Hay disciplinas en las que las
prisas tienen que esperar en la puerta. De vez en cuando, surgen noticias
sorprendentes. Dan información de acontecimientos de otras épocas. Hechos que
quedaron adormecidos por la desidia humana o bajo la pátina del tiempo.
La arqueología se encarga de
refrescar la memoria. Facilita información precisa y oportuna de cómo se vivió
entonces, cómo eran aquellos hombres o qué ocurrió en todo lo concerniente a
sus existencias.
Hace unos años, unas excavaciones
en el castillo árabe de Álora, dieron a conocer restos de ánforas iberas. Ese
barro había sido cocido en uno de los alfares – se supo que hubo dos, al menos
– en el arroyo Hondo que circunvala el Cerro de las Torres antes de desembocar
en el río Guadalhorce. Por ellas – y por otras cosas - se supo que los fenicios subieron por el río
y hasta aquí llegaban con sus mercancías.
Hace unos días saltó la noticia
del hallazgo de más de doscientas ánforas romanas en una cueva bajo el mar en
la Bahía de Alcudia (Mallorca). Los arqueólogos hablan de la existencia de un
punto de abastecimiento de agua potable para las embarcaciones que surcaban el
Mediterráneo. Ahora han surgido cantidad de dudas del porqué se encuentran en
tan gran número y, precisamente, en ese lugar.
La última sorpresa, por el
momento, ha surgido en las excavaciones en el subsuelo de la Plaza de la Merced,
bajo el solar que ocuparon los cines Victoria y Astoria, da cuenta de la
aparición de restos humanos, entre ochenta y noventa, dicen.
Hablan de la prolongación de la
muralla nazarí del siglo XII, cabe también la posibilidad, casi con toda probabilidad
de restos del hospital de Santa Ana y que los cadáveres sean de castellanos que
tomaron parte en la conquista de Málaga, por lo que los hechos serían más
cercanos. Los fijan en el siglo XV
La leyenda urbana hacía creer a
los malagueños que en la antigüedad, allí pudo haber un circo romano, pero las
excavaciones que ya están en un nivel de profundidad con autoridad para
desmentirlo han dejado la cosa en ‘leyenda’.
Los profanos en estos casos
esperamos las noticias que, más pronto que tarde, aparecerán en el libro
abierto de la arqueología para que todos podamos leer sobre estas cosas que forman
parte de nuestros cimientos.
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