoco daba para más. Solo lo imprescindible y necesario para tomar con relativa seguridad las curvas. En más una ocasión la fuerza centrífuga – de esos no teníamos ni pajolera idea – hacía que, si la curva se tomaba indebidamente, el cuerpo del niño saliese despedido mientras el artilugio, o sea el patinete se estrel estrellase contra la pared cercana.

Dos ruedas traseras, al final de la tabla eran los instrumentos necesarios para permitir el desplazamiento. En el pueblo no teníamos muchos lugares apropiados para disfrutar – porque era una auténtica gozada sentir aquellas velocidades que a nosotros nos parecían poco menos que supersónicas y luego, con el patinete bajo el brazo, subíamos la cuesta para otra vez deslizarnos y dejarnos ir una y otra vez por la pendiente.

La tabla era lisa, tan lisa que por el rozamiento de los pantalones terminaban pasando a mejor vida. Entonces ya se sabe que no se tiraba nada y a la prenda de vestir se le daba un uso doméstico que para esos menesteres para lo que nuestras madres siempre tuvieron una habilidad poco común. El niño, obviamente, tenía su correspondiente ‘premio’ como muy poco a modo de bronca y la correspondiente amenaza de que el patinete pasaba a mejor vida.

Yo no sé si porque uno se hizo mayor o si porque nuestras madres que siempre se salían con las suyas aquellos elementos de diversión aerodinámica pasaron al recuerdo… Hace unos días mi amigo Paco Mancera Macías colocó una foto en su página. A mí, ¡que quieren que les diga! me quitó unos pocos años de encima e hizo rebrotar la ilusión de niño que fui. Gracias, Paco.

sábado, 26 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Qué pasa con el aceite?

 



                            ¿QUÉ PASA CON EL ACEITE?


26 de agosto, sábado. La pregunta flota en el aire cuando se ven los precios ante los expositores de los establecimientos de alimentación. Hay quien va más lejos. El verano avanza inexorablemente (Hoy 41º y una calima que aplasta). Hay una merma de cosecha y algo aún peor, la aceituna que cuajó en primavera en muchos sitios tiene un calibre mínimo. Eso puede ser un menor rendimiento. Son muchas dudas; las soluciones, difíciles.

Los precios – se vende aún el aceite de la cosecha anterior o de importación- son una carrera especulativa. Suben y suben sin que se atisben soluciones para cosechos, agricultores y consumidores.

La situación se antoja crítica y muy preocupante. A la menor cosecha se le une un factor en que no se puede incidir: la falta de lluvias. En algunos lugares no ha caído ni una gota desde la primavera, más concreto desde el mes de mayo; en otros, ni eso.

Se esperan las tormentas – en agosto, tiempo propicio hasta ahora para que hicieran su aparición – no lo han hecho. La esperanza se pone en septiembre. Se sabe lo dice el refranero de este mes: “o seca las fuentes o se lleva las puentes”. Para lo primero no tiene que apretarse mucho. Hay demasiados pozos sin agua, fuentes secas y arroyos sin correr. Si me apuran hasta los ríos han perdido su capa superficial de agua: Río Grande por Aljaima o el Guadalhorce por la Estación de Cártama son una capa de sequedad.

Unas tormentas (no hay que esperar borrascas atlánticas todavía con agua mansa y caladera que sería una bendición de Dios) pueden causar destrozos sin que aún pueda calibrarse el desastre. En Almería hablan de la temperatura del Mediterráneo y afirman que han superado los 28º. Eso es sinónimo de anuncio de gota fría y lo que es lo mismo, posible desastre.

