viernes, 12 de abril de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Siete dolores






Virgen de los Dolores. Álora

“Oh vosotros los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante a mi dolor”. Jeremías lo publicó en el Libro de las Lamentaciones. Faltaban más de cuatrocientos años para el nacimiento de Cristo en la tierra de Judea.  La profecía pone un  grito de desgarro en boca de María…

El número bíblico siete se repite constantemente. Siete son los días de la Creación; hasta setenta veces siete las veces en las que hay que prodigar el perdón; siete son los dolores de la Virgen. Hoy, ‘Viernes de Dolores’. Hoy la Iglesia Católica celebra, los Dolores de la Virgen.

Era anciano y justo. Se llamaba Simeón. Llevan al niño al templo. “Y una espada de dolor – les dice - atravesará tu corazón”. Lo anuncia proféticamente. María madre ya estaba marcada porque sería corredentora y transitaría por camino del sacrificio junto a su Hijo.

Hoy, madres transidas de dolor sufren junto a sus hijos por los caminos de la vida. Es junto a la cama de un hospital bajo el peso de una enfermedad durísima. Es ante la incomprensión de una sociedad que lo arrastró en la búsqueda desesperada de una felicidad que no estaba en el camino por él elegido.

Hay madres, también, sumidas en el dolor por la marcha del hijo que se echa a andar y anhela encontrar en tierras lejanas el sustento de cada día y de paso alguna migaja para la familia que espera a miles de kilómetros…

Es la duda sin saber si volverán a reencontrarse algún día y una esperanza que aprieta en la garganta por el hijo que cada vez tarda más en volver. Son, dolores de otras madres, que al igual no se conocen con el nombre de María pero que tienen atravesados sus corazones por el dolor de la sinrazón y el egoísmo de los hombres.

Se alejan, se entrecruzan, se pierden los caminos del mundo. Esperan las madres y preguntan en el ahogo de su silencio porque no encuentran respuestas de otros caminantes si hay dolores que tengan un parecido con el dolor que les atenaza a ellas.

Siete dolores de María, siete que son más de siete, hasta setenta veces siete, hasta tantos que en un día como hoy saben del dolor de María, los ‘dolores de María’, la que carga con su dolor propio y el nuestro, Madre de Dios y madre nuestra…



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