Cantavieja. Alto Maestrazgo desde el Mirador del Portillo
Entre La Mata y Cantavieja vas
por terreno abrupto. Todo es tosquedad y monte, todo es paisaje donde, a voces,
se pregona que allí la vida es dura. Nadie regala nada. Entre el ir y venir de
los tiempos se forjó una gente hecha de otra pasta. Donde también, si quieres,
puedes escuchar el silencio.
Desde la lejanía, Cantavieja –
la capital del Alto Maestrazgo – dice la guía que lleva el viajero parece un
nido de águilas. Lo es. Por inexpugnable, por
altitud, supera los mil metros con creces, y porque la gente está acostumbrada a luchar
contra el espacio y contra el tiempo, el meteorológico, y el otro, ese que dan
en llamar vida.
Entra.
No te pares junto a la muralla.
Eso luego, para ver y mirar y contemplar
cómo entre los cerros se queda a esperar no se sabe qué el viento. Ahora,
en otoño, las choperas ponen un reguero de oro viejo en las orillas del río…
Cantavieja. Plaza Mayor
En Cantavieja, como en otros
pueblos del Maestrazgo hay, en cada
esquina, un canto al pasado que fue y ya no es. Es soberbia su plaza mayor.
Arcadas de diferentes estilos, un
ayuntamiento que gobierna a poco más de medio millar de habitantes. Su iglesia,
de la Asunción, soberbia. Dicen que cuando el arquitecto que la terminó vio
concluida su obra expresó, algo así
“como ésta en Roma no hay” y el hombre se quedó tan pancho. Y es que
como la satisfacción de la obra a gusto con uno mismo no hay nada.
Del pasado histórico… Bueno, lo
que quieras y más. Que si prehistóricos, que si cartagineses – afirman que Amílcar
Barca fue su fundador, en otro lugar he leído que Aníbal, tampoco es cuestión
de andarse a greñas con los datos – que si romanos (estos no faltan en ningún
pueblo que se precie), que si musulmanes… Conquista, Reino de Aragón por medio, Carta Puebla,
Templarios, Orden de San Juan y, sobre todo carlistas. Las guerras carlistas
por estas tierras y el general Cabrera, el tigre vengativo y sanguinario, ni te cuento.
Cantavieja.
Pasea. Si encuentras a alguien
habla con la gente. A lo mejor tras una ventana cerrada ves cómo un grupo de
mujeres mayores echan el paso de la tarde bordando tras los cristales…
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¿Para La Iglesuela? – pregunté – porque había
que enhebrar con alguien…
-
“Siga la carretera”…
Cantavieja. Arco del Mirador del Portillo
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