La vida de doña Jerónima de las
Cuevas – en algunos documentos Jeromina – está llena de enigmas. Abre conjeturas
desde la autoría del cuadro hasta quién era realmente la dama retratada.
Hay quien opina que no es una
obra de El Greco sino de Sofonisba Anguissola
pintora italiana, natural de Cremona, que vive en la corte de Felipe II donde pinta
a la infanta Catalina Micaela. El
parecido con la infanta es asombroso.
Otros afirman que el autor de la “La dama
de armiño” es El Greco. El Doctor Marañón lo deja patente en su obra El Greco y Toledo. Expone que, en cierto
modo, rompe con la imagen tradicional de las mujeres que aparecen en su obra,
sin embargo don Gregorio la ve pintada, con variantes, en otras obras de relevancia del autor
cretense.
¿Quién era? Otro abanico de conjeturas. Enumerarlas, una
quimera. La reconocen como mujer de El
Greco y madre de Jorge Manuel nacido de esta relación. A la muerte del pintor,
sin embargo, ella no aparece en el
testamento. En la relación de objetos que se detallan en la casa tampoco hay nada que
haga constancia de la presencia femenina en el hogar. Da pie a pensar o
que no vivía con él o que ya estuviese muerta.
Cuando El Greco se establece en
Toledo se hospeda en la Posada de la Higuera, en la calle Azacanes, donde se informa que en una casa, de la que no se dice el número, vivía “(…) una vecina llamada Jerónima de las Cuevas
con Barbulla Rodríguez, viuda…” (que podría ser su madre).
El Greco llega a Toledo en 1576
0 1577. Él tiene treinta y tantos años; ella, poco más de veinte. Existe una
corriente de comunicación entre ambos. Su rostro aparece en varias obras: María Dolorosa (Lázaro Galdiano), la
Verónica (Museo de Santa Cruz), El
Expolio (Catedral), La Sagrada
Familia, (Hospital Tavera)…
Pudo sufrir una enfermedad psiquiátrica - ¿depresión postparto? - con internamientos
y salidas esporádicas en el Hospital de Afuera (de ahí el cariño de El Greco por los locos, especialmente en la
colección de Apóstoles).
Se dice que puedo ser, también,
una mujer proveniente de un burdel toledano o incluso de ascendencia judía... Sea
lo que fuere, esta mujer de “rostro triste y un tanto meditabundo” es una de
las mujeres más bellas que aparece en los lienzos de la pintura española.
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