Una de las palabras más hermosa
de nuestra lengua es gracias. Sirva, unida a la rosa - una de las flores más bellas - de hoy, como respuesta de
gratitud para quienes habéis querido compartir con nosotros un día de gozo con
motivo de la boda de mi hija María.
No puedo responder
personalmente a cada una de vuestras comunicaciones. Me es imposible. Un abrazo
entrañable y emotivo que dicen que, como la alegría, cuando se comporte, es aún
mayor.
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