martes, 20 de febrero de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Bellver y Jovellanos


                     



21 de febrero, miércoles. El castillo de Bellver está a las afueras de Palma sobre un promontorio. Original por su construcción, por su historia y por el protagonismo que ha acumulado a lo largo de su historia. Únicas sus vistas una mañana soleada de ivierno…

Dicen que imita, por su forma circular, al castillo de Herodes el Grande, Herodión, en Cisjordania. Tiene una torre principal, la del homenaje. La llaman también del ‘castellano’ en alusión al alcaide responsable de su defensa. Tiene tres más, también circulares, y la carencia de almenas le dan un aspecto singular.

El castillo de Bellver - la palabra catalana, bell veer, significa ‘bella vista’ - desde su altura permite la visión de la sierra de Tramontana; de la Llanura de Mallorca y el mar. El mar, siempre azul donde se pierde la vista más allá, mucho más allá de Cabo Mayor…

Su construcción, del siglo XIV. Residencia de los reyes de Aragón, Juan I, que se refugió allí huyendo de la peste y de los de Mallorca Jaime II, Sancho y Jaime III. En el siglo XV, Martín ‘el humano’  lo cedió a la cartuja de Valldemossa… Acogió también a virreyes y sufrió asedios cuando la rebelión de las Germanías.

Usado como prisión, entre sus muros estuvo víctima de Godoy Melchor Gaspar de Jovellanos, entre 1802 y 1808. Jovellanos sin juicio ni acusación, sufrió encarcelamiento tras caer en desgracia. Lo enviaron a la cartuja de Valldemossa. Los cartujos lo trataron con humanidad, en Bellver, no. Lo incomunicaron en una celda sin iluminación, sin papel ni pluma para escribir… Solo la compasión de los guardianes le permitió sobrevivir. La crueldad, extrema. Cuando recuperó la libertad las cataratas en la oscuridad le habían producido la ceguera.

Jovellanos -Goya lo plasmó abatido en una obra excepcional- es una de las mentes más preclaras. Liberal, ilustrado, procuró la modernización de la sociedad de su tiempo a través de reformas profundas. Redactó el Informe sobre la ley agraria, la economía (recuperación de baldíos), enseñanza, riegos y conducciones de agua, carreteras, ganadería (supresión de la Mesta) eliminación de las amortizaciones de la iglesia sobre los campesinos; poeta, dramaturgo… Un hombre ilustrado al que España le debe mucho, pero se le reconoce poco.

Duele también ver los nombres de prisioneros, que penaron allí, impresos en la muralla. La brisa de la mañana peinaba las copas de los pinos y daba sensación de agrado; abajo, de Porto Pi partían los cruceros por el Mediterráneo… Otro tiempo.

 

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