martes, 11 de diciembre de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Muestrario



Hace un rato terminó el telediario. Ha dejado un sabor amargo que se escapa por la comisura de los labios. De verdad, de verdad ¿el mundo está tan loco como nos lo han mostrado? ¿De verdad, hemos perdido la razón en grado tan elevado?

Echo mano a Alberto Cortez.  Fue algo sublime en su día. No pierde actualidad…


Te llegará una rosa cada día
que medie entre los dos una distancia,


y será tu silente compañía
cuando a solas te duela la nostalgia.

Te llegará una rosa cada día
augurándote tiempos de ventura,

compañera total del alma mía,
propietaria de toda la ternura.

Quisiera ser un mago fabuloso
para trocar las rosas por estrellas,

dejarlas en tu almohada sigiloso
y que iluminen tu sueño todas ellas.

Te llegará una rosa y la mañana
será para "vivirla" entre comillas, 

tu alma escapará por la ventana
de tu orilla volando hasta mi orilla.

Aquellos que no tienen fantasía
no podrán entender, es muy complejo,

que acorta la distancia cada día
recibir una rosa desde lejos.

Te llegará una rosa, y día a día
será como quitarle al calendario

las hojas que nos faltan todavía
para dejar de ser dos solitarios.

Te llegará una rosa cada día,
que medie entre los dos una distancia,




compañera total del alma mía
propietaria de toda la ternura....

Amén.

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