Prácticamente se ha perdido en algunos lugares la aceituna de verdeo y la que posiblemente se destinará al molino es una incógnita. Hay un problema añadido. La industria aceitera ha salido a comprar aceite a otras zonas del Mediterráneo, en concreto, a los mercados de Turquía y Túnez. Se han encontrado con un atasco monumental (hablan de más quinientas cisternas en el puerto de Valencia donde tienen que pasar los análisis preceptivos. ¿Burocracia? ¿Intereses ocultos? ¡Vaya usted a saberlo! En el aire está claro que flotan muchas preguntas, pero sobre todas, una ¿qué pasa con el aceite de oliva?

viernes, 25 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Hoy por no sé qué extraño juego de los hados (es una manera eufemística de ponerle nombre a mi ignorancia y error), ha salido repetida la foto que ilustra el texto pero no la de la rosa de cada día. Como nunca, pienso que es mal año por mucho trigo, pues la repito y santas pascuas. Disculpad las limitaciones de este aprendiz duro de mollera... Gracias por la comprensión.

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La leyenda del beso





                   Cada quien imagine el beso como los sueñe

 

25 de agosto, viernes. “Ay amor, amor primero / Y de segundo, tercero y cuarto / Ay amor, te quise tanto /Cuando el beso era amor y el amor tanto” Lo cantó Patxi Andión, aquel vasco de voz potente y ronca que luego fue catedrático en no sé qué Facultad y que se lo llevó, como a tantos, la carretera.

Mocedades, también vascos, pero con la dulzura de las voces de un coro y una combinación de sonidos, musicalidad y armonía sin precedentes recuperó una Zarzuela, - bueno una parte de la obra, “La leyenda del verso” de Soutullo y Vert en el texto; la música, de Valero y Castell.. Nosotros cantábamos porque nos gustaba, porque sí, aquello de “Ay, amor de hombre / que estás haciéndome llorar / una vez más /sombra lunar que me hielas la piel al pasar…”

Muchos años antes, muchísimo antes, un hombre que fue tan desafortunado en vida como gloria - ¿para qué la quiere ya? se le ha dado después, Gustavo Adolfo Bécquer, escribió unos versos, la Rima XXIII, quizá o sin quizá, de los versos de amor más preciosos de la Lengua Española: “Por una mirada, un mundo; / por una sonrisa, un cielo; / por un beso…yo no sé / que te diera por un beso”.

Juan Ramón, gloria enigmática; profundo y único que nos regaló Moguer escribió: “Le dije que iba a besarla; bajó, serena, los ojos / y me ofreció sus mejillas, como quien pierde un tesoro”.

España salía, a duras penas, del luto al medio luto. Celia Gámez cantó, compuesta por A. Ortega y Fernando Moraleda: “La española cuando besa / es que besa de verdad / y a ninguna le interesa / besar por frivolidad”. ¡Lo sabría ella!.

España no se parece en nada, absolutamente en nada, a aquella otra España anterior en blanco negro.  Ahora un merdellón de tres al cuarto, de barrio barato, en un alarde de extraño poder y de no saber estar va y ensombrece la belleza de un acto y de un momento precioso. No se ha enterado ni creo que se entere nunca: “un beso es la fusión de dos almas. Es una declaración de amor a través de los labios, es un sentimiento mutuo que se trasmite sin necesidad de usar palabras…”

Muchos - ¿todos? - aún seguimos besando el primer beso…

 

 

 

 

 

 

jueves, 24 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Vendimia

 

 

                            


24 de agosto, jueves. Dicen los que saben que estas calores adelantan la maduración de la uva. O sea, que la vendimia llama a la puerta. Antes, -cuando ‘antes era antes’ – a principio de septiembre comenzaba la vendimia de la uva de mesa. La Axarquía y Manilva, con su moscatel se adelantaban a otras regiones.

Las nuevas tecnologías dicen que la mejor hora de recolección es por noche y nos muestran imágenes de tractores con unas luces muy potentes que avanzan por las calles de vides iluminando a los recolectores. Yo de esto como de tantas cosas no sé, pero también me parece que, en ocasiones, hay mucho esnobismo.

Hay otro problema. La adulteración de uva que viene de otras lugares y se pisan en las zonas que con otra Denominación de Origen obtienen un precio superior. Ellos – algunos pillos, claro – las compraron a precios inferiores. Hace unos días saltó la noticia. La Guardia Civil en controles montados ex profeso había incautado cantidades de uvas que pretendían introducir en la zona Jerez. Ya se sabe, siempre los hay más que listos.

En Las Villuercas, esa comarca que estudiábamos en la Geografía de Primero de Bachillerato, han descubierto que el vino embotellado y vendido en cajas, después adquiere mejor difusión en países tan lejanos como Japón y Estados Unidos y además, compiten en precio con países de tanto poderío en ese mercado como Francia e Italia. Me alegro por esa tierra extremeña a la que admiro tanto.

Otros vinos luchan, lucharon y van a seguir haciéndolo. Me acuerdo de los clásicos de Jerez, Ribera del Duero, Manzanillas de Sanlúcar,  el Condado,  Riojas, La Mancha,  vinos de Rueda en Valladolid, Ribeiros de Galicia, Somontanos en Huesca, Cariñena, en Aragón, Chacolí en el País Vasco, Tierra de Barros en Badajoz, el Priorato en Tarragona o Jumilla en Murcia. Hay otros que se abren paso poco a poco. Llegaron después y les cuesta coger la cuota de mercado. Me refiero a los vinos de Ronda, Sierras de Mollina, a los de la zona de Requena y Utiel…

Los vinos espumosos que se comercializan bajo el nombre de ‘cavas’ tienen su origen en el Penedés – hace unos días pasaba por allí y el campo está precioso – pero ahora se extienden por otras zonas de España…

Ustedes perdonen, pero me tira la tierra. Uvas pasas moscateles de Vélez y su tierra, dulces como los besos y el azúcar y su vino – el que consagran – y, el otro, el vino ‘lagareño’

miércoles, 23 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lisboa

 

 

                                      


Lisboa está ahí con su belleza decrepita, con el tiempo atrapado entre sus paredes, con sus mosaicos milimétricos en blanco y negro en las aceras, con el Tajo que ya no se sabe hasta donde es río o hasta donde es mar…con gente que va y viene, con desconchones en las paredes, con la luz, con esa luz tan especial, tan distinta, tan poética…

Una amiga me pide información de Lisboa y al viajero se le viene un torbellino de ideas:  el vinho verde, y el bacalao que es abadejo y el fado y ese sentir que solo se siente – o se sentía por sus calles – y le recomienda que sueñe…

El viajero entró en Lisboa por la autopista que pasa junto al aeropuerto. A cada momento, los aviones, esos pájaros metálicos voladores que se alimentan con el alpiste del queroseno, se aproximan y vuelan a poca altura para el aterrizaje. Hay un momento, en que deja la autopista y se adentra bordeando los Jardines de Mario Soares hacia el centro, o sea, hacia la Plaza del Rossío, hacia el Tajo.

Recuerda aquello que se cuenta de Espronceda que arrojó por la borda del barco en el que entraba por el Tajo las monedas que llevaba en el bolsillo  ‘porque le daba vergüenza entrar en tan gran ciudad con tan poco dinero”. Omitió que portaba un cheque para uno de los banqueros más importantes de Lisboa.

Hace casi cincuenta años (ahora ya he perdido la cuenta de las veces que ha estado por allí), el viajero la primera vez que fue a Lisboa se alojó en un hotel – que no sabe si existe – en el Chiado, entre la Parte Alta y la Baixa. Todo era pintoresco, bohemio, encantador.

En otra ocasión, una tarde plomiza, lluviosa como solo lo hace en Lisboa cuando entran las borrascas del Atlántico, no se podía salir a la calle. Optó por sentarse en el salón del hotel, delante de un ventanal por el que entraba una luz tamizada, difusa y, entonces, leyó a Pessoa. Recuerda una sensación de alivio, de un respirar profundo, de una evocación curiosa que el azar sin saber porqué pone en nuestro encuentro…

Bordea la estatua del Marqués de Pombal, el hombre que hizo una Lisboa nueva después de la destrucción del terremoto de 1775. Fue tan enorme, que la escala que mide esos fenómenos saltó por los aires. Tras la destrucción, el incendio y la muerte y el caos….

El viajero se da cuenta que con las evocaciones ‘se ha comido el espacio de las cuatrocientas palabras’ que da a cada artículo y tiene que recurrir a la benevolencia de los lectores para dedicarle un segundo a una ciudad tan bella, de tanto embrujo y misterio como es Lisboa.

