Santuario de Lluc (Mallorca)
16 de febrero, viernes. Tres
devociones sustentan la religiosidad popular de Mallorca: el Cristo de la
Sangre, en Palma; Santa Catalina Thomas, en Valldesmossa y la Virgen del Lluc
en la Sierra de Tramontana.
Hay que ir a Lluc. La
comunicación no es fácil; buena hasta Inca, después… Eso. Binissalem es tierra
de vinos, Inca, en una cubeta, de industria de calzado hasta que llegaron los
chinos. Se gira a la izquierda, dirección a la Sierra. Caimari tiene la belleza
de los pueblos a pie de monte y Escorca no se ve, pero en su término acoge los
cuatro picos más elevados de la isla: el Puig Mayor, el de Massanella, el de
Tomir y el Galileu. Todos superan los mil metros.
Desde Caimari la carretera sube.
Es estrecha y con muchísimasas curvas; la vegetación abundante. La subida,
bellísima. Es el corazón de la sierra de Tramontana. Cuando se corona hay que
bajar un poco porque Lluc está en una hondonada al pie de un torrente.
Como marca la tradición la
Virgen se apareció a un pastor. Al lugar lo llaman, desde entonces, “bosque
sagrado”. Probablemente Lluc sea una palabra prerromana… El lugar, único. La Virgen
morena – hay otras vírgenes morenas de España: Monserrat, la de Candelaria en
Tenerife, Guadalupe, la de la Cabeza…- es venerada desde el siglo XIII, en
1268…
El Santuario y sus tierras fue
dado por Jaime I ‘El Conquistador’ a la Orden del Temple, que explotaron
sus tierras mediante cesiones a los payeses; luego, de la Orden de Malta; los
Misioneros del Sagrado Corazón... La crisis de vocaciones hace que ahora se
gestione por tres sacerdotes de la diócesis…
La imagen de “la morenita” se
venera en el trascoro del templo. Un lugar recóndito. Invita a la oración, al
recogimiento. Es donde se encuentra ese momento de paz que uno busca y, a
veces, lo halla… Hay que ir a Lluc.
Como todos los centros de
espiritualidad tiene una hospedería, lugares para la oración y recogimiento, y
una tienda donde se pueden encontrar cosas interesantes.
Tienen también sitio donde
reponer las fuerzas físicas. Yo iba bien aconsejado. Me fui un poco alejado del
Santuario. A orillas de la carretera: C’an Gallet. Nos dieron arroz
brut (arroz ‘sucio’) caldoso con carne de pollo troceada pequeñita, caracoles,
alcachofas, judías verdes… Algo exquisito.
- ¿De postre?, le pregunté a
Toni que es de Caimari pero lleva treinta años en Lluc
- Ensaimadas fritas con
chocolate…
- ¿?
- No menja altres como aquestes
en cap lloc…
Hay que ir a Lluc. Háganme
caso..
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