sábado, 19 de octubre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La niña de los cabellos de lino

                      

Debussy,  llamó así –La niña de los cabellos de lino-  a una pieza suya compuesta para piano; el quinteto de música de viento, nos hizo una adaptación. Se inauguraba la II Exposición de “Artistas Independientes de Álora. Lugar, Casa de la Cultura. Hora: el viernes por la noche, y la luna asomándose por entre los árboles de parque.

Un ramillete de artistas - extranjeros y locales - con dos connotaciones comunes: aman el arte y viven en Álora. Jacques, -entrañable y querido Jacques, donde estés- fue quien lo inició hace muchos años antes de tomar el tren que no tiene retorno. Ahora, Shinji Naganawau, “más perote que japones”, lo ha retomado…
En el ramillete hay autores consagrados: esplendida de luz y paz la marina –‘Contraluz en la playa del conde”- la llama él, de Cristóbal Pérez; la muestra de Kent Harrison; la interioridad – “ese misterioso objeto del deseo”- de Jazmin Campos; el bodegón ahíto de color de Julia Groos,  o una Ana Mari Garrido que ha subido mucho, pero que mucho, en el dominio de la acuarela.

Entre los que empiezan María Blanco - de la abundancia del corazón, como dicen las Sagradas Escrituras - habla la boca; Juaky que se libera de un interior muy rico, apasionante que la oprime - “Espiral”- o el alcance de la libertad plena entre un velado de sueños y color; rígido, reflejo de lo que puede ser su percepción del hombre de fuera al que se le responde desde dentro en Antúnez;  la dulzura de Pepita Perea, la Alpujarra de Salvador Chamizo…

Mimético, interiorista, un flas de color en Terry Durhan; Shinji - también un consagrado- y casi alma de la exposición nos acerca a una Venecia que evoca a la que cantó Aznavour: “ante mi soledad / que tristeza sin fin / que distinta Venecia…” Ya saben.


No son estas letras una crítica. Ni una relación de artistas que cuelgan su obra. Imposible. Si quieren: reflexión en voz alta. Ustedes pueden acercarse. Ver, mirar (el maestro Alcántara dice que entre el mirar y el ver se queda el viento) y luego, si nos encontramos, compartimos pareceres. Ah, y también estaba, preciosa, por cierto, la Niña de los cabellos de lino. La de Debussy no, esa no. Otra…

3 comentarios:

  1. Amigo Pepe, hay amor en todo lo que expone del pueblo, pero no solo se queda en ti sino que nos colma a los demás de cariño. Gracias

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