 

 

martes, 22 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tierras que para pan no son

 

 

                          


21 de agosto, martes. Esa es una expresión. Es una manera que tenían los cronistas que contaban las cosas de las guerras para que los que estaban lejos tuviesen la imagen más apropiada. En el fondo, el comer todos los días era una costumbre. Como ahora, solo que, en aquel tiempo, el pan suponía la base…

Si te parece hoy nos vamos por los Lagares. Sube por a Cuesta del Moro, entre el Ventorro de Chamizo y la Gabia. (Eso de ‘Chamizo’ es un apellido, pero también una referencia al puesto donde se vendía o donde se cobraban los peajes a los caminantes. Aquí siempre tengo la duda: ¿qué fue antes el huevo o la gallina?).

El camino va por detrás de la casa de Ramón. Desde Viso Alto, Álora se ve enfrente; en Cazurrín había un molino de aceite y en Villaverde se juntan los caminos que van a la Cruces…

Sitúate. Estás en tierra de moriscos. En la linde – porque los términos municipales tienen lindes y no fronteras como dicen algunos – de Cártama, Almogía y Álora. Fíjate obsesivamente en los pocos tipos de hombres y mujeres que aún quedan por aquí. Son una prolongación natural que se ha alargado poco más de trescientos años y en historia, ese tiempo, ya sabes…

Antropológicamente está por hacer el estudio. Las costumbres; la forma de vida; el saludo; el doble beso en la cara entre los hombres; los duelos y las bodas; la música; la expresión corporal; la parquedad en la palabra; la casa y el pozo; el vericueto que ¿va o viene? ¿sube o baja?

Desde hace unos años la afluencia de personal extranjero ha dado una conotación especial al entorno. Vas a encontrarte con un sentido de la propiedad muy marcado. Alambradas en sitios que te preguntas ¿para qué? cortan el paso. Muchos de ellos no se han integrado ni con el entorno ni con el poco paisanaje que queda. Cuando los veo siempre me respondo, sin preguntármelo, a mí mismo “ellos se lo pierden”.

Los libros técnicos dicen de ellos – de los Lagares que no te lo he dicho antes el nombre porque allí se pisaba la uva para el vino pero eso fue antes de la filoxera en el XIX – “que son tierras quebradas, ligeras, de tipo Alpujarride, compuestos por sierras de poca elvación: Sierra de la Atalaya, Lomas de Chaves, Cerro de la Farola, Cerro del Cura, Cerro de la Fiscala…”

 

lunes, 21 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El canto de los pollitos


                           


                     El canto de los pollitos. Sotillo de la Adrada (Ávila)

 

21 de agosto, lunes. Sotillo de la Adrada está entre Piedralaves y Santa María del Tiétar que, en los años cincuenta del siglo pasado, cambió de nombre y dejó de llamarse Escarabajosa.  Hizo bien, un pueblo tan bonito no puede tener un nombre tan feo. Se tomó el nombre de la Madre de Dios y por apellido el del río que le da el suyo al Valle.

Sotillo de la Adrada está cruzada por la carretera; tiene construcciones nuevas. La gente de Madrid – está casi a tiro de piedra – se ha hecho una segunda vivienda. Por no sé que extraña coincidencia se ha vestido de aires nuevos y conserva parte del tipismo de antes. Alguien dijo que a todo eso se le puede llamar “la Andalucía de Ávila”. No sé. Algunas veces por querer sobresalir se buscan comparaciones. Se han olvidado que Gredos es Gredos y que Andalucía está donde tiene que estarlo, en su sitio.

En Sotillo de la Adrada tienen algo que no hay en ningún otro lugar. Una configuración de piedras de granito (rocas enormes y durísimas) que simulan una gallina; en su cercanía, otra roca redondeada hace que la imaginación vea un huevo y el pueblo desde no se sabe cuándo lo ha bautizado como el Canto de los Pollitos.

