miércoles, 23 de octubre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitacora. El día que Jesús no quería nacer

                        

Pudo no haber sido, y fue; puedo no haber nacido, y nació. ¿Hubo un día en que Jesús no quiso nacer? Verán. Antonio García Barbeito hace veinte años que se lo planteó. Cuenta que recibió una carta de unos niños que le decían algo de eso – y de otras cosas – y fue  y se lo llevó a un papel - porque entonces, se escribía en papel- y lo  contó a los que quisieron escucharlo.

Y Antonio, generoso él, este año, ha decidido porque le ha parecido bien, contarlo a la gente de Álora. Bueno, a los de Álora y a los que quieran venirse en noche de diciembre, casi seguro con frío, y a lo mejor hasta con lluvia, hasta el teatro Cervantes. Allí lo va a contar  - “El día que Jesús no quería nacer” - con esa voz que Dios le ha dado y con el acento que él le pone. ¿Los beneficios? Todo para Caritas. Coste cero. Con ese pingüe jornal se admite –ya hay un montón-  a todos los que quieran meter el hombro.

Saben ustedes que la gente lo pasa mal. Muchos, más mal que otros. Y Antonio y unos pocos más seguidos de su mano hemos pensado que si en Navidad a alguna casa llega algo de lo que  a todos nos gusta y ellos no pueden… Pues al igual es una forma de que Jesús nazca allí…

Cuando se alce el telón del teatro Cervantes, en las calles habrá vaho de noche –porque un 20 de diciembre y a las 9 de la noche, es casi madrugada - y gente que va y viene y música que sale desde dentro de tiendas.
Y trasiego de bolsas y compras y consumismo y derroche y más derroche y peces borrachos de tanta agua y romero con ropa tendida, y ríos de papel de plata y montañas …y tres Reyes Magos, porque los Magos eran tres… es que con esto de los recortes. Bueno, ustedes me entienden.

El coste de la generosidad no tiene precio. Por la entrada se cobran sólo cinco euros. Con tan poco ¡se puede hacer tanto! Ayuntamiento, la propia Caritas y el voluntariado vamos a romper esos tópicos tan bonitos: “Si se puede”, “El pueblo unido…” “Ahora, ahora…” y todos esos más que tenemos en mente.


Que regusto nos va a dar cuando hagamos añicos la premonición del Ángel: “¡Como va a nacer Dios! ¿No veis la gangrena de la maldad, vestida de perfumes, como devora la carne del hombre?” Y, entonces, todos a una, desde nuestro interior, diremos. “Aleluya, quiso Dios / venir a la Nochebuena, / que sí mereció la pena / que lo pidiera el Amor…!” 

No hay comentarios:

Publicar un comentario