Monasterio de Batalha (Claustro)
A primeras horas de la mañana
el viajero se acerca al Monasterio de Batalha, en la Beira Litoral. Las obras –
gótico manuelino- se iniciaron cuando el rey don Juan I, fundador de la
Dinastía de Avis, para conmemorar la victoria sobre los castellanos en 1385, en
la batalla de Aljubarrota. Las obras duraron dos siglos, el reinado de siete
reyes y quince arquitectos. Dos soldados, en una capilla del claustro, montan
guardia al soldado desconocido bajo un Cristo mutilado en sus piernas…
Bordean la sala capitular, las ‘Capelas Imperfeitas’. Además de dejar
patente que faltó dinero para terminar la obra, dejan también entrever una de
las maravillas de encaje en piedra, que uno puede encontrarse sin esperarlo, de
sopetón, en esas sorpresas que el viaje ofrece en cualquier recodo del camino.
¡Ah! lo de ‘imperfeitas’ solo una
manera de dar nombre…
El viajero porque ya es
mediodía, toma un vermú sentado frente al Monasterio. La contemplación de tanta
belleza, es otra manera de engrandecer el momento donde se aplaca la sed. Pide
unas aceitunas y le dicen que no tienen, pero que le pueden traer ‘tremoços’ que es como en Portugal les
llaman a los altramuces.
Reemprende viaje. Cruza los
pinares que sembró el rey don Dinis, el rey agricultor y marinero que además,
creó la marina portuguesa. Tuvo necesidad de madera y repobló la zona que aún
sigue verde y frondosa. El viajero llegó al mediodía a Nazaré…
¿Qué puede hacer el viajero en
Nazaré? Lo primero buscar un lugar donde comer porque es la hora. Y busca y
están completos y lo mandan a otro sitio, y es un acierto, porque se encuentra
con otros viajeros y se entera que tienen amigos comunes, y entonces uno piensa
en la pequeñez de mundo.
El viajero cuando mira de
frente al mar, recuerda una tarde en Sines. El
mar entonces era azul intenso y Magallanes, en piedra, miraba al
infinito del horizonte en el Océano. Ahora arrecia el viento y contempla como
levanta la arena fina y a la gente que hace deporte sobre las olas.
Por la tarde, se acerca a
Alcobaça. Es el primer monasterio cisterciense construido en Portugal. Es
también la tumba de los amores de Pedro I e Inés de Castro asesinada en el
castillo de Montemor o Velho por orden de Alfonso IV, que veía con enorme
preocupación sus amores con el Infante. Tragedia…
Monasterio de Alcobaça (Abadía Cisterciense)
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