Cuesta dar con él. Anduve por los cerros salpicados de retamas y encinas. Es hora de siesta de un verano de rigor y solo si se tiene voluntad… pues eso. No está bien señalizado. Solo adquiere esa forma de verse si se contempla desde un determinado lugar conforme se baja desde la Residencia que llevan las Hijas de Caridad.

Se cree que, desde que el hombre primitivo se las andaba por aquí, vieron – lo del nombre es otra cosa – connotaciones mágicas e hicieron altares para sus sacrificios humanos en estos petrozoomorfos.

En los equinoccios de primavera y otoño, entre ambas rocas, se ven como aparecen los primeros rayos del sol. El espectáculo, único; la sensación de quienes lo han vivido cuenta cosas muy especiales. Entre ambas rocas puede configurarse la Constelación del Águila pero eso únicamente cuando apunta el solsticio de verano. La ‘v’ formada entre las dos rocas puede considerarse como la base de la Constelación.

Hay algo más. Confluye mucha información que pueden ser naturales, pero donde, incluso pudo intervenir la mano del hombre: oquedades, flechas, una cruz y un cuadrado. Los romanos pusieron cierto orden; el tiempo, después fantasía y otras cosas.

domingo, 20 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 Hoy, con el permiso de todos, la rosa multicolor como es España, se la dedicamos a las mujeres que se han proclamado Campeonas del Mundo de Fútbol femenino en Australia




Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¡Ultima hora!

 

 

                            



20 de agosto, domingo. Hoy las mujeres españolas – como dice mi amiga Maria del Pilar Ferrari “sin enseñar las tetas” – se han proclamado Campeonas del Mundo de Fútbol femenino por primera vez en la Historia. Ha sido en un lugar muy lejano, casi en las antípodas ¿y eso que es? pues es el sitio  en el que salimos, si hacemos un agujero en el suelo y siempre en línea recta, en el otro lado de Globo terráqueo…. Ha sido algo muy hermoso y muy grande, y muy ilusionante.

Hoy, en este domingo tórrido de agosto, (ayer en Álora solo 43º) estamos en la víspera en que su Majedad el Rey, mañana lunes, comience a llamar a todos los partidos políticos que el Pueblo (con mayúsculas, por favor) ha puesto en el Parlamento para que formen un Gobierno y nos ayuden a superar los avatares de toda índole que nos irán saliendo por los bordes del camino.

Hoy, según dicen en el telediario, sigue sin que pueda controlarse el incendio que asola, destruye y arrasa el hermosísimo Valle de la Orotava en la isla de Tenerife. Dicen, también, algo triste, muy triste. Lo ha provocado la mano del hombre… ¿Cómo puede haber gente tan mal nacida, Dios mío?

Hoy, es el día en que la Academia General de Zaragoza – la “General” para los amigos – ha difundido que la Princesa de Asturias lleva en la galleta identificativa en su pecho los apellidos “Borbón Ortiz” como un guiño a la Reina. Cuestión de imagen. Es un reflejo externo de la pertenencia al colectivo de las Fuerzas Armadas.

Pero, no sigamos. Ha saldado una noticia sobre todas ellas. ¡Ultima hora! Han visto, como hace un rato, ha aparecido en el cielo algo especial, muy especial. Ha sido por la parte oriental de El Torcal, entre el Puerto de las Pedrizas y donde se entronca con las Sierras del Camarolo y luego se van como para la parte de Granada…

No dice la noticia si ha llegado a reunirse, con carácter de urgencia, el Gabinete de Crisis a nivel nacional cuando surgen fenómenos anormales sin que nadie sepa qué hacer ante cosas tan excepcionales, tan raras, tan poco frecuentes. Dice la noticia que han aparecido unas cosas que llaman   nubes… ¡Nubes! Primero una pequeñita; luego, otra; después, otras dos. Las fotos difundidas dicen que pueden haberse formado hasta ¡cuatro nubes! Eso sí que es una noticia de última hora. ¿Lo otro? Vamos, hombre, lo otro puede ocurrir en cualquier día….

