Los retratos
que nos han llegado de ella la muestran como una mujer de belleza fuera de lo
común; tez fina; órbitas de los ojos remarcadas; mirada melancólica y triste,
como perdida y ausente. Tenía la nariz larga; boca sensual; los labios
remarcados y amplios; la barbilla pronunciada…
Siendo niña
Espronceda, paisano y admirador le dedica unos versos bellísimos que comienzan:
“Dicen que tienes trece primaveras / y eres portento de hermosura ya…! Y
concluye: “… para ser, yo el insecto, tú la flor”.
Nació en
Almendralejo (Badajoz) el 12 de diciembre de 1820; murió nonagenaria en las
cercanías de Lisboa, en Poço do Bispo el 11 de enero de 1911. Procedía de una
familia acomodada; recibió la formación propia de las niñas de su tiempo:
labores del hogar, bordado y encaje
extremeño, en su opinión “tan enredoso como el código latino”.
Su padre fue
encarcelado por motivos políticos. Fue secretario de la Diputación de Badajoz;
la reina regente, María Cristina lo liberó. Ella le estuvo siempre agradecida y
bordó una bandera para un batallón de apoyo a Isabel II.
Sufrió la
enfermedad de catalepsia por lo que en varias ocasiones la dieron por muerta.
En Cádiz sufrió una enfermedad nerviosa que la dejó con enormes dificultades de
movimiento. Los médicos le recomiendan la toma de aguas en las cercanías de
Madrid.
Casó con
Justo Horacio Perry, diplomático de la delegación de los Estados Unidos.
Por influencias de Isabel II, el marqués
de Salamanca le vende parte de su finca. Se construye un palacete en la calle
Lagasca (entonces, calle de La Reja), y
se convierte en lugar de reuniones para muchos de los que participan en las
intentonas tan propias del siglo XIX.
Su obra
principalmente es poética. Escribió, también novelas, quince, y una obra de
teatro que no se estrenó. Tuvo muchas dificultades para publicar. Fue
reconocida por Espronceda, Quintana, y Castelar. Su belleza, además de la
calidad literaria deslumbró a los escritores de su tiempo. Está considerada como
una de las grandes en la Literatura del siglo XIX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario