domingo, 13 de abril de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Arde Valparaíso


Se retoma la actividad, a medio gas, después del inicio esplendoroso del Domingo de Ramos. Se rompe la monotonía. Se ha tirado la gente a la calle. Lo invade todo, lo desborda todo. Suenan tambores, de las bandas de música y, de los otros, porque este año es ‘excelente’ la cosecha de niños con tambores. El tío del quiosco ha rentabilizado, con creces, el negocio.

Dice la radio que la carretera sigue cobrándose vidas. Lo que no dice la radio es lo mal que están muchas carreteras. Las han sembrado de radares recaudatorios pero no han tapado los baches. No se han corregido curvas desde hace no se sabe cuánto tiempo. Los  coches son más veloces que lo eran antes y, claro, viene lo que viene.

En Ucrania no levantan cabeza.  El Papa volvió, en la Homilía,  a romper moldes. Se ‘bolivariza’ la Junta de Andalucía, con una Presidenta que ha perdido – o le han hecho perder peldaños – en la crisis reciente y media España busca en las playa de aguas saladas lo que no tienen tierra adentro.

Arde una ciudad que dicen que era preciosa: Valparaíso. Cuando la encontró Diego de Almagro – un ‘cromo’, por cierto- cuando aquello de la conquista de Chile era una ciudad de pescadores que se las buscaban en la cercanía del Pacífico.

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Lo acuñó Neruda. Uno, en su modestia, también los hace suyo. Lo que dicen las imágenes es para echase a temblar. Horror de llamas que lo arrasan todos. Muerte, desolación, ruina y llanto. Los versos más tristes, y algo más. Mucho más

Las noticias que llegan de allí son de tragedia total. En el recuerdo aquellos festivales de música en Viña del Mar. Después, Raúl Matas o Manuel Pellegrini – los dos venidos de Chile-  desde Radio Madrid con su ‘Discomanía’ a muchos jóvenes nos acercó a las corrientes musicales o en La Rosaleda nos hizo soñar….¡Qué tiempos!

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