 

 

sábado, 19 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sueños del agua


 

19 de agosto, sábado. Echa como para la parte de estación. Aunque puedes hacerlo en coche,  baja a pie. Desde la Fuentarriba por calle Encinasola, el Bajondillo y Tomás García (hay quien la llama don Tomas; es la misma). Si vas por la carretera bordea el Cerro de las Viñas, Trabanca, abajo. Verás el río ancho (porque las riadas que vienen, aunque cuesta creerlo tal como está el patio) pegan muchas dentelladas y con meandros pronunciados; enfrente, el Cerro del Espartal…

El tren el que vas a tomar para que te lleve a El Chorro viene de Málaga y asomará despacio por la boca del túnel. Cuando reanude la marcha, viene una curva pronunciada. Son por mor de los sifones. Va despacio. A la izquierda, las faldas de El Hacho. Primero, más próximas; después, más lejanas. Casi en un momento como que si y como que no, el Santuario de Flores. Por la derecha, si miras por la otra ventanilla y más allá del río, campiña y lomas, tierras de secano; campos amarillos, verdes pardos… según qué época.

Cuando dejes atrás La Mellizas (un puente de hierro pintado en azul, salva el Guadalhorce) vas camino del corazón de la Sierra (la de Abdalajís o del Valle que es lo mismo, pero depende con quien hables) Por la Cuesta del Cajero, los ‘mercancías’ – antes. cuando las máquinas eran de vapor – le ponían la doble en cola y patinaban y hacía fon, fon, fon… El tren subía lento, muy lento. Te permitía ver cómo pasaban despacio los árboles, los cerros y las casas de Bermejo y Bombíchar. Recréate. Entrarás en el Túnel de la Canasta. Comienza una sucesión de túneles: noche-día- noche-día y así hasta salvar la cordillera. Todos tienen su nombre: La Pinta, los Romerales…

Pero antes… No. No estás en Suiza, aunque lo parezca. Entre túneles la estación de El Chorro (“como si de pronto se entreabriera el día” como en la metáfora de Salvador Rueda). Tiene el encanto de esas estaciones de montaña en la que nos preguntamos ¿cómo ha llegado hasta aquí el tren?  ¡Y yo sin enterarme…! Apéate.

Se te abren tres posibilidades de excursión: vía arriba, el “Caminito del Rey” por el Desfiladero de los Gaitanes; al otro lado, las Mesas de Villaverde: Omar, Bobastro, historia rancia de siglos; a las espaldas, rodeando la Almona por los Romerales y las Angosturas, a lo alto de la Huma…

En los tres puedes echar el día completo. Si tienes tiempo los tres. Si no, no me atrevo a sugerirte ninguna, aunque lo estoy pensando…

viernes, 18 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día


 

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Blandura

 

 

                


 

18 de agosto, viernes. Decía, hace unos días, mi amigo Joaquín Franquelo, que con la llegada de agosto se comenzaba a oler, en el campo, ‘la blandura’. La blandura es -eso no me lo dijo Joaquín – la manera como el viento de levante suaviza el rigor del verano

En mi tierra, el levante viene del mar. Es un viento fresco. A veces se le confunde con el viento ábrego que también viene del sur, pero su comportamiento es diferente. El levante se arranca de madrugada. Se entolda el cielo y cuando apuntan los primeros rayos del sol está nublado. A lo largo de la mañana las nubes se dispersan; al mediodía casi no hay nubes y cuando vira a la luz de la tarde, el cielo ya está despejado. Parecía que venía el diluvio universal y luego, ni una gota.

El levante hace que todo se reblandezca. En el campo, sin verse aún, la gente salía a arrancar los garbanzos. Estaban suaves, el salitre no cortaba ni ensangrentaban la manos y se arrancaban con facilidad sin que se perdiesen los cascabullos resecos a estas alturas del verano.

Ablandaba también los higos, ayudaba a la maduración de las almendras y si por la siega tardía estaba en pie la mies, más maleable, permitía que se hiciesen mejor las gavillas. Claro esto era antes de que las máquinas cosechadoras implantasen su ley.

