viernes, 23 de noviembre de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Donde por un tiempo, se paró el tiempo





Mirambel. Iglesia de Santa Margaria

“Conforme salga usted por la Puerta de San Mateo, baje  la cuesta, y antes de llegar a la curva grande, a la derecha”. El viajero obedece. Baja despacio. La pendiente no da para más. Deja,  Morella; luego, queda a sus espaldas. Pasa sobre el Barranco de la Penella. El torrente no lleva agua. El terreno  está seco a pesar de la lluvia caída…

La carretera tiene buen piso. Va paralela al río Bergantes.  Al pasar por la ermita de la Virgen de Consolación  piensa en lo bien puesto que están algunos nombres. Luego, un poco más allá, en Forcall, se une a otros dos ríos: el Calders y el Cantavieja. De los tres, éste el que más agua lleva.  Lo cruza por un puente que tiene cierta prestancia.

En Forcall nació don Gabriel Roselló de la Torre. Tuvo una infancia dura. Lo marcó. Desarrolló su saber en Morella. En su pueblo se construyó una mansión a modo de palacete. La capilla de entonces es almacén de hoy…. “Sic transit gloria mundi”.

En Forcall nació, también, José Peñarroya. A los niños -  y a otros no tan niños, de otro tiempo – nos hizo esbozar sonrisas cuando eso era algo difícil. La editorial Bruguera le permitió desarrollar su talento. “Don Pío”. “Gordito Relleno”, “Don Berrinche”… ¿Se acuerdan de “Pulgarcito” y “DDT”? También tuvo mucho que ver en ellos…



Mirambel. Calle

Camino de la La Mata la carretera lleva por compañero el río Cantavieja. Bordean encinares y robles. Un puente con arco ojival recuerda el tiempo en que Blasco d’Alagón guerreaba por estas tierras. Edad Media, pura y dura, siglo XIII por más señas.  Cantan los olores de las granjas porcinas. O sea, huele a guarro.
Antes  que entregue sus aguas el Barranco Torre de Abajo, al río Cantaviejas, el viajero entra en Aragón. Tierra recia y dura. Tierra de poco pan y mucho sacrificio. Aquí, la vida regala poco; más bien, nada.
Mirambel, medalla de Oro ‘Europa nostra’,  es un pueblo bellísimo. Murallas, castillo, iglesia del Temple. Silencio por las calles y algún gato curioso. El viajero se encuentra  con el cartero. Charla con él. Le cuenta que hay poco más de cien habitantes, que la Caja solo abre dos tardes al mes, un par de horas ¿para qué más?, que el pueblo en verano acoge a más gente pero ahora…


Mirambel. Reducto del pasado





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