miércoles, 19 de diciembre de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juan





Juan tiene los años suficientes para ser mayor pero todavía no ha llegado a viejo. Juan fue camionero cuando era joven y acarreaba frutos a los almacenes. Las huertas, llegado el verdeo, eran un chorreo de trabajo y Juan daba cuantos viajes le permitían las horas del día.

Juan está cada mañana en la barra del bar. Se toma un par de ‘lisos’. Sin tapa. A ‘jierro’. Le da un par de tientos callados. Como hacía el Lazarillo con el jarro del ciego aunque Juan nunca sabrá que existió un lazarillo a quien le gustaba el vino tanto como a él y un ciego al que le robaba el vino con mil y una artimañas.

 Es un hombre solitario. Siempre está sin compañía y ocupa el mismo sitio. Es un hombre de costumbre fija. Lo hace todo a la hora medida y justa porque a cada hora del día algunos hombres le tienen su destino buscado.

Juan me habla de usted y de don. Yo siempre le digo, que me apee del tratamiento pero no me hace caso. En realidad soy quien quién debería hacerle caso a él y escucharlo. Junto a los hombres como Juan siempre se aprende y siempre tienen mucho que aportar.

-         “Llénale a don José”.

Y Lina, que es muy diligente, viene con otra cerveza en la mano, y aunque yo ya lo he escuchado…

-         De Juan…

Y,  entonces yo le digo que le llene a él, y me dice que no, que ya tiene el cupo hecho y que se va en busca de las ‘aplastá’… Y yo le insisto que sí y Lina, le llena…

-         ¿Ha visto usted, me dice, la pelúa que ha caído esta noche?

-         Estaba todo chorreando, le contesto.

-         Como que llega el mediodía y todavía no se ha quitado. Y es que los días son tan cortos…

Juan me cuenta que están pagando las naranjas new hall a 17 céntimos de euro, pero tiene uno que cogerlas; los finos no los quieren ni ‘daos’ y las clementinas ya se están poniendo bofas porque en llegando la Pascua le ha pasado su tiempo.

Juan es un hombre delgado, y de pocas palabras. Mi amigo Fernando Espíldora – “compañero, del alma, compañero”- decía que nadie a quien le guste el vino es mala persona. A Juan le gusta el vino…




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