Beniel es un pueblo de la Huera
de Murcia, en la Vega del Segura. Beniel acoge gente trabajadora que saca lo
mejor de la tierra. Beniel hoy ha saltado a las primeras páginas de los medios
de comunicación porque un tío sin cabeza – no se puede entender de otra manera –
ha matado a su hijo de diez años y luego se ha quitado él de en medio. Tendría
que haber alterado el orden de los factores. Desgraciadamente no lo hizo.
El paisanaje está harto. Cada
día saltan noticias donde se habla de la crueldad humana en referencia con
otros semejantes suyos. La Biblia, el mayor best-seller de todos los tiempos lo
contó hace ya no se sabe cuánto… Un elemento al que llamaron Caín mató a su
hermano dicen que con la quijada de un burro. Da lo mismo. Ya avisaba de las
intenciones que tiene cierta parte del publiquito.
Hace unos días fue una tipa,
que tampoco debía tener mucho de buenas
intenciones dentro de su cabeza ahogó a su hijo de cuatro años en la bañera de
su casa. ¿Qué nos pasa? ¿Es el calor? ¿Es que se suelta algún cable? El paisanaje
está harto que se manche la tierra y el
cielo con sangre de gente inocente. No tienen culpa de nada. Solo sufren la
violencia incontrolada y canalla de otros. ¿Venganza? ¿Locura? ¿Alguien sabe
cómo se le puede llamar a esto?
Ya nos hemos acostumbrado a esa
noticia de la muerte de una mujer – en estos casos son dos menores y quizá es soliviante
más – cada dos o tres día. Lo repetitivo de la noticia parece que le quita
actualidad. Nos acostumbramos a lo irracional y casi se hace normal.
Esta sociedad está enferma. Muy
enferma. No se puede uno explicar con dos dedos de sentido común que la
solución a un problema o a muchos problemas sea la muerte del que está enfrente
y como en estos casos, muertes de inocentes. Ojo, que de adultos, tampoco, pero
en el hecho de ser menores parece que el
aldabonazo es mayor. ¡Qué pena!
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