¡Qué suerte tengo! Una amiga - Pilar - me trae un
ramillete de postales. Amanece en Las
Mimbres; el río va despacio, lento; el río va soberbio y sobrado; el río va a
los suyo. En la orilla, Coria; muy lejos, todavía, Sanlúcar donde dicen que los
langostinos de cola azul piropean a Doñana mientras sube la marea.
Apunta el sol en La Barqueta. Besa el río como se
besan los labios añorados, como quien acaricia lo que más se quiere. Es la paz
total. Es la quietud. “Míster, le dijo
un coriano genial, Rogelio, a su entrenador, correr es de cobardes”. ¿Por eso
no corre el río? Aguardan su hora, en reposo, unas barquillas… ¿Cabe más
belleza?
“Para los barcos de vela, Sevilla tiene un camino…”
Lo dijo Federico. También dejó escrito que el río Guadalquivir “tiene las
barbas granates” y que “va entre naranjos y olivos” Estos barcos que suben no son barcos de vela
ni tienen ritmo de habaneras, ni arrastran murmullo de olas y caracolas, ni
espumas de nácar.
Barbeito vio la nieve en los surcos que fertiliza
con sus aguas, y la memoria verde de la remolacha y nos dijo que “los álamos de
la ribera eran pentagramas de pájaros y un sereno roce de alas y hojas”.
Entorno los ojos.
Un torbellino me afloran en la mente.
Un chorro de agua clara brotaba de la roca – entre Pozo y Cazorla -. Entre los pinos se
perdía el viento. El agua seguía su curso….
También estaba en su orilla la tarde que el toro Cabatisto de Atanasio… Real Maestranza
de Caballería. Sevilla, en Feria de Abril. Manolo Montoliú, de verde oliva
bordado en azabache, banderilleaba en la cuadrilla de Manzanares.
“Herida inciso contusa en la base y cara interna del
tórax. Rompe …” El festejo tenía el trece en el número de orden. Llanto, dolor,
rabia; un nudo grande. “Esto es el toro”; lo dijo su padre.
Otra amiga – Manuela - me presta la selección de música de cada día. Suena
de fondo. Me ayuda; me acompaña. Es una
obra inmortal; es la música de Chaikovski: el Lago de los Cisnes. Los cisnes
del ruso universal nunca nadaron por el Río Grande de los andaluces; ellos se
lo perdieron.
Muy hermoso, Pepe. Y, fíjate, yo no recuerdo la cita mía que haces, pero muchas gracias. Y mi abrazo.
ResponderEliminarGuadalquivir, la memoria del agua (3).... Un abrazo
EliminarFantastico. Buenas noches
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