(Foto de archivo)
18 de diciembre. Me acosté
tarde. Muy tarde. A esa hora en la que los alcaldes dicen que no quiten las
calles. Total ¿para qué? si está aquí, casi a la vuelta de los cerros, el alba
que viene anunciado el día y dentro de
un lado ya será la luz…
La luz, anoche – parece un
contrasentido, pero no lo es – me vino de la mano de un cuento. Les cuento. “El día que Jesús no quería nacer”, es el título que su autor,
Antonio García Barbeito, le dio hace más de treinta años a su cuento de
Navidad. Y aunque van casi de la mano, cuatro veces con esta, la palabra ‘cuento’,
es otra cosa muy distinta. Pues anoche, precisamente anoche, se representó en
el teatro Cervantes de Álora.
Es algo indescriptiblemente
bueno ¿Bello? No, no, algo más. Es un mensaje directo al corazón, como los
dardos de los enamorados que se encuentran por una calle cualquiera y, … eso.
Asistir a una representación de la obra, es algo así como para que uno piense que
con toda la denuncia y con toda la ternura que sus autores – Barbeito, en el
texto; Jesús Bola, en la música -
pusieron, es además, para que nos demos cuenta que sí nació.
Y lo hizo porque lo pidió el
¡Amor! ¿Hay algo más grande que el Amor? Hemos leído tropecientas veces que
nació en Belén, que era una noche fría, que los pobres pastores caminaban por
el campo y que caía la nieve, y a la luz de una candela donde se calentaban, un
ángel le dijo lo qué pasaba y que ese Niño – al que entonces no le hicieron mucho
caso, ahora como que tampoco – nació porque lo pidió ¡El Amor!
Barbeito ha cedido los
ahorrillos conseguidos con la venta de entradas, del CD
y el libro para Caritas. No lo dijo el autor, pero se lo digo yo. Eso está
impulsado porque dentro hay un amor de un hombre hacia sus semejantes que por
circunstancias lo pasan mal, muy mal y hay que echar una mano… ¡y digo que si
se echa!
La representación a cargo del Grupo de Taller de Dolores Coronada, la
dirección de María José Ramos y José Antonio Infante. Un puñado de mujeres y
hombres en el escenario y otros que no se veían metiendo el hombro. Y nació,
digo si nació, porque ‘lo pidió el Amor’.
Buenos días. Genial y de ello nació tambien esta magnifica entrada. Enhorabuena
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