jueves, 21 de mayo de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Mujer de Azul II






Relato corto. La Mujer de Azul II (viene de I)


El taxi los dejó en la puerta de Salidas Internacionales del aeropuerto. Barajas-Adolfo Suárez, a esa primera hora de la mañana, era un hervidero. En el mostrador de facturación pasaron los trámites. Buscaron la puerta de embarque. Ella lo seguía. Una vez liberados del equipaje entrelazó sus dedos con los de él, le lanzó una mirada de complicidad y esbozó una sonrisa. Se cumplía. Él se lo había dicho muchas veces: los sueños están para cumplirse…

Una vez dentro, la megafonía era un martilleo constante:

“La compañía Iberia anuncia la salida del vuelo 342 con destino París; señores pasajeros embarquen por puerta 7”
Ellos ya estaban en la fila que, a través de una manga, los llevaría al interior del avión:
“Ultima llamada para los pasajeros del vuelo 342 de la Compañía Iberia con destino  París. Embarquen por puerta 7”
Repetía en inglés: “Last call for passengers of flight Iberia 342 with destination París, please proceed to boarding gate number seven”
El vuelo no tuvo ninguna incidencia. Había un poco de nieve en las cumbres de los Pirineos,  y después desde la altura, se veía un manto verde cruzado por ríos como hilos azules que brillaban bajo la luz del sol.  Desembarcaron en Orly. Una vez con los equipajes en su poder, se decidieron por la opción A, en el autobús de Air France. Les llevaría directamente a los Invalides, luego, la línea 8 de metro hasta la Madeleine…
París se abría con todo su esplendor. París era luz y vida, París era la libertad buscada y conseguida, la meta soñada, anhelada, esperada. París era simplemente París… Entonces, él despositó un beso suave, sensual, sobre sus labios. Ella  se destocó el sombrero chester de color azul  y  correspondió con un beso de amor, como solo ofrecía en los momentos en que… Los ojos le brillaban con ese brillo especial que aparece en las ocasiones excepcionales.
¿Ves?, le dijo él un rato después,  cuando paseaban por la Concorde camino de los Campos Elíseos. Todo esto, todo París, ahora es para nosotros dos. Mañana temprano, le dijo, subiremos a Montmatre…Se acercaron al Sena. El río bajaba majestuoso, casi quieto…
-         El río, dijo él, nos llevará a Giverny, donde Monet plantó su jardín para tener todos los azules al alcance de su paleta…
-         Sí, Normadía, contestó ella, lo dejaremos para otro día…
Paró un taxi. Entegó una nota con una dirección:
-         Le Bois D’Ancêtres. 34 Rue de la Montaigne Saint Geneviéve. Barrio Latino.
Después de la cena esperaban encontrar reminicencias de Aznavour, de Ediht Piaff, de Mireille Mathieu … Un grupo cantaba al Che Guevara…
                                                                                             (Continuará...)









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