Su nombre: Cecilia Böhl de Faber y
Larrea. Su padre, cónsul en Suiza. Nació en Morges en el Cantón de Vaud el 24
de diciembre de 1796. Muere en Sevilla, a los setenta y tres años, el siete de
abril de 1877. Todas sus obras están firmadas bajo el pseudónimo de Fernán
Caballero.
Sus ojos reflejan la tristeza infinita
que estuvo asida a su vida desde los inicios hasta la muerte. Tres matrimonios;
tres veces viuda; carestía y
necesidades; constantes viajes que le llevan por Suiza, Alemania, Puerto Rico y
España y un final en la pobreza.
Ya muchacha regresa con su familia a Cádiz. Se casa a los
17 años. Pasa a vivir a Puerto Rico donde su marido, Antonio Planelles y
Bardaxi, fue destinado como capitán de infantería. La muerte del marido hace
que el matrimonio dure poco. Marcha a vivir con su abuela a Hamburgo.
Regresa a España. Se instala en el Puerto
de Santa María. En 1822, con 26 años se vuelve a casar. Ahora con Francisco
Ruiz del Arco, marqués de Arco Hermoso. Vuelve a enviudar pronto. Nuevas
nupcias.
Por tercera vez contrae matrimonio. Lo
hace con Antonio Arrom Ayala. Estaba
enfermo de la enfermedad azote de la sociedad española de la época: la
tuberculosis. Muere pronto y vuelven las necesidades a su vida.
Los duques de Montpensier y la reina
Isabel II fueron sus protectores. La acogen y le dan vivienda en el Patio de
Banderas del Alcázar de Sevilla. La España convulsa del siglo XIX va de
revolución en revolución. Su vida también se ve afectada cuando triunfa la de
1868. Tiene que dejar el alojamiento. La pobreza vuelve a aparecer en su vida.
Era de estatura mediana; su semblante
serio; boca grande y barbilla pronunciada. Su mirada lánguida; sus ojos
reflejaban la tristeza que le embargó siempre. Su literatura se encuadra en el
apartado costumbrista. Defendió lo que en su tiempo se entendía por virtudes
tradicionales, la monarquía y la ortodoxia de la iglesia católica.
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