Mediodía. El sol de invierno tiene
puesto ropaje de primavera. Este febrero en Málaga se parece al mayo o junio de
tierras de Castilla. Solo los árboles sin hojas con las yemas a punto de
reventar, proclaman la estación que toca por estas fechas.
El mostrador a tope. Pido un
vermú. Saboreo el mejor vermú que se hace en Málaga desde hace más de un siglo.
El tiempo para algunas cosas es como la sinfonía de la Cavallería Rusticana
que pone el punto necesario, preciso, a lo que ya de por sí es extremadamente
bello, único.
La gente bebe el vino de la
tierra. Hay olor a vino derramado, a toneles de añejo donde no se cría vino –
viene de otras bodegas – pero al que se le da todo lo suyo.
En el mostrador de enfrente, bajo
la ventana, el marisquero -mandil blanco como corresponde - tiene los platos esperando
al consumidor (se paga aparte, en cuenta distinta a la bebida) con las banderillas, conchas finas, gambas
cocidas, mejillones que hace un rato estaban asidos a las rocas de los
espigones de Huelin, boquerones en vinagre…
El mostrador de madera, largo, estrecho.
Los camareros van y vienen. Con una tiza marcan el importe de las
consumiciones. Las barricas de vino, con
el peso de tantos años cubren todo el testero; en las estanterías botellas y
garrafitas para turistas. Alguien diría que es la taberna más antigua de
Málaga. No hay otro lugar – ya no están La Buena Sombra, ni los Quitapenas,
ni las Campanas… - con el vino de
la tierra, símbolo de un tiempo que ya no es, corazón de una ciudad que se
transforma…
Se rompe el dicho: “Málaga,
ciudad bravía, la de las mil tabernas y una sola librería”. Aquellas tabernas
de antes han desaparecido. Los nuevos establecimientos no tienen el sabor de lo
añejo. Las franquicias ponen un sello de uniformidad. Todas, casi iguales, o lo
que es lo mismo, han perdido su sello propio, personalidad.
La Antigua Casa de Guardia abre
puertas a la Alameda Principal, calle Panaderos y Pasaje Pastora. La fundó, en
1840, José de la Guardia que terminó de Gobernador Civil en Segovia… Entrar por
sus puertas es reencontrarse con un viejo amigo, cuando no, alguien, que llegó
después y a quien no viste, y que te toca en el hombro y te fundes en un abrazo…
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