Cuando yo era joven, de lo que hace
mucho tiempo, por los años sesenta del siglo pasado, un grupo de voces, un trío,
llenaron el momento musical con canciones acarameladas y llenas de romanticismo.
Eran tres hermanos nacidos en Sanlúcar
de Barrameda, pero criados en Sevilla, tenían un gran sentido de la melodía y sus canciones
sobrevivían en contraposición a la canción rítmica que se abría paso por aquellos
años. En su manera, de hacer música, además del buen gusto, se imponía una
manera de ‘picar’ las voces de tal manera, que era un punteo diferente a todo
lo que cantaban los grupos o solistas de entonces.
Se llamaban los “HH” enviando
dos mensajes, que eran hermanos y su apellido, Hermoso. Estuvieron con la grandes
firmas de aquel momento y como todo en la vida, tuvieron su gran momento en la televisión en
blanco y negro y en las emisoras de radio. Triunfaron: personalidad y armonía
en sus voces. Su canción identificativa fue “Aquel amanecer de mayo”.
Hablaban de una primavera de
colores en el cielo, de flores que sonreían, del mar como un espejo. Todo era
bonito en las miradas de los adolescentes que creíamos en tantas cosas, que
hasta el canto de las alondras parecían golpeos de olas suaves.
Este amanecer de mayo, ha tenido
otros matices. Muchos españoles confinados, se han tirado a la calle en la
búsqueda de una libertad perdida. Me viene a la mente aquel mensaje que lanzó Jarcha:
“Libertad, que gran palabra para el preso, carcelero, tú nunca podrás gozarla”.
Dos amigas, Marilina y Pilar han
iluminado la mañana. Marilina, con una foto del paisaje de Álora. El campo se
ha vestido de verde, con el manto que solo saca a relucir la primavera, después
de un abril géneroso en chaparrones… “Marzo
ventoso y abril lluvioso…”
Pilar, nos ha ofrecido el río, su
río Guadalquivir, el que cría sirenas de agua dulce desde Cazorla a Sanlúcar y
siembra sus orillas de trigos y olivos tiernos y permiten que los barcos
lleguen a Sevilla. “Para los barcos de vela, Sevilla tiene un camino…”, dijo Federico.
Amanecer de mayo, cantos de alondras
en los campos de la libertad – o lo que creemos que es la libertad – y él, el río,
el río Grande, camino de la marisma entre la vegetación de la orilla, por donde se van los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario