domingo, 6 de diciembre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Guadalquivir

¡Qué suerte tengo! Una amiga - Pilar - me trae un ramillete de  postales. Amanece en Las Mimbres; el río va despacio, lento; el río va soberbio y sobrado; el río va a los suyo. En la orilla, Coria; muy lejos, todavía, Sanlúcar donde dicen que los langostinos de cola azul piropean a Doñana mientras sube la marea.

Apunta el sol en La Barqueta. Besa el río como se besan los labios añorados, como quien acaricia lo que más se quiere. Es la paz total.  Es la quietud. “Míster, le dijo un coriano genial, Rogelio, a su entrenador, correr es de cobardes”. ¿Por eso no corre el río? Aguardan su hora, en reposo, unas barquillas… ¿Cabe más belleza?

“Para los barcos de vela, Sevilla tiene un camino…” Lo dijo Federico. También dejó escrito que el río Guadalquivir “tiene las barbas granates” y que “va entre naranjos y olivos”  Estos barcos que suben no son barcos de vela ni tienen ritmo de habaneras, ni arrastran murmullo de olas y caracolas, ni espumas de nácar.

Barbeito vio la nieve en los surcos que fertiliza con sus aguas, y la memoria verde de la remolacha y nos dijo que “los álamos de la ribera eran pentagramas de pájaros y un sereno roce de alas y hojas”.
Entorno los ojos.  Un torbellino me afloran en la mente.  Un chorro de agua clara brotaba de la roca  – entre Pozo y Cazorla -. Entre los pinos se perdía el viento. El agua seguía su curso….

También estaba en su orilla la tarde que el toro Cabatisto de Atanasio… Real Maestranza de Caballería. Sevilla, en Feria de Abril. Manolo Montoliú, de verde oliva bordado en azabache, banderilleaba en la cuadrilla de Manzanares.

“Herida inciso contusa en la base y cara interna del tórax. Rompe …” El festejo tenía el trece en el número de orden. Llanto, dolor, rabia; un nudo grande. “Esto es el toro”; lo dijo su padre.


Otra amiga – Manuela -  me presta la selección de música de cada día. Suena de fondo.  Me ayuda; me acompaña. Es una obra inmortal; es la música de Chaikovski: el Lago de los Cisnes. Los cisnes del ruso universal nunca nadaron por el Río Grande de los andaluces; ellos se lo perdieron.

3 comentarios: