Huele a verano retardío, a rocío mañanero, a pájaros
por las noches. ¿Búhos?, ¿lechuzas? No; a pájaros que buscan cobijo en los
árboles del parque. Viven por el día en los olivares. Está morada la aceitunas,
por el paso del tiempo, por la falta de
agua, porque ya vienen los fríos de enero y el Niño nace encuero.
Diciembre, de zambombas con pellejo de conejo y
troncos de pitones huecos; pastores y pastorales; Herodes en mesas de despacho,
que ya no degüella niños; bombardea a otros infantes tiernos, niños sirios sin
Reyes Magos, ni regalos ni consuelos. Con mucho dolor; y, más llanto. El dinero
del petróleo se lo llevan, crudo y calentito… otros.
Huele a romero en los Nacimientos, a ríos de papel
de plata y a gandinga rebuscada, a castillos de corcho, a un Ángel que cantaba:
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra Paz a los hombres, digamos que a los hombres, todos, todos… putines y currito
Hollande y camerones de la tierra de Juan
sin Tierra que viven en isla grande, donde hay brumas y nieblas y brujas
que aconsejan bombardeos…
Hay un tufillo a polvorones y mantecados; y a
rosquillos de vino en el café y aguardiente, y Mariló me lo trae al recuerdo, con ese regusto de los
sabores eternos; y mercadillos solidarios;
gente que da todo lo mejor que lleva dentro - otra Mariló - que piensa en los que tienen menos. Gente
buena que cabalgan sin alharacas; en silencio.
Diciembre de luces en las calles. Hacen falta luces,
muchas luces, para caperucitas rojas y lobitos camuflados de cordero; hacen
falta luces, en tu casa y en la mía, en donde se toman decisiones y en donde se
fraguan los sueños. ¡Es tan fácil que, luego, venga el desencanto, que hay más
descreídos que hojillas tiene el almanaque, cuando los almanaques eran de
tacos.
Arranca Diciembre, Santa Bábara bendita, patrona de
los mineros; y el de la fiel Infantería y que el proclamó, en la tierra de María
Santísima – la que nos enseña Manuela, ¿la de los papelitos por el suelo?, no
por Dios, la otra, la que nos enamora con su Sevilla eterna -, el Dogma. Tota Pulchra es María… de Flores, y
de almendros con yema reventonas, que morirá en Año Viejo con promesas para el
Año Nuevo.
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