Tiene el cortijo una pincelada
diferenciadora. En el primer piso un cascarero.
Lo rodean tierras de labor. El cielo azul, muy azul y limpio. Para cualquier
sitio que se vaya la mirada: campo, y
una pequeña elevación del terreno, a modo de loma, con vegetación salpicada.
Dicen, me lo contó un día de
verano, Diego Rodríguez que se crió un poco más allá, que ‘virote’ era el
jornal percibido por un hombre un día de faena en el campo. No lo sé, cómo me
lo contó, lo digo.
Está al otro lado del río,
frente a Paredones, después de pasar el puente que salva del azud donde se
recoge el agua, que por un canal, en la margen izquierda, la lleva para
abastecer a la ciudad de Málaga.
Linda- porque todas las tierras
lindan con otras tierras - al norte con
las de El Quinto; al este, Gamonales, El
Chopo y el Lagar de don Vicente; al sur, la Cañada del Vado del Álamo y los
Aneales; a sol poniente, con el río Guadalhorce…
El Libro de Amillaramiento, Riqueza Rústica,
da noticias de un cortijo con este nombre que en 20 de julio de 1897 es
propiedad de don Ricardo López Montenegro. Contribuye a la Territorial,
ejercicio de 1891-92 con 4473 pesetas.
Tiene, también, un hálito de historia. Verán. En su interior se salvó la imagen de la Virgen de Flores. Era
el tiempo en que los españoles decidieron no entenderse. Solucionaban las
diferencias destruyendo todo lo que para el resto tenía un valor especial.
Un grupo decidió quemar
iglesias, destruir imágenes y acabar con lo que para los otros era su nexo de
fe. Patrimonio artístico para todos. Se terminaba, según ellos, con la
injusticia soportada durante mucho tiempo.
La Virgen de Flores, se
veneraba - entonces – en la parroquia
del pueblo. Dos niñas: Rafaela Zamudio y Amelia Marín la trasladan a la casa de
la segunda, de allí a la de don Francisco Pérez, el médico. Temen. Juan
Martín-Prieto la llevarla al cortijo de Virote en el cujón de un serón. Se hace
un hoyo en el andén del tinado, se cubre con una canasta llena de paja… Se
espera que pase el mal viento. Se salva la imagen…
Marilina, nos ha regalado la
foto; a mí me ha dado por contar esta pequeña parte de nuestra intrahistoria.
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