Dicen que todos tenemos derecho a la información. Dicen que
los famosos no tienen intimidad y que en el pecado llevan la penitencia o que
en el sueldo va cosido el peaje que tienen que pagar; dicen y dicen.
Viene todo esto a cuento por las imágenes ofrecidas cuando
Isabel Pantoja salía de la cárcel. La expectación enorme en este lado de la
calle; en el otro, la señora pisaba la acera como quien viene de un triunfo
grande, enorme.
Cuando yo era niño eso de la cárcel sonaba a algo muy feo y
muy triste. Al parecer, con el correr de los tiempos, eso ya no es así. Huele a
triunfo, a éxito social, a algo diferente que solo algunos mortales ‘gozan’ de
ese privilegio…
Entre los comentarios que hacían, alguien informaba que iba
vestida con mucha elegancia, con colores rojos y blancos y que no hizo
declaraciones…. “porque va a vender la exclusiva a una revista importante”.
No sé. Estoy desconcertado. Son muchas cosas juntas.
Delitos, condenas, penas de cárcel, dinero, quizá mucho dinero de por medio y
morbo, demasiado morbo por algo que se tendría que resolver en la intimidad.
Se contaba una anécdota, desconozco si cierta o inventada.
Llegan a Madrid en el mismo tren el doctor Fleming que entre otras cosas había
descubierto la penicilina, vamos una bagatela cualquiera y Jorge Negrete,
cantante mexicano. El público aclamó y sacó en volandas al cantante; el premio
Nobel pasó casi desapercibido en el más clamoroso olvido…
¿Qué es la intimidad? ¿Recuerdan cuando Mondeño, el del
cartel “Puerta, Camino y Mondeño” entró en la Trapa? (Ingresó de cartujo por
convicción religiosa no por lo que nos ocupa hoy). Fue una revolución en los
medios de entonces. ¿Quién se acuerda hoy de Juan García? “Sic transit gloria mundi”, Isabel.
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