¿QUÉ PASA CON EL ACEITE?
26 de agosto, sábado. La
pregunta flota en el aire cuando se ven los precios ante los expositores de los
establecimientos de alimentación. Hay quien va más lejos. El verano avanza
inexorablemente (Hoy 41º y una calima que aplasta). Hay una merma de cosecha y
algo aún peor, la aceituna que cuajó en primavera en muchos sitios tiene un
calibre mínimo. Eso puede ser un menor rendimiento. Son muchas dudas; las
soluciones, difíciles.
Los precios – se vende aún el
aceite de la cosecha anterior o de importación- son una carrera especulativa. Suben
y suben sin que se atisben soluciones para cosechos, agricultores y
consumidores.
La situación se antoja crítica
y muy preocupante. A la menor cosecha se le une un factor en que no se puede
incidir: la falta de lluvias. En algunos lugares no ha caído ni una gota desde
la primavera, más concreto desde el mes de mayo; en otros, ni eso.
Se esperan las tormentas – en
agosto, tiempo propicio hasta ahora para que hicieran su aparición – no lo han
hecho. La esperanza se pone en septiembre. Se sabe lo dice el refranero de este
mes: “o seca las fuentes o se lleva las puentes”. Para lo primero no tiene que
apretarse mucho. Hay demasiados pozos sin agua, fuentes secas y arroyos sin
correr. Si me apuran hasta los ríos han perdido su capa superficial de agua:
Río Grande por Aljaima o el Guadalhorce por la Estación de Cártama son una capa
de sequedad.
Unas tormentas (no hay que
esperar borrascas atlánticas todavía con agua mansa y caladera que sería una
bendición de Dios) pueden causar destrozos sin que aún pueda calibrarse el
desastre. En Almería hablan de la temperatura del Mediterráneo y afirman que
han superado los 28º. Eso es sinónimo de anuncio de gota fría y lo que es lo
mismo, posible desastre.
Prácticamente se ha perdido en
algunos lugares la aceituna de verdeo y la que posiblemente se destinará al
molino es una incógnita. Hay un problema añadido. La industria aceitera ha
salido a comprar aceite a otras zonas del Mediterráneo, en concreto, a los
mercados de Turquía y Túnez. Se han encontrado con un atasco monumental (hablan
de más quinientas cisternas en el puerto de Valencia donde tienen que pasar los
análisis preceptivos. ¿Burocracia? ¿Intereses ocultos? ¡Vaya usted a saberlo!
En el aire está claro que flotan muchas preguntas, pero sobre todas, una ¿qué
pasa con el aceite de oliva?
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