De Levante, el otro, el que está en el otro extremo del mar, hasta esta punta del Mediterráneo llegó, también, la cultura. Bueno, las culturas de otros pueblos para ser más preciso. De Fenicia vino el alfabeto que nos enseñó a comunicarnos por símbolos  y el uso del dinero - ¡puñetero! – para comerciar, a cultivar el olivo y sacar de la uva, el vino.

Grecia nos trajo el saber. La Filosofía, eso que se olvida con tanta facilidad: fileo, amar; sofía, saber. Amar el saber. El uso del raciocinio eso que, en ocasiones se usa tan poco, y el placer de la belleza.

De Roma vino la lengua que hace que nos entendamos, el Derecho, la Justicia, las comunicaciones, la organización administrativa, el hedonismo y el gusto de comer y beber. De un poco más allá, del Oriente más lejano, el mundo árabe los aportó la valoración de las matemáticas; de lo bello; la sutileza del canto y de las flores; de la poesía y la música. Del Oriente más cercano, de Palestina, el Cristianismo que nos dice que todos somos iguales y que amarás a los demás como a ti mismo…

jueves, 17 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las tetas y otras cosas

 

 


17 de agosto, jueves. Estos días, algunos medios escriben sobre el destape de Amaral en un concierto. Si les digo la verdad, y creánme que no miento, no tengo ni pajolera idea de quien es esta señora salvo cuatro pinceladas como que es cantante y que su popularidad ha bajado un montón en los últimos tiempos.

Ya se sabe que la gente que vive de otra gente, en el buen sentido de la palabra, claro, necesita estar constantemente en candelero o en primera línea más o menos y como decía aquel, lo importante es que “hablen de uno, aunque sea bien”. La señora ha creído oportuno enseñar sus senos y que media España hable de ella ya que, al parecer sus producciones musicales, pues como que no. Y entre la media que la olvidaba y la otra que la desconocía… La cosa como que no pintaba como ella quería.

Recuerdo ahora cuando en plena Transición hacia la Democracia las señoras que se dedicaban al espectáculo en los distintos campos – cine, teatro, canción… - casi se vieron obligadas, unas; voluntariamente, otras, a desnudarse delante de las cámaras en cine o las revistas que molaban en aquel tiempo: “si no sales en Interviú, dijo una, no eres nadie”. La pobre siguió siendo tan nadie como lo era antes de aparecer en la revista. (Los españoles, ayunos de sexo, por otro lado, viajábamos a Biarritz o a Perpiñán para ver El último tango en París).

Este verano le ha tocado a Amaral llenar las revistas, (¿por cierto siguen pagando aquellas cantidades desorbitadas que decían que pagaban por cazar tetas en la playa?) Ya se sabe que la estulticia humana y el aprovechamiento de otros, en ocasiones, pone el límite muy lejos.

Lo que sí tenemos cerca, bastante más cerca es la mediocridad que nos invade. Ver un programa de televisión que aporte algo, es casi tan excepcional como que el número que juega uno sea ese que cantan los niños de San Ildefonso en vísperas de la Navidad y no cuando lo dice el Corte Inglés. Pero eso son otros lópeces.

Remato estas líneas. Se me vine a la cabeza eso de que el ser más supremo de la Creación  -y  mire usted que hay seres bellos - es la mujer y si no ¿a ver quién me lo discute, si el propio Dios la escogió para Madre y se amamantó en sus pechos?

 

miércoles, 16 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mujeres que dejan huella: La rubia del perote

 

 

                 


16 de agosto, miércoles. Aparecen en los pueblos personajes a los que envuelve el enigma. Casi todo el mundo los conoce, casi nadie sabe lo que se esconde, agazapado, detrás de su personalidad. A veces, hasta desconocemos su nombre, su procedencia, quiénes componen su familia o como viven. Casi todos desaparecen un día y, como mucho, queda un vago recuerdo.

Dijo Juan Ramón en aquellos versos inolvidables que el pueblo se haría nuevo cada año y que se morirán aquellos que me amaron y que seguirán los pájaros cantando mientras a la caída de la tarde siguen las campanas del campanario – o seguían – con su toque rutinario.

La “Rubia del perote” era una mujer que podría encuadrarse dentro de las letras de los párrafos anteriores. Yo siempre la conocí como una mujer sola, no hablaba con nadie; a lo peor ‘nadie’ nos dirigimos a ella como a la persona necesitada de afecto que lo reclamaba desde su silencio…

La recuerdo a veces pidiendo, sin decir palabra; otras recogiendo gandinga por la vía del tren o por los caminos sin ir a ninguna parte.  Llegaba a la puerta de las casas y esperaba un socorro a modo de alimento para el cuerpo. Ahora, cuando han pasado los años – quizá en estos tiempos pudo haber sido de otra manera – siento ese remordimiento de no haber hecho todo lo que debía haber hecho. No lo sé.

Por no tener no tuvo ni nombre con el que se le reconociese. Al final de su vida vivía en una de las últimas casas de la calle Carril, sola rodeada de gatos y perros porque no comía ella pero buscaba comida para sus animales en una situación muy penosa y casi de inmundicia.

Pero Aranda le escribió unos versos que transcribo: “El silencio la enloqueció. / Huérfana de familia y de afectos. / Pasó por la vida por la culpa / de la obligación de haber nacido. / (…) nadie le brindó su afecto / jamás una caricia. / (…) La muerte para ella hubiese supuesto / un alivio, pero se aferró a la vida con la / misma fuerza instintiva que el ser / más feliz de la tierra. / Quizá dejó de oír por no escuchar / y se fue como vivió. / A lo mejor también / lo deseó así”.

Una pintura de Jacques Laulheret (algún día hablaré del amigo entrañable) la reflejó con toda la ternura que él sabía. Estas letras… pues eso.

 

martes, 15 de agosto de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Virgen de agosto

 

                          


15 de agosto, martes. Decían los viejos del campo que la Virgen de Agosto, o sea la celebración de la Asunción, suponía el comienzo del final del verano. Ya todo en el campo era distinto. El verano, según contaban, duraba de Virgen a Virgen o lo que es lo mismo de la Virgen del Carmen a la Asunción.

Contaban que, al alargarse las noches, refrescaba. Las noches más largas propiciaban la bajada de las temperaturas y entonces el ‘enverdinado’ de las naranjas tempranas ya no era tan intenso y comenzaba a tomar un color de un verde más suave (se sabe que los cítricos cambian de color y maduran con el frío, por eso la lima del Caribe siempre es verde porque allí la temperatura es constate).

Se ‘guardaban’ los suelos de los olivares. ‘La aceituna ya tiene aceite , decián,’ y un primer paso propiciaba el acarreto al molino para la posterior molienda. El ganado caprino ya no podía pastar abiertamente por ellos y se les restringía la posible entrada.

Los rastrojos quedaban libres y allí sí se podía pastorear abiertamente. La mies para esa fecha ya debía estar sacada y si quedaba algo eran los garbanzales tardíos. Era también el mes de recolectar la almendra y tras  la cuadrilla se podía hacer libremente una “rebusca. Era, una España de mucha pobreza y mucha carestía.

El día de la Virgen de agosto se abría también la media veda. Se podía cazar la tórtola, la paloma y la codorniz. Al rigor de las temperaturas que subían – y suben – conforme abría el día se unía un tiroteo constante cerca de los aguaderos, como si el campo rompiese su silencio en una guerra contra algo que no se veía desde lejos pero de la que sí se escuchaban los tiros. A mí eso de disparar a un ave que va al beber como que nunca, nunca, me ha gustado. Pero mi opinión, obviamente, no pinta nada.

España, en fiestas. Ferias llenando las calles y clarines. Tener una corrida de toros en ese día era señal de poderío. Ahora los tiempos como pregonaba don Hilarión han cambiado “que es una barbaridad”.

Madrid celebra su verbena más tradicional: la Verbena de la Paloma… “Por ser la Virgen de la Paloma, un mantón de la China, la China… te voy a regalar”. (Ni don Hilarión está, ni hay regalo); Sevilla tiene su Virgen de los Reyes… y más de media España en ferias.