viernes, 18 de octubre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Calma chicha

                                 
Tenemos un otoño raro. Muy raro. Hay días en que no ocurre nada. Horas lentas, cansinas, monótonas. Ni una brizna de aire, ni una nube que cruce por el cielo. Ni un mal asomo de algo distinto, nuevo. Nada. A ver, si de una puñetera vez, se cambia el viento.

Se han ido los pájaros; no hay palomas en el campanario…Habla la gente mañanera que está parado el campo. Arrugada la aceituna, ya toma color de martirio antes de ir a la molienda. ¡ya ve usted, me dicen, no la toman para verdeo y esta aceituna para molino…!

Sólo Botín ve que viene el dinero. ¡Buena vista que tiene! No le dice a nadie por donde llega. Cuentan de su padre –Emilio también de nombre –  en un consejo de administración va y dice: “porque yo y mis hijos, controlamos, en el banco, el…” y, alguien le apunta: don Emilio, se dice: mis hijos y yo. “No. En asunto de dinero, -replicó-  yo primero”. El hijo ya ha hecho bueno al padre.

Decían de los marinos antiguos que atrapadas sus naves en el océano en medio de una calma chicha, sólo deseaban que pasase el tiempo. Eran días terribles…Se consumían, con la velas arriadas, en la espera larga, larga…

No viene la lluvia. Está duro el tiempo. Demasiado duro. No ha vestido de verdes la otoñada las cunetas. Van con retraso las sementeras; no se ven, en las lomas, el pardeo de la tierra marcada por el surco ahíto de grano que, cuando llegue la primavera, los vestirá de esperanza peinada por el viento.

Altera esta calma chicha el golpe bajo al cooperativismo que le da el ‘concurso de acreedores’, o sea, la quiebra, de una parte del Grupo Mondragón: Fagor con Edesa, y compañeros mártires…, la intolerancia de algunos que dicen que representan al pueblo o los tiros de madrugada en la Trinidad malagueña…


 España está sumida en demasiados  problemas. Catalanes, vascos, gallegos, economías y discursos huecos…Gente que lo pasa mal  y políticos que pasan de largo. Muchos espabilados que ya vienen de vuelta. Una llamada me dice que hay demasiado desencanto. ¿De qué parte está la razón? Por Dios que se rompa ya esta calma.

1 comentario:

  1. España está sumida en demasiados problemas. Catalanes, vascos, gallegos, economías y discursos huecos…Gente que lo pasa mal y políticos que pasan de largo. Muchos espabilados que ya vienen de vuelta. Una llamada me dice que hay demasiado desencanto. ¿De qué parte está la razón? Por Dios que se rompa ya esta calma.

    Copio tus palabras porque poco se puede añadir.

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