lunes, 6 de mayo de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Entre ellas




Delgada y enjuta; menos carnes que un guisado de alambre. Las piernas con las medias negras – siempre vestía de luto riguroso- , parecían las patillas de un andarríos chico. Nariz larga y afilada; su cuerpo erguido se asemejaba a las varillas de un paraguas. Dios que le había negado la gracia física del cuerpo la dotó con creces con la otra, con la chispa oportuna y certera para el momento apropiado.

Siempre iba acompañada de una amiga íntima. Juntas acudían a los duelos, a visitar al niño recién nacido, a ver a la comadre…

-         Hija mi yerno es un ‘esaborío’. Le ha puesto a nieta nueva nombre de uva.

-         ¿Nombre de uva?

-         Sí. “Lairele”…

-         ¿”Lairele”? ¿No será Irene…?

-         Eso, eso.

Porque a mí, le dice un día,  mi marío me lo entrega  tó…

-         ¿Tó, tó?

-         Bueno, tó, tó…; no.

-         ¿Es que tiene una quería?

-         ¡Anda ya!, ¿quién va a querer al ‘ciezo’ manío de mi marío.

El cura, poquita cosa. Repetitivo en las homilías . Corto de palabras y con muy poco ángel.

-         ¿Te has enterao que se llevan al cura?

-         Sí, sí, anda que donde caiga…

-         Fíjate si es sosito que no tiene ni beatas en contra…

Por la Fuentarriba, uno de sus días de callejeo, se encuentran con un amigo al que hace tiempo que no ven. Se saludan. Se preguntan por las salud, por cómo van las cosas, por la familia…

-         Mi Juanillo tiene novia…  ¿conoces a la novia de mi Juanillo?

-         No, no, pero conozco a tu Juanillo.

Van a hacer la visita al recién nacido. La amiga que la conoce y sabedora del mote que lleva la familia, le aconseja prudencia en lo que diga, y en las opiniones … Llegan, ven e al niño en la cuna, entre sábanas blancas y con una manita sobre el embozo…

-         ¡Ay, pero que bonito es. Tiene unas manitas que parecen manojitos de ‘vitorianos’…!

La larga agonía del vecino tuvo a casi todo en vecindario muchas noches en vela… Al entrar el cadáver por el cancel de la iglesia, el cura, con voz de barítono, potente y cortando el aire, entona el canto…

-         Resucitó, resucitó…”

-         Eso, eso es lo que hace falta ahora, que resucite, que nos ha dejado sin café a todo el bloque…


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