23 de
agosto, martes. Estos días, por diferencia de temperatura entre
el agua del mar – más fría – y la tierra – más caliente – se levanta, neblina.
Lo cubre todo. A veces, tiene una duración de varias horas y obliga a cerrar el
aeropuerto de Málaga por baja visibilidad. Rara vez llega hasta las tierras
interiores. Se le conoce como “taró”.
Al parecer, los fenicios ya hablaron de él.
En cada lugar, tienen su
localismo (“Solano de las Marismas…”),
graníno, ábrego… Nombre de otros lugares o, incluso, se llama así a
fenómenos diferentes.
De madrugada, en verano, si
arranca el levante, ‘blandura’. El
cielo se cubre de nubes, al principio, espesas y, poco a poco, se disipan a
medida que arranca la mañana. Dice la gente del campo que madura las brevas cuando
es tiempo, que propicia la trillar porque la mies está más suave y para
arrancar los garbanzos porque, al no haber sequedad, no se rompen los
cascabullos.
El levante - “el levante las
mueve y el poniente, las llueve” – ; el cielo entoldado, tardes de calor…
Al viento del norte, - el cielo
azul, muy azul, como el manto de una Purísima de Murillo - ‘aire de
arriba’. Cuando sopla, nunca llueve. Si hay un temporal de poniente, él dispersa
las nubes. “Ya está aquí el aire de
arriba; se ha acabado el temporal”. En invierno, si viene del Polo, es
frío. Puede provocar heladas. En verano, al del noroeste, se le llama ‘terral’. Seco, abrasador. Se dispara la
temperatura.
El viento del Atlántico, ‘poniente’. Trae la lluvia, o sea, la
Gracia de Dios. Si entra por el Estrecho es una corriente en chorro. Sube desde
Canarias. Está cargado de humedad. Dura varios días y trae agua, mucha agua (no
tanta como el meneo que le dio anoche la UD. Las Palmas al Málaga, bromas
aparte); si entra un poco más desviado, por el Golfo de Cádiz, también trae
agua, pero más ‘de refilón’. En ocasiones se desvía por la Depresión
Guadalquivir y, entonces, las nubes pasan ligeras…
Me viene a la mente Rosalía: “Airiños, airiños, aires… “y el final
del Amor Brujo. Falla puso letra y música. La mejor versión cantada, Antoñita
Contreras. “¡Ya está despuntando el día
/cantad, campanas, cantad/ que vuelve la gloria mía!” A veces, a al amanecer,
me resuena en el interior, y siento como abre, poco a poco la vida…
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