viernes, 15 de octubre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Viaje a Portugal. Tierras de soledad (2)

 

 


El viajero se adentra en el Alentejo. Son tierras de soledad y descampado, grandes extensiones. Ahora se explica el  porqué de algunas revueltas sociales de tanto enraizamiento por estos lugares. Mucha tierra en manos de muy pocos….

La carretera bordea el Paraje Natural de la Sierra de Sao Mamede, aquella que de niños, cuando estudiábamos el Sistema Central, decíamos que se adentraba “en Portugal por las Sierras de la Estrella y de San Mamés…” Esa misma. Es un paraje con población, según dice la Guía, desde el Neolítico. Tampoco vamos a discutirlo.

Portalegre está recostada al pie de la sierra. La carretera bordea la ciudad. Sobresalen los edificios, esos edificios feísimos que el ‘progreso’ o el desarrollismo o como quieran llamarlo construye en todos los alargamientos de las ciudades.

En lo que puede ser el casco antiguo, torres de iglesias, conventos, construcciones testigos de un pasado histórico esplendoroso. Deben ser las torres de la catedral, del convento de San Francisco, de Santa Clara… tiene también un castillo y en la iglesia de San Bernardo, el mausoleo del Jorge de Melo.. El viajero no entra en la ciudad y la bordea, y sabe estas cosas que cuenta porque las lee en la Guía que lo acompaña…

Camino de Fortios la carretera es recta, una larguísima recta solo quebrada por las elevaciones del terreno que toma forma y manera de tobogán. El campo está reseco. A un lado, la Sierra con elevaciones moderadas; al otro, lomas en sentido descendente que no dejan ver el horizonte lejano.

Por Alpalho busca – sigue la carretera – el río Tajo. Por allí el río está encajonado, profundo entre laderas pedregosas. Lo han remansado en una presa. El Tajo ya avisa que es el mismo que vio nacer en Fuentegarcía, allá por la Serranía de Cuenca, cerca de Albarracín y que lo verá morir entre Casinha y Lisboa… Aquí es más río que en el nacimiento y menos que en su desembocadura. Un poco más allá, el humo de una central térmica se deja llevar por el cielo azul de la tarde.

La bajada tiene curvas pronunciadas. El viajero sabe que está cercano el paso al distrito de Santarém y que deja ya el Alentejo. Una autopista excelente lo va a llevar hasta Ortiga, Abrantes, Constancia… En Torres Vedras, la desviación a Fátima donde tiene posada y fonda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario