Amantes
que vais a Granada, por la Cuesta de Gomerez, frente al Albaicín, subid a la
Alhambra y allí mirad como juegan al escondite ente los arrayanes el sol y el
agua. Amantes que vais a Granada pedid que siga cantando Estrella con voz de
ángeles que bajan al son de la guitarra…
Romero
San Juan lo dejó dicho: Id al lugar adonde van los que aman, id a buscar la rosa
perdida en la Alhambra. ¿Era roja? ¿Era blanca? ¿Por cierto, de qué color es el
amor? ¿Será morado de pasión? Por cierto, solo sé que en medio del bosque
profundo y misterioso es donde tiene todo sentido.
Puede
que el viento bambolee las copas de los cipreses y salte el agua por las
acequias y baje por las atarjeas. Sonora melodía que toca cuando tiene al
alcance de su mano las cuerdas del arpa.
Id a
esos rincones donde dicen a encontrase las almas. Puede que la luna dé aún más
blancura a la Sierra. Puede que brote el encanto del Darro que besa los pies de
la Alhambra. Puede que juegue acurrucado juego con los sueños. Puede que, por
las esquinas, cuando se tope con vosotros, se vuelva el viento.
Subid porque
lo pide el cuerpo por el Paseo de los Tristes - ¿recuerdos, nostalgias, sueños
que aguardan su momento? – y caminad junto al río, despacio, sin prisa, como
quien mece el tiempo, y ved cómo se asoma a las ventanas el misterio. Ha salido a vuestro encuentro. Ensueño y princesas encantadas y murmullo
sonoro que salta entre alfombras de berros…
Amantes
que vais a Granada id de la mano por la orilla y pasada la Casa de la
Chirimías, subid por la Calle del Candil y luego, por la de San Juan de los
Reyes y, antes del final, en la Cuesta del Chapiz, bajad, otra vez, al
encuentro del río y del agua… Amantes que vais a Granada no dejadlo para luego.
Es ese, es solo ese, y recordad que el amor está entre las celosías y el
viento.
Amantes
que vais a Granada mirad la nieve, siempre la nieve eterna de la Sierra con
estrellas frías bajo el embrujo de un cielo encantado, bordado de primores.
Sorbos de compás y cantos, poesía hecha de embrujo y encaje…
Id a
mirar los espejos del agua, agua de aurora, agua de nieve derretida, ‘agua
oculta que llora’ que recorre galerías de anhelo, de sueños, de amores
imposibles perdidos en otro bosque. Amantes que vais a Granada…
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