domingo, 13 de diciembre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nunca es tarde

Es noche cerrada. Niebla intensa. El avión tiene los motores en marcha. Humphry Bogart (Rick) e Ingrid Bergman (Ilsa Lund) se despiden en el aeropuerto; Claude Rains, el inspector, rellena el pasaporte…

“Casablanca”, de Michael Curtiz, una de las grandes películas de la historia llega a su final. El espionaje es plato del día; el mundo enzarzado en la guerra. Aparece la frase mítica “We’ll always Paris” (“Siempre tendremos París”)…

París, siempre París. París de Montmartre y el Sena; el de los atentados terroríficos en Saint Denis; el de Notre Dame y Saint Germain des Prés; el del arte innovador y el glamour en la Avenida Montaigne o en los Campos Elíseos….

París, ciudad de la Luz, ha encendido, y no precisamente desde la Tour Eiffel, una luz. Parece casi imposible; no lo es, desde los despachos. Quieren que ilumine y se disipen algunas sombras negras cernidas sobre el Planeta.

Nunca es tarde. La cumbre sobre el Cambio Climático (con mayúsculas) parece que ha tomado medidas en serio. Ciento y pico países, bueno sus representantes, han dicho que van a poner coto a la viña y manos a la obra. Surge el fantasma - mi amigo José María me lo lleva anunciando desde hace mucho tiempo - de la suficiencia.

Los que vienen detrás podrán cruzar los ocho mil kilómetros de tren en Siberia, de Moscú a Jabarosk, donde se unen el Amur con el Ussuri y verán los abedules de cortezas blancas y hojas verdes después de una noche de tormenta de verano mientras el Transiberiano atraviesa los Urales…

Y, cuando sobrevuelen el Gran Cañón del Colorado verán por la ventanilla de la avioneta el paisaje único, soberbio, sobrecogedor que el río abre entre las montañas de color rojizo.

Soñemos: los polos con nieve; el Amazonas, con agua; y más abajo del Sahara, el Sahel, con comida para su gente y sin hambrunas; cosechas sin plaguicidas, y…


Montes, ríos, mares, árboles, desiertos… ¿Será verdad?  Cuesta creerlo. Se ha abierto la puerta que conduce a la salvación. Este mundo puede tener arreglo. Va a costar. Nos hemos dado cuenta. El hombre que arrasa los bosques, los hace papel y escribe que hay salvarlos…“Siempre nos queda París”.

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