Estamos sobrecogidos con tantas malas noticias que nos vienen de
Pedrograo Grande. El diccionario agota
los adjetivos. ¿Cómo calificar lo que escuchamos, lo que vemos y lo que nos
escriben? Todo ha sido rápido. Veloz como solo es veloz cuando se dan la mano
viento y fuego.
Los pontífices ‘sabelotodos’ despotrican y dan opiniones. Algunas para
llorar. Esta mañana eran verdaderas enciclopedias de manual de qué
habría que haber hecho; de qué hay que hacer; de qué habrá que hacer. Buscan de quién es la
culpa. Claro, si no aparece, entonces la baraja está incompleta.
El verano pasado anduve por una
zona cercana al lugar de la tragedia. El paisaje arbolado, ríos con agua,
embalses; caseríos dispersos por medio de las masas verdes. Pájaro de mal agüero lo pensé. Un incendio
aquí sería pavoroso. Me temo que me he quedado corto.
El fuego, como el viento, como
el sol, cómo los pájaros, como los ríos…, no saben de fronteras. No conocen que
las fronteras las ponemos, estúpidamente, los hombres para separarnos. Ahora,
ante el horror y la necesidad, las manos
han sido más largas que las fronteras y la solidaridad, inmediata. Parece que
algunos horrores nos hacen más humanos ante las desgracias de los otros.
Estamos empachados de malas
noticias; hace falta que, por parte de quien sea, venga algo de solución ante
tanto desastre. Hay cosas que pueden preverse; otras, al menos, mitigarlas.
Sabemos que contra los imponderables no hay quien pueda luchar, pero entre
tanta algarabía del gallinero no he escuchado a nadie hablar del uso de algo tan simple, tan
sencillo y tan poco usual como es el sentido común. Debe ser por eso, es el
menos común de todos los sentidos.
No hay aires de estudiantina
que canta canciones de aires de tierra lusitana y de mar, de balcones y
ventanas del viejo Portugal, ni de Oporto de vino rojo en las dos laderas, ni
campo de oliveras verdes… Desgraciadamente, no es así. Son aires de mucho dolor. Flota el lamento del desgarro ante el horror, y la
pregunta, “ay, Portugal ¿por qué te quiero tanto?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario