martes, 11 de febrero de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ciudad de siempre





Y entonces, la luz dijo que era un reflejo, solo un reflejo, de la otra Luz y dejó que apareciese la farola recortada en el azul limpio, impoluto del cielo. La ciudad, casi al alcance de la mano, emerge de las aguas para deleite de todos y se asomaba a la bahía.

Ciudad de siempre, ciudad vieja en el tiempo, de cuando los fenicios que venían de la otra punta de la mar decidieron echar ancla. No fue exactamente ahí, aunque pudo serlo. Fue un poco más allá, hacia sol naciente. Ya se sabe de Oriente también viene la luz, cada mañana, cuando apunta el alba.

La farola  - porque en Málaga no hay faro, sino ‘farola’ - señera para la navegación de jábegas y  traíñas y barcas de pesca con aparejos artesanos en la noche bajo estrellas lejanas. Mar de sardinas, jureles, bacalaíllas, cazones y pintarrojas, salmonetes y … ¿chanquetes? (no, no, eso era en otro tiempo)… Solo con estirar un poco los espigones de Levante “..en los Baños del Carmen gran carrera, / concurso entre sirenas y delfines”, que nos dejó dicho el Maestro Alcántara.

Rompen en azul – que uno no sabe si es azul celeste o es el celeste que se hace más azul -  las aguas de la bahía… Es un añil puro, casi turquesa. Bellísimo, bajo la mano de la Luz. ¿Acaso, esa Luz no nos puede recordar, cada vez que quiera, que su Madre cuando le viene en gana se echa sobre su hombros un manto de azul turquesa, o sea celeste? ¿Lo cogería, por un casual, de aquí en las aguas entre las playas de San Andrés y la Caleta?

Se asoma una ciudad nueva. Se empina, casi se pone de puntillas sobre sí misma para elevarse más y más. Quiere hacer más suyo el azul del cielo y ponerlo en un intercambio de cromos con el azul de la mar de la bahía…

 No es aquella de marengos que remendaban redes en el la orilla, justo donde termina el rebaje y vienen a dejar las olas su tributo de nácar. Es otra Málaga. El progreso, el mal entendido progreso, ha esparcido a precio de or, - dicen que están entre las más caras de España -  un enjambre de colmenas de hormigón que se usurpan entre ellas los rayos de la luz…




1 comentario:

  1. Qué eclosión de poesía ¡ Qué concurso de sirenas y delfines¡ Qué placer recordar e imaginar con tus relatos¡ y rezar...también.
    Gracias, José

    ResponderEliminar