jueves, 16 de diciembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Al otro lado del cristal y (IV)

 

 


                                                                  (viene de III)

-         Esta noche me gustaría mirarte a los ojos, fijamente y mirándote, pedirte: dime todo lo que piensas....

-         Lo que pienso ¿sobre qué?  Contestó de manera evasiva. Es que depende de cómo yo estuviera, así pensaría...

-         Sencillamente, lo que piensas....

-          Te acabo de decir que depende del ánimo que tuviese, pensaría una cosa u otra. Ahora mismo…

-         ¿Ves cómo eres tú quien se hace la lipendi? yo te habría contestado directa, abiertamente.... Pues yo si te estoy mirando a los ojos aunque tú no te lo creas y te cueste aceptarlo. ¿Has visto que bicho más raro?

-         Y ya que me estás mirando, en qué piensas?

-         La pregunta, te la he hecho yo... Eres tú quien tiene que hablar...Te estoy mirando para que hables tú.

-         Es que yo no puedo ponerme en ese supuesto…

Se enrocaba la conversación.

-         Vale, no lo hagas. Es cuestión de actitud... Es cuestión de querer, es cuestión de dar un paso sin mirar a los lados... Es cuestión de abrir el alma...

-         Pero para eso hay que estar inspirada y yo no lo estoy. No te voy a mentir, ya sabes que si no me sale, no me sale y cuando me sale, me sale.

-         ¿Ves?  Replicó él. Ya has hablado... Eso es lo te ha salido, eso es lo que sencillamente, tenías que decir...

-         Mi día ha sido ajetreado, mucho trabajo, salidas…

Sonó el despertador del teléfono móvil. Encendió la luz desde el interruptor de la cabecera. Se levantó despacio. Se acercó a la ventana y descorrió las cortinas y por entre los visillos, al otro lado del cristal  de la ventana, muchas gotitas pequeñas se unían unas con otras, se hacían más gruesas y resbalaban con lentitud. Los tejados estaban mojados. De aquel sueño, lo único real era, que había llovido durante toda la noche.

 

 

 

 

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