Arroyomolinos de León fue
tierra extremeña hasta la división territorial de 1834. En 1840 pertenecía al
Priorato de León, Orden de Santiago, y a la Vicaría de Santa María de Tentudía.
El viajero va por terreno
pedregoso. Cercas de piedra delimitan el campo. Pasta el toro bravo, el porcino
y la oveja. Habla con la gente. Nota que cambia el acento y el giro de la
oración y el uso de expresiones como “quédele, el coche allí...”, “tome agua
que sea” o, “vaite po tras del cercado”... y ahora, más que nunca, comprende
que Extremadura está a vista de poco que se levante las cabeza. Es decir, al lado.
Se encuentra con alguien
que como él recorre lugares y da en ir a sitios como estos. Y detecta a quien
no respeta la intimidad de las personas que viven por allí, y que hay quienes
se visten de espantapájaros para ir por
esos mundos de Dios. Pero esos no son viajeros. Eso es otra cosa...
Pasa por Calera de León,
Cabeza la Vaca y Cañaveral de León. De paredes blancas y casas enrejadas. De
flores cabe la fuente y de verdor a orillas del agua en los veneros que
alimentan al río Rivera de Huelva por terreno “abrupto y serrano”.
Busca casi la
protohistoria; llega a Cala pregunta por las minas de hierro y de cobr. Las
explotaron los fenicios y aún siguen en
pleno (¿?) rendimiento. Descubre que le dedican una plaza al minero; una calle
tiene rotulado: ‘Málaga’.
Por aquí, la agricultura,
para complemento del vivir cada día. Es decir: subsistir. Le dicen que hay lugares
de interés. Están – no va- en las
sierras del Castillo y Valdenueces. Como si el verdadero interés no estuviera
en saber qué hace, cómo vive, qué sueña la gente que, por mediados de agosto,
van, en romería, a ver a San Roque y, por septiembre, a la Virgen de Cala.
Está al pie de la Sierra
de San Benito. Del castillo, sólo ruinas, pero en la mente de muchos la
creencia del tesoro oculto que, algún día, alguien tendrá la fortuna de
encontrar.
¡De ilusión, sabe,
también se vive! La dehesa está con la yerba de primavera. Casi no ha llovido;
cerdos bajo un bosque de alcornoques y encinas…
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